viernes, febrero 25, 2011

vamos allá

Sin entrar en cuestiones partidistas y teniendo en cuenta que toda cosa, todo acto, tiene su razón de ser, mi pregunta es: ¿cuál es la de este vídeo?

Intenta visualizar, la reunión, la reunión creativos con directivos, el hacedor con el comprador, intenta visualizar esos primeros momentos justo después de que el proyector ya ilumine la pantalla, los directivos se acomoden en sus butacas, los últimos comentarios que se apagan, alguien aprovecha para aclararse la voz aunque sabe que no tendrá que hablar (siempre hay alguien que se aclara la voz justo antes de que se vea una imagen proyectada en una pantalla, como si se tratara de un absurdo tic, un absurdo tic de mierda), intenta visualizar ese preciso instante en el que el hacedor está a punto de presentar su gran obra, ese instante ya con la tenue luz de la sala de reuniones, directivos acomodados, laringes aclaradas, alguien que dice vamos allá.
Intenta visualizarlo.
Pero, sobre todo, intenta escuchar el silencio justo antes de la creación.

jueves, febrero 24, 2011

la mida de totes les coses



Dóna'm la mà

Dóna’m la mà que anirem per la riba
ben a la vora del mar

bategant,

tindrem la mida de totes les coses
només en dir-nos que ens seguim amant.

Les barques llunyes i les de la sorra
prendran un aire fidel i discret,
no ens miraran;

miraran noves rutes

amb l’esguard lent del copsador distret.

Dóna’m la mà i arrecera la galta
sobre el meu pit, i no temis ningú.
I les palmeres ens donaran ombra.
I les gavines sota el sol que lluu

ens portaran la salabror que amara,
a l’amor, tota cosa prop del mar:
i jo, aleshores, besaré ta galta;
i la besada ens durà el joc d’amar.

Dóna’m la mà que anirem per la riba
ben a la vora del mar

bategant;

tindrem la mida de totes les coses
només en dir-nos que ens seguim amant.

Joan Salvat-Papasseit
L’irradiador del port i les gavines

lunes, febrero 21, 2011

son algo los espejos


Ayer vimos El cisne negro.

Qué quieres que te diga.
Yo ya no estoy para tonterías.
El doppelgänger y todo eso.
Qué te explico.
Ya está, suficiente.
Yo ya he estado aquí.
Como el ensayo del Balló y el Pérez.
Está la Portman que está correcta y le darán el Oscar, qué otra cosa les queda.
Pero poco más.

Aronofsky es para veinteañeros.
Igual que Londres, el Razz o Herman Hesse.
Yo ya estoy en la etapa vienesa, que es una etapa reposada, con gusto, que con nostalgia mira de vez en cuando hacia el pasado. El veinteañero pocas veces mira hacia el pasado. Y además cree que Londres sería una buena ciudad para vivir.
Yo ya soy vienés, de salones encerados y platos servidos a la mesa. Nada de fish'n'chips en un banco del parque. Yo ya soy de campanilla en la mesa para avisar al servicio.
Por eso el Aronofsky ya no es propio de mí. Y si disfruté con Pi o Requiem por un sueño, tendría que revisarlas hoy para comprobar qué queda de todo aquello dentro de mí.

Luego hay espejos por aquí, siempre espejos, son algo los espejos, ya lo sabes, no están ahí para hacer bonito, son símbolos, quiero decir, lo entendemos todos, pregunto, espejos por allá, toda la puta peli llena de espejos. Es lo que se me queda. Intentar ver el fallo, intentar ver al cámara reflejado en el espejo y acabar desvinculándote de la trama, como cuando aparece una mosca en el plató de un telenoticias y ya nos es imposible escuchar una palabra, porque todo nuestro yo está en el insecto, en saber de su vida y sus movimientos, en sus propósitos.

Y la cámara detrás de la Portman mientras camina, casi snorricam, te acuerdas que hablé de eso, del snorricam, como si fuera un experto, hablé como si fuera un experto y no tenía ni tengo ni puta idea. Pues la cámara persigue a la Portman por aquí y por allá. Ella se gira o no, dependiendo de las exigencias del guión.
Está guapa toda la película, cosa que llega a incomodar incluso.
De tan guapa, incomodas, Natalie. Nadie se atreve a decirle eso.
Aún no estaba embarazada cuando grabó la peli. Fue después. El preparador físico. Muchas horas juntos haciendo plié, pirouette y fouetté, sobre todo fouetté. Le acaban saliendo bien los fouetté a la Natalie.

No pasará a la historia esta peli.
Sí el Espartaco de Kubrick. No sé por qué desde hace unos días tengo ganas de volver a ver esta película. Y por eso la nombro ahora. Esa y Senderos de gloria. Quiero verlas un día de éstos.

En fin, lo dicho, para veinteañeros, sí.

domingo, febrero 20, 2011

aquella cosa graba

La noticia de la semana, sin lugar a dudas mucho más importante que las revueltas norteafricanas, ha sido este vídeo en el que dos chicas, o al menos una de ellas, coloca una mini cámara en su culo. Y aquella cosa graba. Y podemos ver lo que graba.
Debido al atractivo físico de las directoras del film, hombres (¿Alejandro Sanz en el 1:49?), mujeres e incluso el mismísimo Jesús resucitado (1:53), les miran el culo por donde quieran que vayan.

Mi primera pregunta es: qué esperaban encontrar tras el visionado de lo filmado.
Mi segunda pregunta es: dónde está la noticia.

jueves, febrero 10, 2011

lo único que nos queda

El otro día,
camino de regreso,
me miro los pies.

En el derecho,
un gomet verde,
pegado a modo de recordatorio,
una señal para facilitarle las cosas,
la vida,
a los niños.

Un gomet verde pegado en el pie derecho,
para indicar que ese el derecho,
para facilitarles la tarea
a la hora de bailar
a los niños.

Es más fácil decir
el pie del gomet
que
el pie derecho.

Es más fácil
para un niño
y para un adulto.

Así que para enseñarles a bailar bailes de salón,
los pasos básicos,
la propuesta es un gomet verde en el pie derecho,
para que ese color signifique
un punto de partida o,
al menos,
una especie de salvación.

Salen los niños del cole
con un gomet verde en sus pies derechos.
Y también salgo yo
sin darme cuenta de que
todavía lo llevo pegado en el empeine.

Camino por la Diagonal y miro mis pies,
el gomet aparece y desaparece con mis pasos.

Y entonces me viene a la mente
mi abuela
que,
al irse quedando ciega,
colocó un clip
en la zapatilla derecha para,
al contacto con el pie,
saber que esa era la derecha
al levantarse
de la cama.

Hay
un círculo que se cierra
en todo este asunto.

Lo único que nos queda
es intentar reseguir el contorno
sin que nos tiemble
demasiado
el pulso.

domingo, febrero 06, 2011

hedor, silencio, muerte

Hay en esta fotografía dos partes, dos secciones, dos mundos: el vivo y el muerto.
La mitad derecha, blanca, nos muestra el cadáver de Marilyn Monroe, media espalda desnuda y magullada, pelo sucio, sábanas blancas, hedor, silencio, muerte.
La mitad izquierda, negra, nos ofrece el último caos, papeles y sobres encima de la mesita y por el suelo, una papelera, un jarrón, una lámpara a modo de cirio funeral. Pero, sobre todo, el brazo, la mano y el dedo índice señalando las pastillas, el tendón y el músculo y el nervio de ese dedo, como impidiendo incluso el último descanso, el jersey negro desembocando en la mano y en ese dedo delator, soberbio, vivo.

jueves, febrero 03, 2011

la corriente

Miguel Noguera está un paso por delante.

En su blog puedes ver más Ultrashow(s).

Es difícil definirlo.
Aquí te dejo este pequeño Ultrashow que me ha parecido delirante, sobrecogedor y, sobre todo, nuevo.
Miguel Noguera es lo nuevo.
La ventana abierta en el piso cerrado de tus abuelos del pueblo.
La ventana y la puerta.
La corriente.

Quizá no te gusta, porque roza un límite extraño de concretar. Es lo que suele ocurrir con lo nuevo.

El mes que viene los de Blackie Books publican su nuevo libro, Ultraviolencia.
Atentos. Atentas.