jueves, marzo 31, 2011

libros para st.jordi (17)

libros para st.jordi (16)

libros para st.jordi (15)

libros para st.jordi (14)

libros para st.jordi (13)

libros para st.jordi (12)

libros para st.jordi (11)

libros para st.jordi (10)

libros para st.jordi (9)

libros para st.jordi (8)

domingo, marzo 27, 2011

colores

Ayer descubrí a Xavier Theros.
En el Kosmopolis.
Ni siquiera iba preparado para él. De ahí el verbo.
Apareció en el escenario antes de Fdez. Mallo y Fdez. Porta y leyó un par o tres de poesías.

Me surgen dos tipos de sensaciones al descubrir algo: una negativa y otra positiva.
La negativa es una especie de rabia, malestar, incomodidad, incluso vergüenza, por no haber descubierto aquello antes.
La positiva, la alegría y la esperanza y la felicidad y el nerviosismo y el ansia y el hambre y la sed y de nuevo la alegría y la esperanza por todo lo nuevo que me queda por descubrir, por todo aquello que todavía no conozco y que ni siquiera, como en el caso de Xavier Theros, me imagino encontrar, a la vuelta de la esquina, esperándome, un sábado de primavera.

La alegría y la esperanza al comprobar que en la pizarra de tu cerebro todavía queda mucho espacio para dibujar.
Y alguien ha comprado cajas y cajas de tizas.
De todos los colores.

jueves, marzo 24, 2011

mancha de humedad

Ayer Brad Mehldau tocó un montón de versiones.
Has visto qué rápido se acaba una crítica.
Tocó un montón de versiones.
Creo que todo fueron versiones.
Me faltó reconocer tres canciones.
El resto las reconocí como versiones.
Desdibujadas y preciosas versiones que multiplicaban su duración por cuatro.

Teardrop (Massive Attack) Blackbird (The Beatles), Dream Brother (Jeff Buckley).
Con estas tres ya bastaría para eyacular.

Pero también, antes y después, My favourite things, Smells like teen spirit (Nirvana) y Martha (Tom Waits).
Sucedió que escuchaba esta última y no sabía ubicarla en mi imaginario musical ("en mi imaginario musical", a veces, qué quieres que te diga, me dispararía en la pierna), intentando buscarle una voz, que podía escuchar en mi mente, pero no reconocer.
No sé por qué pensé en alguna melodía de Leon Russell.
Luego se me apareció, una mancha de humedad en el techo de l'Auditori con la cara de Tom Waits.

Fue bonito ver al Mehldau solo con el piano, el hombre dominando a la máquina, convirtiéndola en un apéndice más de su cuerpo.
El pianista y el piano como un único ser.
Y Brad Mehldau terminó como empezó, con esa reverencia, con esos modales casi decimonónicos contrastando con los tatuajes de su brazo.
Una especie de serpiente queriendo siempre escapar.

domingo, marzo 20, 2011

hazaña

Ángulo recto de una nube en Colorado (EUA), descubierto desde el Google maps mientras buscaba el Overlook Hotel (Timberline Lodge) de El Resplandor.

Esta hazaña resume bien una tarde de domingo.

miércoles, marzo 16, 2011

domingo, marzo 13, 2011

un buen profesor

Acabo de ver Senderos de gloria.
Te acuerdas que te dije que tenía ganas de volver a verla. Pues hoy ha sido el día.
Pensaba que la tenía, pero no. Me la compré el viernes en El Corte Inglés de Diagonal, por 8,95.
La acabo de ver quince años después.
El profe de Latín nos la puso un día. No me preguntes por qué. Creo que era para que viéramos los diferentes mandos del ejército y los comparáramos con los de la época romana.
Una excusa así nos dio.
De todas formas hoy, desde aquí, le agradezco esa decisión.
Ángel Castro se llamaba, se llama. Un buen profesor.
Ángel, si alguna vez entras en este blog después de buscarte en el Google, que sepas que te recuerdo con cariño.

Y quince años después he ido recordando algunas de las escenas que me gustaron y que me han vuelto a gustar.

Quince años después, no he podido dejar de emocionarme con la última escena.
Soldados franceses tarareando una canción alemana.
La música humanizando la barbárie.

sábado, marzo 12, 2011

todo se destroza menos el hilo musical

La imagen del terromoto.
Más allá del agua anegándolo todo a su paso, brechas kilométricas en autopistas o centrales nucleares ardiendo.

La imagen que me llevo del terremoto de Japón, once del tres del once, es la de estas trabajadoras de un supermercado.

La idea de luchar contra una fuerza de la naturaleza, contra un terremoto de 8,9, sólo con tus manos.
Esa fricción de placas tectónicas producida a kilómetros de distancia combatida durante unos segundos por una decena de trabajadoras de un supermercado. Como si unos vándalos hubieran entrado a destrozar la tienda.
Vandalismo tectónico.

La imagen de las trabajadoras intentando que no se cayeran las botellas situadas en el estante superior, aguantando el peso de la estantería para que no se venga abajo. Simplemente porque cuando todo pase, no vendrá nadie a recogerlo.
Pensar en que el techo del supermercado también se podría haber venido abajo. El techo sepultando a las trabajadoras, brazos arriba, que se ocupaban de las botellas.

La aparente tranquilidad (se escuchan gritos más de asombro que de pánico) con la que afrontan las sacudidas y el gesto de salvaguardar los alimentos de las estanterías nos hacen saber que no es la primera vez que actuaban así.

Y es que esta imagen de sensatez y locura unidas, estas trabajadoras exponiendo sus vidas por una estantería tambaleándose, es la escena que nunca nadie antes había filmado o, al menos, la siempre desechada por el director.
Por incoherente.

Las explosiones, la gran ola, gente en las azoteas, todo eso, de alguna manera, ya lo habíamos visto antes.
Todos hemos visto ya antes la brutalidad y el caos.
Lo extraño es encontrar esta pequeña escena, esta gema brillante, esta imagen de rutina dentro de la locura.

La música ambiental que no se detiene, como la orquesta del Titanic.
Todo se destroza menos el hilo musical.

Lo rutinario, lo sensato, lo civilizado, se convierte, en este vídeo, en su antítesis.

Hay una nueva escena a incorporar en nuestro imaginario.
Aquí está.


miércoles, marzo 09, 2011

prólogo

Fui a ver el Ultrashow de Miguel Noguera.
Pero me fui antes de que empezara.
Parece una de sus ideas: asistir a eventos y marcharte justo antes de que empiecen. Pero marcharte lentamente, como si esperases a alguien en la puerta, pero te alejas poco a poco de la puerta, sin mirar atrás, confiado en tus pasos, poco a poco te alejas de ese evento al que has asistido sólo a su prólogo.

Me fui antes de que empezara porque aquello se les fue de las manos.
A Blackie Books y a Barcelona entera, nadie tiene la culpa.
Bueno, los chicos de Blackie Books, un poco. Y esto lo digo con cariño.
Deberían asumir que ya no son una editorial pequeña.
Deberían asumir que ya son importantes. Sin más.
Podría haberme esperado en el local, a las puertas del local, para ver, de puntillas, al Noguera. Pero me dije: hasta dónde, la dignidad hasta dónde me llega.
Con diez años menos, quizá.
Y di media vuelta y me fui como te he dicho, poco a poco, como llegué.

También aquí está el asunto de la gratuidad de los eventos, de la cultura.
La gratuidad de la cultura es un error.
Pero eso sería otro tema.

Espero que los de Blackie Books grabaran el Ultrashow para que los perdedores como yo lo podamos ver algún día.

Luego está el asunto de la fauna barcelonesa.
Pe.Re.Za.
Cuánto tiempo hacía que no me relacionaba con gente, he pensado hoy.
Estoy desacostumbrado.
Y creo que es para siempre.
La imagen de una chica llevando de la mano a un chico, atraviesan la multitud, dándole dos besos a alguien encargado de dejarte pasar. Eso es Barcelona.
De esa Barcelona me he marchado esta tarde, poco a poco, como si realmente no me importara estar ahí o en el local de al lado, como un jubilado que estuviera ahí simplemente para supervisar que todo fuese bien.
Toda va bien.
Sí.
Ya he visto que todo está bien, a punto de empezar.
Pues me voy.

P.D.: Aquí dejo un vídeo entrevista cogido de underbrain.

11:25. Influencias: David Shrigley.

martes, marzo 08, 2011

perrillos de las praderas

Estoy investigando twitter.
Quien dice investigar dice perder el tiempo.
En toda investigación hay un cráter de pérdida de tiempo.
Todo investigador se para a pensar al menos una vez si lo suyo será útil.
No encierro al menos una vez entre comas, te has fijado, sería lo correcto, no lo he hecho porque ahora me dejo guiar por las normas que me dicta twitter, los caracteres, jamás me había planteado el asunto caracteres, el tema palabras sí, llevo un tiempo escribiendo cuentos teniéndolas en cuenta, limándolas, cortándolas o golpeándolas para que vuelvan a entrar en la tierra de donde emergieron, como aquellos juegos de centro comercial con perrillos de las praderas que asoman la cabeza, pero el tema caracteres no, y me tiene entusiasmado.
Quien dice investigar dice cómo se hace para subir fotos y todo eso.
A eso lo llamo yo investigar.
Nací en el 1978, qué esperabas de mí.

Y recuerda:
Ultrashow de Miguel Noguera,
mañana miércoles a las 19:00 en el Antic Teatre (Bcn)

Yo haré lo posible por ir.
Dicen, avisan: aforo limitado a 100 personas (aprox).

domingo, marzo 06, 2011

vórtice

El pasado viernes, #annasimon fue el Trending Topic en Twitter (España).
O, lo que es lo mismo, el mundo se revoluciona ante la visión de dos tetas.
Anna Simón hizo descansar al mando a distancia por unos minutos al aparecer de esta guisa en el programa Tonterías las justas (Cuatro, 16:00).

Clica para ampliar (sic)

La cuestión es que la Simón luce (o le hacen lucir) escotes atrevidos día sí día también.
Pero lo del viernes, para mi gusto, produjo vergüenza ajena.
Con esto no digo que esté en contra de un escote ni nada de eso.
Creo que ya me entiendes.
Una cosa es la insinuación elegante, agradablemente estética, y otra esto.

Es cierto que la chica tiene esas tetas, qué va a hacer, está orgullosa de ellas y las muestra. Pero otra cosa es que se utilice de una manera tan descarada el sexo para ganar audiencia.
Porque aquí no hay una segunda lectura de los hechos, la imagen de Anna Simón, tanto si eres hombre como mujer, la única lectura, el único pensamiento que te permite es: tetas. Podría haber un hombre ahorcado al fondo que tú sólo verías: tetas. Le miras la cara de vez en cuando, como para comprobar que ella sigue ahí, pero lo único que pretende esta imagen es que le mires las tetas. Es la única función, hablemos claro. Pero, ¿debería ser la única función? ¿Acaso a alguien le importa si Anna Simón tiene talento, es simpática, ocurrente, inteligente?
Todas la virtudes y defectos que pudiera tener la presentadora son anulados por su escote.
Y esto es lo que de alguna manera yo denuncio.
(Qué de derechas sueno, ¿no? "Yo denuncio", dije.)
Pero bueno, qué es lo que vende, me dirás, toda la vida ha sido así.
Es eso lo que me cansa. Me cansan las cosas que son porque toda la vida han sido así.

Qué es lo que vende hoy en día: el sexo y la incultura.
Imagina que alguien asegura que existe una sex-tape de Belén Esteban.
Nadie podría calcular lo que las televisiones podrían pagar por ella.
Te lo puedes imaginar tú. Pregunto.
Una sex-tape de Belén Esteban.
Piénsalo.
Cima. Hito. Vórtice.

Y volviendo al tema Anna Simón y para acabar este discurso vacuo, también me cansa el machismo que lo envuelve todo (la televisión en especial y en este caso) como una capa de mierda seca, como un vómito que nadie limpió a la salida de un bar.
Y lo peor es que nosotros vivimos en ese bar, donde alguien colgó un cartel hace tiempo, escrito a boli, con letra temblorosa, en el que se puede leer: Cerrado por defunción.

Veo machismo en la tele, en las vallas publicitarias.
Pero también lo veo en los niños, en clase.
Y son ellos los que más me hacen pensar.

Aquí una muestra del machismo carpetovetónico y zascandil propio del programa en cuestión.
Me pregunto si ella está a gusto con esta situación. En serio. Supongo que sí, nadie la obliga a quedarse en ese programa.

Quién sabe si llora a solas en su camerino.
Y no estoy bromeando.



En fin, no me hagas caso, ya te lo dije: un vienés decimonónico.

Pero tú, como chica, ¿qué piensas de todo esto?
Y tú, como chico, también, ¿qué?

sábado, marzo 05, 2011

ultraviolencia

La semana que viene sale a la venta el libro Ultraviolencia, de Miguel Noguera.



Miércoles 9 de marzo.
19:00.
Ultrashow en el Antic Teatre (al lado del Palau de la Música).

jueves, marzo 03, 2011

mi cursiva te arropa

Me he abierto una cuenta en twitter.
Por segunda vez.
Ésta ha sido por participar en un concurso (vaya mierda de excusa) que organizará Kosmopolis.
Aquí te dejo el enlace directo de la juerga que se preparan.

Me quedo inmóvil delante del twitter.
Me supera.
Unas bambas nuevas para alguien que se ha olvidado de correr.

Intento modernizarme, que mis movimientos sean más dinámicos, la mano derecha en el bolsillo ya no se lleva, es la izquierda, la derecha sostiene el iPhone, pantalones con un solo bolsillo, pantalones para diestros o zurdos.
Saludar levantando las cejas tampoco se lleva, sobre todo porque ya casi nadie conoce a nadie por la calle.

Intento ser moderno y me abro una cuenta en twitter,
como si eso fuera a cambiar las cosas,
mi a veces decimonónica manera de pensar, quiero decir.

Intento ser moderno y me abro una cuenta de twitter
mientras mantengo este blog,
algo así como un jubilado con una gorra de Wired.
(Utilizo la cursiva como diciendo "eh, sé que esta palabra te suena rara, que no te pertenece, sé que te tranquiliza esta cursiva, por eso lo hago, estoy aquí, te arropo, mi cursiva te arropa".)

En definitiva,
intento ser moderno y me abro una cuenta de twitter
aunque sé que esto no podrá hacerme olvidar
que ya no subo las escaleras
con la agilidad de hace unos años.