jueves, noviembre 21, 2013

velo negro


El ojo
de un monstruo marino.
La lotería de Navidad como algo terrorífico.
Una criatura abisal
que surge para castigarnos.
El mar ruge
y ella acecha.
Veintidós de diciembre
como fecha premonitoria de la embestida.

El ojo
de un monstruo marino.
Sólo
furia
en él.
Dentro del iris,
el nacimiento de Jesús.
Dentro de esa cólera,
la paz de un establo.
El nacimiento del cristianismo como núcleo
de la maldad.
Ese quizá mensaje
ya no tan subliminal.
Nadie se esperaba que el horror surgiría de lo más profundo,
ahora.
Serie 011. Fracción 14.
El lugar
donde habita la bestia.
Como uno de los círculos
del Infierno de Dante.
El monstruo marino que parece
haber emergido
para tomar aire.
Quizá para tomar impulso.
El agua cubre su lomo
y la luz del sol
centellea
sobre su piel.

El ojo de un monstruo marino.
Cthulhu.
Leviatán.
Quién sabe cuánto tiempo estuvo
esperando este momento.

¿Y si cae aquí?

La que tendría que ser una pregunta llena de esperanza,
se cubre con un velo
negro.

Ahora
sólo
desasosiego.

viernes, noviembre 15, 2013

no es sino

Quién sabe si todo esto que está pasando en Madrid no es sino una gran performance de Tracey Emin.


menos

Si tuviera diez años menos, este sería mi grupo favorito.

sábado, noviembre 09, 2013

umbral

Hay más Arte en estos cinco minutos de canción, en este trozo de acera, en este umbral, que en todo el pop español de la década de los noventa. Por poner un ejemplo.
Disfruta, anda, aunque no te guste lo cubano. Esto va más allá.

lunes, octubre 28, 2013

totems

A ver, dos cosas que se me quedaron en el tintero, tampoco nada del otro mundo.

Una. Estoy pasando la etapa más theloniousmonkiana que yo recuerde. Sobre todo después de ver el documental Straight no chaser, que no sé por qué ni siquiera sabía de su existencia. ¡No sé por qué!
Hay varias perlas, elijo dos: 1) el baile demente en el aeropuerto (51:45-52:30) bajo la incrédula mirada de pasajeros y policía, y 2) Monk, metido en la cama, pidiendo hígado de pollo para comer al servicio de habitaciones del hotel (57:40)
Fíjate cómo algunas de sus frases no están subtituladas simplemente porque son ininteligibles.
De todas formas, y dejando de lado estas curiosidades, el documental refleja la vida de un genio que, como tal, no vive en este mundo, no es de este mundo, no está en este mundo. Sólo hay que ver cualquiera de las actuaciones aquí registradas.
Me pregunto cuánto de su manera de tocar el piano, pureza y germen del bebop, emerge de su mente alienada y, por tanto, qué grande es la importancia de la locura en el arte, cómo la historia del arte y, con ella, la historia del mundo, está ligada (casi) siempre a la locura. Pensándolo bien, no hay arte sin locura.
El tema con el que cierra el documental, I love you sweetheart of all my dreams, es uno de mis totems.



Dos. Siguiendo con la locura, conseguí el gorro. Lo tuve que encargar en Sombrerería mil, ahí en Fontanella, en el centro, lleva casi cien años. Me tomaron las medidas, tuvieron que llamar a varios especialistas para que dieran cuenta de mi perímetro craneal, y lo pidieron. A los quince días ya lo tenía. Directo de París. Piel de astracán. Setenta euros. No es exactamente igual porque no es gris, es negro. Pero ahora, después de disfrutar con este documental, casi lo prefiero. A ver si llega ya el puto frío y me lo puedo poner, aunque sea para salir a tirar la basura, yo qué sé, aquí en Begues no hay clubs de jazz, joder.


jueves, octubre 24, 2013

viernes, septiembre 27, 2013

puede hacerlo

Vamos a ponerle un poco de negritud y alegría al asunto.
El nuevo disco de Janelle Monae es tan bueno que, de fondo, puedes escuchar a Dios haciéndose una paja.
Ese sonido, ya sabes. Cambiando el ritmo dependiendo de la canción, eso sí. ¡Es Dios! Puede hacerlo.
At the right tempo, como dijo Sinatra.

dolor latente


Estos últimos días he estado viendo en Youtube programas de Ilustres ignorantes, un espacio (nótese ¨espacio¨ para no repetir ¨programa¨) de humor que te recomendaría si no estuvieras tan así como estás tú. A mí me entretiene pero vete a saber a ti. A mí el Colubi y el Cansado me transmiten cosas buenas, una especie de paz interior tan absurda como inexplicable, si es que absurdo no supone ya inexplicable. Lo que pasa, la ca pasa, es que el programa lo echan, lo dan, lo emiten por el Plus, pronunciado [pli], y Plus significa Youtube.
La cuestión es que no quería hablarte de este programa sino de algo que he pensado mientras lo veía.
Para presentar el tema del que tratará el programa y alrededor del cual los tertulianos charlarán alegremente (digo tertulianos para abreviar, aunque con este paréntesis explicativo esté alargando más y, por tanto, entorpeciendo mucho el ritmo del texto, que hasta ahora era frenético, ágil, suave, vivo, bebop) durante poco más de media hora, se elige, el programa, el director del programa, no sé, alguien elige una escena de una película que represente o que hable del tema a tratar.
De todos los programas que he visto también había visto la película. La cosa a tratar aquí en esta entrada es que de algunas, de muchas, de casi todas las escenas, ni me acordaba. Y no sólo de la escena, sino de la película entera. Sabía haberla visto, pero no recordaba nada. Sabía que me había gustado o no, pero no recordaba nada más.
Es decir, una puta mierda.
Con esto a dónde quiero llegar no lo sé.

Para qué sirve haber visto una película si no la recuerdo. Para qué fui a ver Happiness, de Todd Solondz, solo, al puto Verdi, ¿fui solo?, ni de eso me acuerdo, para qué fui a verla si ahora mismo no sabría decirte nada de ella excepto lo del malrollismo, los losers, el feísmo, esos brazos caídos de la vida. Me gustaría acordarme de todos los diálogos de todas las películas que he visto. Y eso es la mayor estupidez que he escrito en este blog. O no, espera.
Escuché en una entrevista a Albert Serra, un chiflado que hace pelis (así, resumido), que de lo único, o de las pocas cosas, que se acordaba de La delgada línea roja era de la hierba, tallos de hierba.

Para qué sirve una película.
Es algo que se te queda dentro, una bacteria, que te infecta aunque luego no recuerdes nada.
Pregunto.
He visto películas que no he visto. Pregunto.
Tengo el cofre de Tarkovsky esperándome. Pero a lo mejor ya las he visto. Espero que no. Me costó sesenta euros.
Quizá las películas son sólo deleites fugaces, alegrías visuales, un chocolate negro pegado a nuestro paladar mientras se deshace y se mezcla con la saliva y luego a nuestro estómago y más tarde el azúcar a nuestra sangre y entonces allí siempre con nosotros, en nosotros.
Todo esto viene porque, en las intros de Ilustres ignorantes, me dio rabia descubrir, y no redescubrir, escenas de películas que me habían gustado. Y quizá no fue como verlas por primera vez, quizá hubo algún resorte que se activó dentro de mí. Me importa muy poco. Déjate de resortes.

Quiero creer que todas las películas que he visto me han formado como persona, educando mis gustos, creando un espíritu crítico (vaya, eh, creando un espíritu crítico, dónde hemos ido a parar), incluso aleccionándome para la vida.
Quiero creer que todas las películas que he visto,
los libros que he leído,
las canciones que he escuchado,
viven en algún lugar
dentro de mí,
concentrándose
cada vez más
en un punto concreto,
como un dolor latente,
siempre a punto de estallar.

miércoles, septiembre 18, 2013

la gente al pasar

Llegaremos
a tiempo
Cruzaremos
en verde
Soplaremos
las velas
Saldremos
de todos los pozos

Llegaremos
a tiempo
Resurgiremos
de nuestras cenizas
Reiremos
de tonterías
Ganaremos
pequeñas batallas

Llegaremos
a tiempo
Apagaremos
todos los fuegos el fuego
Escaparemos
de la tormenta
Avanzaremos
por caminos de tierra

Llegaremos 
a tiempo
Recogeremos
las flores
Saltaremos
de alegría
Cantaremos
canciones nuevas

Sí sí sí
hoy es siempre todavía

Podremos
con todo
Va
que podremos con todo


Besaremos
a nuestros hijos
Besaremos
a nuestros padres
Besaremos
a la gente al pasar


Llegaremos
a tiempo

Llegaremos
a tiempo

Llegaremos
a tiempo

Llegaremos

aunque sea lo último que haga

a tiempo.

lunes, septiembre 16, 2013

la espera un gato negro

La cabeza de un hombre asoma. 
Hoy van a ser frases cortas. 
Para hablar de esta foto, frases cortas. 
La cabeza de un hombre asoma por detrás del capó. Luego hay más cabezas. 
Un hombre corre detrás de su perro. 
Esto no viene a cuento. Me acabo de acordar de esta frase. La oí el otro día. No sé dónde. Pensé que era una buena frase. Un hombre corre detrás de su perro. Y lo pensé inmediatamente después de escucharla. Una ráfaga, una señal. Una buena frase. Sencilla y nítida. Esconde tantas cosas esta frase. Un microrrelato. Quienquiera que la dijese es un genio. 
Pero ahora hablemos de otra cosa. 

La cabeza de un hombre asoma. Luego hay más cabezas. 
Suponemos otras cabezas. Una multitud que se agolpa. 
En silencio, por qué no. Pero esto es lo menos importante. 
Es difícil hablar de esta foto. 
Aquí la imagen gana a cualquier posible relato. 
Hay veces que lo mejor es callar. 

Esta foto me la envía Tomás. Hace un par de semanas. La acompaña un texto en un mail. Me habla de la peli Stranger than fiction. Un personaje habla de esta foto que ahora verás o has visto ya. Habla de esta foto y de la tranquilidad que emana la mujer. Su cara parece estar en paz con el mundo. Hay que mirar varias veces la foto. Tuve que mirar varias veces la foto. Luego lees la historia.

Mayo de 1947. 
Una limusina de las Naciones Unidas aparcada a los pies del Empire State Building. 
A los pies. Como si se hubiera acercado en busca de calor humano. 
Un gato negro a los pies de un gigante bondadoso. El motor ronronea. 
Una chica. 
Evelyn McHale.
Entra en el edificio. 
Tiene veintitrés años. Viste elegante. Guantes de cuero.
Camina decidida. O quizá no.
Turistas se agrupan delante de la puerta del ascensor. Se une a ellos. 
Suben al mirador. 
Las puertas del ascensor se abren. Los turistas van saliendo.
Primavera en Nueva York. El aire siempre es frío allí arriba.
El aire siempre será frío allí arriba.
Evelyn se emancipa del gran grupo, que parece no querer separarse. 
Deambula por la terraza. 
Se detiene en la cara norte y observa el horizonte.
Decidida, se recoge la falda y trepa por encima del vallado.
Algunos turistas miran incrédulos. Uno corre a llamar a un miembro de seguridad.
Ya al otro lado, cierra los ojos y se deja caer.

Ochenta y seis plantas más abajo la espera un gato negro, que ronronea.
La chica se tiende con delicadeza en su lomo, una especie de nido para el descanso eterno que el animal parece haber preparado con ternura.
La gente que pasa por allí se reúne para admirar aquella escena majestuosa.
La cabeza de un hombre asoma. Luego hay más cabezas.

Evelyn,

en su rostro ya sólo paz,

cruza las piernas 
se 
deleita 

con el olor de las flores 

que fue 
cogiendo 

por el camino.




miércoles, septiembre 11, 2013

cuestas

Courtney Barnett es lo más interesante que he escuchado en los últimos meses.
Me la descubre Tomás, en una de esas recopilaciones que no son más que intentos ahogados de declararme su amor prohibido y, él ya lo sabe, ya lo hemos hablado, imposible. ¡Somos dos hombres!

He estado escuchando este tema una vez tras otra, en el coche, subiendo y bajando las cuestas que me llevan de casa a la civilización.
Puede que lo haya escuchado ya ochenta y tres veces en cuatro días.

Amor incondicional.

sábado, agosto 31, 2013

cicatriz

El otro día me dio por escuchar el Tripping the live fantastic de McCartney, quizá veinte años desde la última vez. Un triple vinilo que me compré en Andorra, cuando ir a Andorra significaba algo.
Esta es la canción que abre el concierto, la gira de entonces.
Sin yo saberlo, la tenía dentro. Una cicatriz que descubres ahora, porque nunca antes habías acariciado ese centímetro de tu cuerpo con la delicadeza y precisión adecuadas para encontrarla.
Entonces recuerdas la caída y los olores y la ropa que llevabas y cómo todo al caer iba a cámara lenta. Y ahora tú, hoy, acariciando la cicatriz que ni siquiera recordabas tener, piensas en el tiempo pasado y en aquella poesía de Gil de Biedma.

Esta canción ni siquiera es buena, ni elegante, ni precisa, ni épica.
Es insulsa, simple, tosca.

Pero es mía.
Y me hace llorar cuando la acaricio.

jueves, agosto 29, 2013

adamantio

Hace unos días, las redes sociales tuvieron su particular squirting cuando alguien colgó este vídeo de uno de los participantes en un poetry slam. Míralo y luego te sigo hablando, que veo que no aguantas a darle al plei.



Neil Hilborn, se llama este chico.
Por lo que veo, muchos se han tomado al pie de la letra que él, Neil Hilborn, sufre transtorno obsesivo compulsivo. No lo he encontrado por ninguna parte. Supongo que son los mismos que creen que Hugh Jackman tiene unas garras retráctiles de adamantio. Que vaya con cuidado al coger en brazos a sus hijos.
La cuestión es que el Hilborn recita aquí un poema de amor demoledor. Y da igual que él tenga TOC o no, eso es lo de menos, joder, lo que nos ha pasado aquí, lo que le ha pasado al espectador, es que las palabras le nos me hablaban de algo que conocía-íamos-ía, nos hablaban a nosotros, a ti, a mí, que, sin esperarlo, nos hemos encontrado viviendo con esa pareja, en esa pareja, en esa cabeza.
En menos de tres minutos Neil Hilborn nos fulmina, un rayo entrando y saliendo de nuestra casa, entró por una ventana y salió por la de la habitación, suerte que tenía dos ventanas abiertas, lo vi en un documental de tormentas, hace tiempo, y en ese viaje asolador nos dejó perdidos en nuestra selva interior, todo patas arriba.
Hay en la forma de recitar del poeta algo que nos atrae. Demasiada teatralidad, puedes pensar. Quizá. Aunque no hemos venido a hablar de eso, ni mucho menos.
De hecho, yo lo único de lo que quería hablar era de los dos últimos versos.
Los dos últimos versos.
Catacrac.



Rebuscando un poco más, he encontrado este otro vídeo, que no sé si me ha enamorado más.
Creo que sí.
Fan de Neil Hilborn, sí. Pero también devoción absoluta por este tipejo: Shane Hawley.

viernes, agosto 23, 2013

tetas

1. Estoy oyendo crecer a mi hijo,
tumbado a mi lado, en la cama,
mientras yo escribo esto que tanto te gusta
y él ve vídeos de Lazy town
en el iPhone
antes de dormirse.
Estoy escuchando las vocecillas de los personajes de Lazy town
mientras escribo esto.
Bukowski escuchaba a Mahler.

2. Estoy leyendo
una biografía muy buena
de Bukowski.
La escribió Barry Miles y aquí la editó Circe.
Lo digo por si estabas pensando leer
una biografía de Bukowski,
que sea ésta.

3. Estuve viendo
el remake de Evil Dead
y me pareció una muy buena película.
La vería otra vez.

4. Estuvimos en Barcelona
esta tarde
y le compré a mi hijo una linterna pequeña
en el Decathlon,
para que alumbre lo que le apetezca,
una hoja allí, una hilera de hormigas acá,
cuando se nos haga de noche
durante nuestros paseos
vespertinos.
Antes
mi padre me había regalado
una botella de ron Saint James,
que compró en el colmado Quilez de Rambla Catalunya.
Es el ron que bebe Hemingway
en Paris era una fiesta.
Así soy yo.

5. Estoy pensando
que tengo
cuarenta seguidores.
Y eso sin enseñar las tetas.


herzog

Sólo Herzog podía hacer este documental.

cincuenta años

Quizá el Get Lucky de Daft Punk sea ya el tema de la década. Aunque llevemos tres años, a mí qué más me da, no creo que venga nadie en siete años a crear algo más redondo.
Y en sólo cuatro meses de vida puede que se le hayan hecho más versiones que a Yesterday en cincuenta años. La cual cosa no es que me parezca ni bien ni mal: no me importa.
La cuestión es que, de entre estas versiones que corren sobre todo por Youtube, me quedo con esta de unos tipejos que no conocía.
Tienen gracia y son músicos, algo difícil de encontrar hoy en día.

martes, julio 09, 2013

para el resto del año

El Golden Gate es el lugar del mundo donde se suicida más gente. Quizá ya lo sabías o quizá ni te lo imaginabas, como yo.
Este documental me ha dejado nocaut para el resto del año.

miércoles, julio 03, 2013

no recuerdo

No sé si conocías estos vídeos.
A mí me los descubrió el otro día mi hijo, que en agosto cumplirá dos años, mientras trasteaba a su antojo Youtube desde el iPhone.
No recuerdo nada tan absurdamente hipnótico, tan idiotizante, tan elemental, tan brillante.

miércoles, junio 19, 2013

vital y ancestral

Pensaba yo ayer, 
yo ayer, yoayer, mal
pensaba ayer tarde mientras me cortaban el pelo, 
CORTE DE PELO CHICO 11 EUROS, así, en negrita y cursiva lo anuncian en la puerta, 
como queriendo decir 
NO ESTAMOS DE BROMA, CHICO, ESTAMOS UTILIZANDO NEGRITA Y CURSIVA PORQUE NO-ESTAMOS-DE-BROMA, 
11 euros, no está mal, 
pensé, 
aunque no fui a cortarme el pelo por lo barato del lugar sino por una necesidad vital y ancestral
-al -al, fatal
de trasquilar mi cabellera medio rizada y sin sentido a las puertas del verano, 
pensaba, decía, mientras me cortaban el pelo con desgana, 
ni siquiera me preguntó cómo lo quería, empezó a cortar como si fuéramos madre e hijo y no hubiera secretos entre nosotros, 
la peluquera estaba en sus cosas, 
o como si lo hiciera durante la publicidad de su programa favorito, 
lo que la convertía de inmediato en alguien incompetente, 
había en ella una desgana que casi podía apreciarse reflejada en el espejo, 
como el calor de la llama de una vela, 
haciéndolo todo borroso, temblando todo a su alrededor, todo difuminado 
mientras ella se movía titubeante de aquí para allá, 
ahora el secador, 
ahora la navaja, 
empezó a cortar sin preguntarme nada y le tuve que decir que lo quería corto que si quería coger la maquinilla para ir más rápido y me dijo 
ah, vale, te lo corto un poco con tijeras y luego sigo con la maquinilla, 
así me dijo, 
ella ya tenía ese plan en la cabeza, qué le vamos a hacer, su idea era empezar con tijeras, aunque le iba a ser más fácil y rápido con maquinilla, 
yo no soy muy exigente en este aspecto, al fin y al cabo es pelo, crece sin parar, 
no soy muy exigente pero tampoco estúpido, 
y aquella mujer sin ganas de estar ahí pese a ser la dueña, 
como luego me dijo mi madre, 
me hizo pensar en el precio 
y me pregunté si 11 euros por aquello que estaba haciendo esa mujer incompetente era entonces caro o barato, 
por supuesto que antes de entrar a la peluquería ese 
CORTE DE PELO CHICO 11 EUROS 
en negrita y cursiva daba a entender que era barato o, al menos, no era caro pero, ahora, entonces, 
con la mujer esperando la vuelta de su programa favorito mientras decidía que aquel trasquilón no lo iba a notar nadie, 
no me estaba pareciendo nada barato 11 euros, 
y eso es lo que pensaba yo ayer, 
qué es lo barato qué es lo caro, 
pensaba en cómo la crisis nos afecta en estos pequeños grandes detalles, 
cuando salgo de una peluquería con la sensación de que ha sido caro algo a priori barato
es que alguna cosa estoy estás está estamos estáis están haciendo mal, 
y lo único que se me ocurre decir es: 
este 
no 
es 
el camino.

domingo, junio 09, 2013

incomodidad a tutiplén

En un determinado momento de Carretera perdida suena Insensatez
Está el protagonista en una hamaca, en el jardín de su casa, después de salir de la cárcel pero esto da igual. 
Suena Insensatez durante un minuto largo. 
Fue la primera vez que la escuché. En 1997. Hace ya da igual. 
La música la escucha el espectador pero también parece estar oyéndola el protagonista, que se levanta pausadamente y se asoma al jardín del vecino, donde ve una pequeña piscina hinchable que transmite paz, desasosiego y terror a partes iguales.  
No sé a qué viene toda esta cháchara que te estoy dando. Quizá porque el otro día descubrí este cómic de Joan Cornellà y pensé y quise buscarle influencias y me vino a la cabeza tampoco me preguntes por qué esta escena de la peli de Lynch. 
Hay en sus páginas las mismas dosis de paz, desasosiego y terror que reflejaba el agua de esa piscina hinchable. Hay locura onírica, gore, bromas macabras, incomodidad a tutiplén. 
Por momentos pienso que ese barquito sin rumbo que flotaba dentro es la génesis de esta obra exquisita. 

Sublime.

lunes, mayo 27, 2013

un hipo nervioso

El asesino, manos ensangrentadas y arma homicida en mano, hablándole a un transeúnte, no a la cámara sino a la persona, que lo graba con un pulso admirable. Nadie ha reparado en esto. Pregunto. Quién graba con su móvil a alguien que acaba de degollar a otra persona y ni siquiera hace el ademán de retirarse, de enfocar al suelo, ni siquiera un ligero movimiento, como un hipo nervioso. Quién, en definitiva, después de una atrocidad, tiene el pulso suficiente para apretar el botón rojo.

Detrás, al fondo, una señal de "precaución niños", advirtiendo también ahora al espectador, y un pequeño grupo de personas que mira la escena como si se tratase de un rodaje, con aquella tranquilidad que supone la ficción. 

Es uno de los vídeos más excepcionales de los últimos años, no tanto por la imagen que muestra sino por la situación, por la escena a la que sucede. Es un vídeo extraño porque nos oculta una crueldad de la que querríamos haber sido espectadores. Porque en eso nos hemos convertido y eso somos ya. 

Pero más allá de todo esto, la señora del carrito.
La señora del carrito.
Para mí no existe nada más en este vídeo. No hay terrorista, ni machete, ni manos ensangrentadas, ni Alá, por muy grande que sea, le hace sombra a la señora del carrito.
Se va acercando a la cámara, al terrorista que ahora se excusa por lo que han tenido que ver las mujeres del lugar, no duda en ningún momento en cambiar de itinerario, ni siquiera una ligera L, un zigzagueo, ella sigue su camino.
Porque lo que tenía que ocurrir ya ha ocurrido. 
Y no hay nada que hacer. 
Al menos ahora mismo.

Desazón.





martes, abril 09, 2013

there is a light somewhere




The Laughing Heart

Your life is your life
don’t let it be clubbed into dank submission.
Be on the watch.
There are ways out.
There is a light somewhere.
it may not be much light but
it beats the darkness.
Be on the watch.
The gods will offer you chances.
Know them.
Take them.
You can’t beat death but
you can beat death in life, sometimes.
And the more often you learn to do it,
the more light there will be.
Your life is your life.
Know it while you have it.
you are marvelous
the gods wait to delight
in you.


Charles Bukowski

lunes, abril 08, 2013

un sabor desconocido

Canciones de los Beatles en un tono diferente al original.
Te quedas con algo raro en el cuerpo, un sabor desconocido en la misma mirada de siempre.





viernes, marzo 29, 2013

fusil

Cuanto más veo este vídeo, esta obra de arte sincera, sencilla y demoledora, más ganas tengo de, sin ser yo nada de eso, coger el fusil.

Jorge Galindo y Santiago Sierra, desde hoy en un altar.


«Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurreción es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes.» 

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
París, 23 de junio de 1793


jueves, marzo 14, 2013

ganas


Si después de esto no te entran ganas de ver toda la filmografía de Tarkovsky.

martes, febrero 26, 2013

catacrac

Siguiendo.
Aquí tenemos a, cómo se llama, la mujer de, a ver cómo se llama, en fin da igual, y allí tienen a Michelle Obama.
Catacrac.

domingo, febrero 24, 2013

ellos allí

Esto va Sheila y me lo envía al mail a las tantas de la madrugada. Y ella sigue a lo suyo y yo al día siguiente digo ostia, OSTIA. Así lo digo. Es lo único que me sale. Qué dirás tú, ya lo veremos, pero no te creas que vas a decir mucho más.

Nosotros aquí tenemos a, a ver, a, en fin, da igual, y ellos allí tienen a Beck.

Como si hubiera venido de otro planeta para enseñarnos a hacer versiones.
Así se hacen las versiones en algún lugar del universo del que hasta ahora no teníamos noticias.

orgànica

lunes, febrero 18, 2013

grandola, vila morena

Acaso no te pareció bonito esto que pasó el otro día.






una hoja seca del suelo



Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Mi hijo duerme la siesta mientras yo descubro esta foto, ganadora del World Press Photo 2013, que me golpea el estómago del alma y me hace llorar.
Jan duerme la siesta en su cuna y yo estoy tumbado en la cama, con el portátil encima de mi barriga, mirando fijamente la pantalla que sube y baja y me confirma que sigo vivo.
Jan duerme a mi lado, en su cuna, los brazos estirados hacia arriba, como si en el largo sueño que estuviera teniendo celebrase algún triunfo, de forma respetuosa, eso sí, casi sin querer que los demás descubriéramos su felicidad.
Jan celebra un triunfo en sueños, quizá ha conseguido coger una galleta de la mesa, justo donde ayer no alcanzaba.
Miro la pantalla que sube y baja y que parece mover ligeramente este río de tristeza, este mudo descenso al abismo que es la foto.
Miro a Jan durmiendo la siesta y, como casi siempre, compruebo que su barriguita también suba y baje. Ahora frunce el ceño ahora sonríe ahora da media vuelta y cruza los brazos.

Conozco a esos niños. Los he visto jugar con Jan en el parque, han compartido una galleta, se han regalado una hoja seca del suelo, se han empujado sin querer y luego se han pedido perdón, se han tirado juntos por el tobogán, se han sacudido la arena de las rodillas y se han limpiado las manos en la camiseta.
Todos los niños tienen la misma arena debajo de la uñas. En la foto no lo podemos apreciar, pero así es.

Como en La flecha del tiempo, imagino a estos hombres caminando hacia atrás y llevando los cuerpos muertos de los niños hasta el lugar de la explosión donde los depositarán llorando en el suelo mientras un misil se alejará hasta introducirse en un cañón y los hombres se irán corriendo y gritando mientras los niños vuelven a la vida y una pelota rueda hacia sus pies de entre los escombros que ahora se agrupan y forman una casa y luego otra y de esta casa sale una mujer que les quita un bocadillo a cada uno y vuelve a entrar con los dos bocadillos y los abre y guarda los trozos de queso que contenían y fabrica con los pedazos una barra de pan que devuelve a la panadería mientras los niños siguen jugando en la calle.

Imagino a esta marea de tristeza caminando hacia atrás y vuelvo a mirar a los niños envueltos en sus mortajas, que ya no meriendan, que ya no juegan a pelota, que ya no sacuden la arena de sus rodillas, que ya no duermen la siesta, que ya no levantan los brazos hacia arriba, que ya no sueñan ningún triunfo.

Que ya nada.



                                                                                                                   Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
– esta muerte que nos acompaña 
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo pesar 
o un vicio absurdo. Tus ojos 
serán una vana palabra, 
un grito callado, un silencio. 
Así los ves cada mañana 
cuando sola te inclinas ante el espejo. Oh esperanza, 
ese día también nosotros sabremos 
que eres la vida y eres la nada. 

Para todos la muerte tiene una mirada. 
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. 
Será como abandonar un vicio, 
como ver aparecer en el espejo 
un rostro muerto,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al abismo mudos.


Cesare Pavese, 1950

jueves, febrero 14, 2013

sksz lngstk n l rz

Este es uno de los vídeos del momento.
De qué momento eso ya es otra cosa.
Te va a gustar, va, va.

miércoles, febrero 13, 2013

cabronazo

Este libro es buenísimo.
Es una puta maravilla. Sabes a lo que me refiero cuando digo puta maravilla. Pregunto.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un ensayo.
El Servando Rocha es un cabronazo.


Y hasta aquí mi crítica literaria de hoy.


todo lo contrario



El otro día, ayer, me vino a la cabeza esta canción, que en algún momento de mi vida pensé que cantaba Paul McCartney. Sobre todo cuando entona aquello de all about God and His mercy (1:21). En especial ese mercy.
 Sin duda es una canción preciosa, contenida, alegre, quiere ser triste, la letra es triste, pero rezuma alegría, como si a Gilbert O'Sullivan se le hubiera ido de las manos su propia creación, él quería hacer algo triste pero al menos conmigo no contó, porque yo estoy alegre cuando la escucho y cuando la quiero escuchar.

En cambio, con esta fotografía pasa todo lo contrario.

Quiere ser alegre, pero rezuma tristeza. 




miércoles, enero 30, 2013

locura

Pau Monfort, a través de su twitter, me descubre esta locura.
Alguien musicó una rueda de prensa de Van Gaal.
No se te llenan los ojos de lágrimas, no te invade una alegría estúpida. Pregunto.
Me ha recordado algunas escenas del Pierrot Lunaire de Schoenberg.

Musicar a Van Gaal.

jersey shore

En un extremo está Jersey Shore y en el otro este documental.
Mike The situation conversando con Judith Butler.
¿Femiqué?

En fin, aquí te dejo esta maravilla.

viernes, enero 18, 2013

barro


Una vez finalizada la tarea, Don Limpio permite/ordena a la mujer que se siente un rato.
Pronto llegarán los niños de la escuela.
Manchados de barro.

messi es un perro

Mireia me envió este vídeo por whatsap prometiendo que me gustaría.
Se cree que me conoce.




Y este es Hernán Casciari, el autor del texto y de la revista Orsai.

Fan.