La NASA, "atónita" con los resultados de los análisis del suelo de Marte
"Es el tipo de suelo en el que pueden crecer espárragos", asegura el responsable de la investigación.
Este es un titular de hoy en El País.
¿Espárragos?
¿Por qué espárragos?
¿Por qué espárragos y no, por ejemplo, patatas?
¿Necesitan los espárragos un determinado tipo de tierra? Supongo que sí, no soy idiota aunque te haga dudar cada dos por tres, pero
¿Tan exacto es el análisis de la nave (había puesto de la puta nave) o de lo que diablos (había puesto de lo que coño) hayan enviado allí arriba?
¿Por qué espárragos, dije?
¿Por qué espárragos dijo el responsable de la investigación?
Me he visto llamado, obligado, a buscar información sobre los espárragos.
Esto es un fragmento de lo que encontré en la primera entrada de google después de teclear, con gracia y soltura, con apatía también pero sin miedos, siempre sin miedos, sin ningún tipo de temor al fracaso: cultivo de espárragos
Suelo.
La textura debe ser franca, con inclinación a franco arenosa o limosa; también admite la franco arcillosa, aunque no le convienen los suelos arcillosos. Para el mejor aprovechamiento comercial de sus turiones, el suelo no debe ser pedregoso para evitar que, durante el crecimiento de la yema apical del turión bajo tierra, se deteriore por roces u obstáculos con las piedras.
El terreno no debe encharcarse en ningún momento, ya que tiene gran sensibilidad a la asfixia radicular.
El pH óptimo está comprendido entre 7,5 y 8, aunque admite suelos de pH 6,5.
Tiene gran resistencia a la salinidad del suelo y del agua de riego; siendo uno de los cultivos de huerta que presenta más resistencia a la salinidad, pero aunque tolera una elevada conductividad eléctrica, se entreve la posibilidad de que pueda ser causante de la disminución de longevidad del esparragal.
No he entendido nada (había puesto No he entendido una mierda). Pero me da un poco igual.
¿A alguien le importa el tipo de suelo que necesita un espárrago para ser feliz?
Creo que no le importa ni al agricultor.
¡Ni al mismísimo espárrago!, mira lo que te digo, ni a él le importa.
¿Qué más le dará a él si no tiene corazón, no sufre, ni cerebro, no razona, ni boca, no se queja? Dejemos en paz a esos hombrecillos alargados, blancos y verdes, apestadores de orina, y no compliquemos más las cosas, que bastante tenemos con lo nuestro.
Lo mejor de este descubrimiento es que, de aquí unos años, cuando ni tú, ni yo, ni todas nosotras estemos por aquí, alguien, un domingo, comiendo con unos amigos en casa, dirá:
Probad estos espárragos, son de Marte, me los mandó el otro día mi primo, que se compró una parcela y se hizo una torre y se fue a vivir con la Yoli, sí, tuvieron un niño, pues no se puso gorda la Yoli, tendrías que haberla visto, una foca, la Yoli, siempre había sido ancha, sí, pero es que se puso que no la conocíamos, que un día estábamos paseando por la rambla y le dije al Jona ¿quién es esa gorda? y luego vi que era la Yoli y me quedé muerta, pues se fueron hace unos años ya, que aquí los precios estaban imposibles y además allí se ve que el suelo es muy bueno para los espárragos, probad a ver qué tal.
viernes, junio 27, 2008
jueves, junio 26, 2008
última esperanza blanca
¿Por qué tengo que apoyar al cine español si ya un tráiler me produce vergüenza ajena?
¿Por qué tengo que apoyar algo que me da vergüenza ajena?
¿Por qué tengo que ir a ver Rivales este viernes, Fernando Colomo, por qué tengo que ir a verla? Dame una razón de peso.
Y no me digas Sale la Kira Miró enseñando tetas porque eso no es una razón de peso. Una razón de peso sería Sale la Kira Miró y hace un papel de Oscar. Además durante toda la peli lleva un jersey de cuello alto.
Incluso en el poster sale con escote, cuando el resto de actores/actrices están caracterizados como jugadores de futbolín. Un jugador de futbolín con escote. (No he encontrado el poster, me ha dado pereza seguir buscando) Para que digas, Joder qué tetas, joder, es la Kira Miró, joder, se ha puesto tetas la Kira Miró, voy a ver la peli, fijo.
¿Qué debe pensar la Miró de su carrera cinematográfica? ¿Le dará igual ser un florero? ¿Qué dirá cuando le pregunten a qué se dedica? Soy la única actriz del cine español de la que nadie puede decir de qué color son mis ojos, dirá.
¿Y Miguel Ángel Silvestre, "el Duque"? ¿Qué debe pensar de su carrera?
Porque a lo mejor estos personajes algún día van y actúan bien, no digo que no.
La cuestión es: ¿a alguien le va a importar?
¿No es triste?
Yo a veces lloro y todo por la Kira Miró y el Duque, es que lloro a moco tendido por ellos, la pena que me dan es tanta, no lo puedo explicar, mucha pena es, sí, ay.
Es que te dije que siento vergüenza ajena cada vez que veo el tráiler en la tele, pero es más que eso. Es un desánimo inexplicable.
¿Quién coño pierde tiempo de su vida haciendo mierdas de este tipo?
Ha habido muchas personas trabajando en esa peli, ¿ninguna ha creído necesario decir, gritar, berrearle al oído en un determinado momento al Colomo ¡Esto va a ser una auténtica mierda, Fernandoooo!?
¿Ninguna? No me lo creo.
Y me dirás Si no la has visto, gilipollas, de qué hablas.
Y te diré he visto esa peli cien veces, y tú también, que no te engañen, ese tráiler huele a lo mismo de siempre, siempre que se te quema algo en el horno huele igual, da igual lo que sea (a no ser que comas bolsas de plástico), pescado, pizza, canelones, da igual lo que coño hayas metido en el horno, simplemente huele a quemado.
Eso es el cine español: olor a quemado. Nadie se ha preocupado de vigilar el horno.
Pero ahora, ¡ah! (como diría el Monegal), aparece en escena el Nacho Vigalondo con sus Cronocrímenes y qué digo ahora, mierda, qué digo ahora.
Pues digo que la peli no pinta mal, Nacho, la peli no pinta mal, esa es la verdad, y te mentiría si digo que no tengo ganas de verla, pero la tanta expectación de los cojones nunca es buena para una peli, Nacho, y tuya no es la culpa, ni mía, si es de alguien es de los americanos, que se empiezan a masturbar cuando ven algo subtitulado y parece que entonces es bueno, empiezan a descubrir Europa, empiezan a fichar a jugadores españoles, empiezan a gritar ohmaigad a las primeras de cambio, los americanos, Nacho, no los veo yo un buen baremo, pero funcionan, coño, claro que funcionan, aprovéchate de los americanos que algún día se aprovecharán de ti, pero me he comido tantas mierdas con esta expectación que ya no sé qué pensar, la expectación es siempre mala, en todos los aspectos de la vida.
No esperes nada de nadie.
Ni de mí, mira lo que te digo, ni de mí.
En fin, que Los Cronocrímenes es la última esperanza blanca, the last spanish white trash, y se estrena este viernes 27.
No es más que la historia de un crimen con viajes en el tiempo, así Vigalondo.
Y yo y tú y ellos y nosotros y algunas más nos preguntamos: ¿queremos ver la historia de un crimen con viajes en el tiempo?
Nos lo preguntamos en el metro, en los autobuses, a la salida de la pelu, antes de entrar al cole, en el estanco, en un semáforo en rojo, bajamos la ventanilla y le preguntamos al de la moto: ¿queremos ver la historia de un crimen con viajes en el tiempo? Pero el de la moto va a lo suyo, con el móvil metido dentro del casco y hablando en voz alta. Le volvemos a repetir la pregunta, sacando el brazo por la ventanilla y palmeando su asiento, para que se entere de que le estamos preguntando algo importante.
Al final nos responde que sí, que sí que queremos.
Ya veremos la tanta expectación en qué se queda.
miércoles, junio 25, 2008
mira tú por dónde
Mira tú por dónde una peli bien contada.
Tampoco era tan difícil, digo yo, una peli bien contada es lo único que pido.
Y veo esta peli y me digo esto es una peli bien contada, tampoco era tan difícil.
Una peli con sus disparos, con sus diálogos perfectos, con la sombra del buen cine negro, con su Seymour Hoffman chutándose heroina, con su Ethan Hawke a lo loser, con su Marisa Tomei en braguitas, con sus flashbacks de la ostia, con su título de la reostia, joder, una peli bien contada, algo bien hecho hoy en día, que tampoco era tan dificultoso el asunto, digo yo.
Qué raro suena, ¿eh?, algo bien hecho hoy en día, es que lo repito mil veces y mil veces me suena raro.
Algo bien hecho hoy en día.
Tampoco era tan difícil, digo yo, una peli bien contada es lo único que pido.
Y veo esta peli y me digo esto es una peli bien contada, tampoco era tan difícil.
Una peli con sus disparos, con sus diálogos perfectos, con la sombra del buen cine negro, con su Seymour Hoffman chutándose heroina, con su Ethan Hawke a lo loser, con su Marisa Tomei en braguitas, con sus flashbacks de la ostia, con su título de la reostia, joder, una peli bien contada, algo bien hecho hoy en día, que tampoco era tan dificultoso el asunto, digo yo.
Qué raro suena, ¿eh?, algo bien hecho hoy en día, es que lo repito mil veces y mil veces me suena raro.
Algo bien hecho hoy en día.
lunes, junio 23, 2008
caer a un lado
Casillas parándome esos fantasmas.
Coge un diario hoy:
Por fin se ha roto el maleficio.
España se sacude los fantasmas.
Exorcismo en Viena.
Derrotando mitos.
"Sólo hemos ganado una pequeña batalla".
Tengo la sensación de haberme despertado en la Edad Media. ¿Tú no?
En fin.
Ayer vimos una buena peli de más de dos horas y cuando ya pensábamos que el protagonista se iba a salvar con esa suerte que los guionistas escriben para los protagonistas, en el último suspiro aparece el personaje secundario, el que se ha estado quedando sin la chica el resto de pelis, el perdedor, y fulmina al protagonista con suerte simplemente dejándose caer a un lado.
Hoy la gente tiene ese regusto que dejan las buenas películas con un giro inesperado.
Hoy la gente no está orgullosa ni de ser de un sitio ni de ser de otro ni de ostias.
Hoy la gente está contenta porque ha comprobado que los perdedores pueden dejar de serlo.
Y esto es un alivio.
Para todos.
Coge un diario hoy:
Por fin se ha roto el maleficio.
España se sacude los fantasmas.
Exorcismo en Viena.
Derrotando mitos.
"Sólo hemos ganado una pequeña batalla".
Tengo la sensación de haberme despertado en la Edad Media. ¿Tú no?
En fin.
Ayer vimos una buena peli de más de dos horas y cuando ya pensábamos que el protagonista se iba a salvar con esa suerte que los guionistas escriben para los protagonistas, en el último suspiro aparece el personaje secundario, el que se ha estado quedando sin la chica el resto de pelis, el perdedor, y fulmina al protagonista con suerte simplemente dejándose caer a un lado.
Hoy la gente tiene ese regusto que dejan las buenas películas con un giro inesperado.
Hoy la gente no está orgullosa ni de ser de un sitio ni de ser de otro ni de ostias.
Hoy la gente está contenta porque ha comprobado que los perdedores pueden dejar de serlo.
Y esto es un alivio.
Para todos.
sábado, junio 21, 2008
magistral
Fun home, de Alison Bechdel.
Este es el cómic del año, sin discusión.
Pocas veces un cómic me atrapaba tanto desde la primera página.
Magistral de principio a fin.
Este es el cómic del año, sin discusión.
Pocas veces un cómic me atrapaba tanto desde la primera página.
Magistral de principio a fin.
a la primera
Acabo de pegarle una pedrada a un nido de urraca que no veas.
He ido con mis colegas del verano, el Rata, el Bultos, la Puri y el Naranjito y hemos estado fumando plata en el parque.
Luego he visto ese nido de urraca y lo he destrozado con una piedra a la primera.
Han empezado a caer pendientes, collares, libros, anillos, cds, cómics, papel de plata.
Ahora voy con el Rata a venderlo todo, que dice que hay un viejo cerca del puerto que compra hasta piedras. Se ve que no está muy fino y es fácil timarle.
El puto nido de urraca nos va alegrar la tarde, ya te digo, mira por dónde.
viernes, junio 20, 2008
consideraciones
Empiezo aquí una nueva sección titulada
BAJA EL VOLUMEN DEL YOUTUBE Y DALE AL SEEQPOD.
Después de casi tres meses de consideraciones, he decidido llamarla así para ahorrarme explicaciones para el lector. De todas formas, por ser la primera vez, daré las instrucciones de uso de esta nueva forma de entretenimiento masivo.
Se trata de bajar el volumen del vídeo, dejarlo cargar y, cuando esté listo, darle simultáneamente a los dos plays: youtube y seeqpod (aunque lo de la simultaneidad tampoco será muy importante).
El objetivo de tal imbécil experimento no es otro que el de poner la música que me dé la gana al vídeo que me dé la gana. Que para eso me pagan.
Play it fuckin' loud!
jueves, junio 19, 2008
la cara caída
En este bendito centro comercial donde trabajo (sic) hay una mujer que me llama rey.
Se encarga de controlar las máquinas de cambio de monedas, monedas para tener cambio en la caja, creo que me he explicado a la primera; yo voy con un billete de cincuenta (50) euros y vengo con un paquete de veinticinco (25) monedas de dos (2) euros, por ejemplo. Y así con todas las monedas y billetes.
Pues ella está allí, pasando el rato y haciendo sus cosas de mujer que controla las máquinas de cambio.
Tiene un cuarto en el que no ves lo que hace pero ella sí que te ve a ti en cuanto entras porque el sitio está lleno de cámaras. Así que, inmediatamente después de abrir la puerta y entrar, oigo una voz que me dice hola rey.
A veces me hace sentir bien, a veces necesito que me llamen rey y bajo dos o tres veces aunque no necesitemos cambio, sólo para oírlo.
Pero otras preferiría que me llamara por mi nombre.
Porque, excepto si es alguien de tu familia (mi tía me llama rey), cuando alguien te llama rey quiere decir que ha olvidado tu nombre.
Y no hay nada más triste que se olviden de tu nombre.
Bueno, quizá sí que hay algo más triste: que te llamen por otro nombre.
Esto a mí me llena de una tristeza absoluta, que me dejaría caer al suelo, los brazos caídos, la cara caída, los hombros caídos, las rodillas caídas, todo yo caído en el suelo después de escuchar que alguien me llama por un nombre que no es el mío.
Porque no es sólo el hecho de que una persona me llame con otro nombre, es, sobretodo, el tener que decirle que no te llamas así y que tu nombre es tal. Pocas cosas me pueden dar más pereza.
Decir nuestro nombre es extraño, porque no estamos acostumbrados a nombrarnos ya que lo hacen los demás, pero rectificar el nombre que te pone otra persona es de lo más dada.
A mí me ha pasado varias veces a lo largo de mi vida.
Algunas personas me han llamado Sergio.
¿Tiene algún sentido? No, ya te lo digo yo.
El único sentido, si es que se le puede llamar así, es que tanto Diego como Sergio contienen las mismas vocales. ¡Pero ni siquiera en el mismo orden!
Es lo único que se me ocurre.
Y no me vale eso de que es que tienes cara de Sergio porque entonces yo podría decir uy, perdona, pero es que como tienes cara de gilipollas, por eso te he estado llamando Gilipollas todo este tiempo. Perdona, ¿eh?
La cuestión es que yo tampoco me acuerdo del nombre de la mujer que controla las máquinas de cambio y estoy por llamarla reina.
Y entonces seremos los reyes de este bendito centro comercial, reyes sin nombre pero reyes al fin y al cabo, y todo el mundo se girará a nuestro paso, arrodillándose a nuestro paso, inclinándose a nuestro paso, yo cargaré las monedas de vuelta a la tienda y todo el mundo dirá ahí va el rey, de vuelta a la tienda, cargando las monedas y, aunque preferiría que me llamaran por mi nombre, no diré nada, y me despediré de la mujer que controla las máquinas de cambio con una reverencia y un adiós reina y luego, cuando pase el tiempo, sentiré otra vez esa tristeza absoluta, que me dejaría caer al suelo, los brazos caídos, la cara caída, los hombros caídos, las rodillas caídas, todo yo caído en el suelo después de escuchar que alguien se ha olvidado de mi nombre y me llama, por ejemplo, Diego.
Se encarga de controlar las máquinas de cambio de monedas, monedas para tener cambio en la caja, creo que me he explicado a la primera; yo voy con un billete de cincuenta (50) euros y vengo con un paquete de veinticinco (25) monedas de dos (2) euros, por ejemplo. Y así con todas las monedas y billetes.
Pues ella está allí, pasando el rato y haciendo sus cosas de mujer que controla las máquinas de cambio.
Tiene un cuarto en el que no ves lo que hace pero ella sí que te ve a ti en cuanto entras porque el sitio está lleno de cámaras. Así que, inmediatamente después de abrir la puerta y entrar, oigo una voz que me dice hola rey.
A veces me hace sentir bien, a veces necesito que me llamen rey y bajo dos o tres veces aunque no necesitemos cambio, sólo para oírlo.
Pero otras preferiría que me llamara por mi nombre.
Porque, excepto si es alguien de tu familia (mi tía me llama rey), cuando alguien te llama rey quiere decir que ha olvidado tu nombre.
Y no hay nada más triste que se olviden de tu nombre.
Bueno, quizá sí que hay algo más triste: que te llamen por otro nombre.
Esto a mí me llena de una tristeza absoluta, que me dejaría caer al suelo, los brazos caídos, la cara caída, los hombros caídos, las rodillas caídas, todo yo caído en el suelo después de escuchar que alguien me llama por un nombre que no es el mío.
Porque no es sólo el hecho de que una persona me llame con otro nombre, es, sobretodo, el tener que decirle que no te llamas así y que tu nombre es tal. Pocas cosas me pueden dar más pereza.
Decir nuestro nombre es extraño, porque no estamos acostumbrados a nombrarnos ya que lo hacen los demás, pero rectificar el nombre que te pone otra persona es de lo más dada.
A mí me ha pasado varias veces a lo largo de mi vida.
Algunas personas me han llamado Sergio.
¿Tiene algún sentido? No, ya te lo digo yo.
El único sentido, si es que se le puede llamar así, es que tanto Diego como Sergio contienen las mismas vocales. ¡Pero ni siquiera en el mismo orden!
Es lo único que se me ocurre.
Y no me vale eso de que es que tienes cara de Sergio porque entonces yo podría decir uy, perdona, pero es que como tienes cara de gilipollas, por eso te he estado llamando Gilipollas todo este tiempo. Perdona, ¿eh?
La cuestión es que yo tampoco me acuerdo del nombre de la mujer que controla las máquinas de cambio y estoy por llamarla reina.
Y entonces seremos los reyes de este bendito centro comercial, reyes sin nombre pero reyes al fin y al cabo, y todo el mundo se girará a nuestro paso, arrodillándose a nuestro paso, inclinándose a nuestro paso, yo cargaré las monedas de vuelta a la tienda y todo el mundo dirá ahí va el rey, de vuelta a la tienda, cargando las monedas y, aunque preferiría que me llamaran por mi nombre, no diré nada, y me despediré de la mujer que controla las máquinas de cambio con una reverencia y un adiós reina y luego, cuando pase el tiempo, sentiré otra vez esa tristeza absoluta, que me dejaría caer al suelo, los brazos caídos, la cara caída, los hombros caídos, las rodillas caídas, todo yo caído en el suelo después de escuchar que alguien se ha olvidado de mi nombre y me llama, por ejemplo, Diego.
miércoles, junio 18, 2008
a todo quisqui
El otro día Mireia me descubrió el blog de un personaje dibujante de Nueva York que le hace retratos a todo quisqui.
Todo quisqui quiero decir todas las personas que habitan Nueva York.
Tú puedes enviarle un mail al personaje dibujante, Jason Polan se llama, y decirle:
Jason, hijo de puta, voy a estar el próximo martes en la 42 esquina con la Quinta (no sé si existe, me lo invento).
Llevaré una gorra de los Giants y me rascaré de vez en cuando el ojo derecho como si me hubiera entrado algo.
Procura disimularme la papada, hijo de puta.
Adiós.
Con eso le basta al Polan. Eso sí, le tienes que avisar como mínimo con un día de antelación para que te lo confirme.
Entonces tú vas a la esquina que dijiste, te estás menos de dos minutos y el Polan te dibuja sin que tú lo veas. Es parte del proyecto, que tú nunca lo veas.
Al día siguiente, sube el dibujo que hizo de ti.
La idea es buena, aunque no sé yo si me reconocería en alguno de esos garabatos del Jason.
Por otro lado, no sé a ti, pero a mí el Polan me deja un regusto a asesino en serie que ni te lo imaginas.
No sé si es que soy un tarado pero yo miro los dibujos de su blog y veo a futuras víctimas.
martes, junio 17, 2008
vagamente afectiva
Noches del mes de junio
A Luis Cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
Jaime Gil de Biedma
A Luis Cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
Jaime Gil de Biedma
lunes, junio 16, 2008
gente participativa
Ayer fuimos el Tomás y yo a ver a los Akron/Family.
Los Akron/Family son uno de los mejores grupos en directo que puedas ver hoy en día.
¿A que no te lo crees si lo digo yo?
Es lo que pasa cuando engañas tantas veces a la gente. Me lo merezco.
No me creas, da igual, pero Akron/Family son uno de los cinco mejores grupos que puedes ver en directo hoy en día.
Supongo que otro es Shellac, aunque yo nunca los he visto, pero dice Tomás que hicieron un concierto perfecto en el Primavera Sound, no se le puede pedir más a un concierto, así Tomás.
Y a Tomás hay que tomárselo en serio cuando habla de música o de libros o de películas, aunque me recomendó La niebla y me dormí como un cachorro a los pies de su amo en invierno. De todas formas, ya dije, hay que tomárselo en serio.
Pues el concierto de ayer estuvo muy bien. No fue perfecto porque no lo fue, pero estuvieron tremendismos.
Lo que no me gusta de estos tipejos de Akron es cuando deciden que el público tiene que formar parte de la banda, dando palmas o manteniendo una nota para que ellos canten o gritando, vete a saber, todo lo que pueda hacer un público retrasado y snob como el de Barcelona. A mí eso me cansa porque no soy participativo, porque estoy cansado en general, porque soy un vago, cómo quieres que te lo diga. Y miro a la gente participativa, que sonreía mientras cantaba o hacía sonar el medio y el pulgar con un click!, y mientras miro a esta gente participativa me digo qué sería de este concierto si todo el mundo fuese como yo, qué sería del mundo en general si todos fueran como yo.
Un auténtico desastre.
Disgrace.
La cuestión es que los Akron, entre psicodelia y nanas folk, estuvieron tocando dos horas. Y si por ellos hubiera sido hubiesen estado una hora más.
Un 9.
Los Akron/Family son uno de los mejores grupos en directo que puedas ver hoy en día.
¿A que no te lo crees si lo digo yo?
Es lo que pasa cuando engañas tantas veces a la gente. Me lo merezco.
No me creas, da igual, pero Akron/Family son uno de los cinco mejores grupos que puedes ver en directo hoy en día.
Supongo que otro es Shellac, aunque yo nunca los he visto, pero dice Tomás que hicieron un concierto perfecto en el Primavera Sound, no se le puede pedir más a un concierto, así Tomás.
Y a Tomás hay que tomárselo en serio cuando habla de música o de libros o de películas, aunque me recomendó La niebla y me dormí como un cachorro a los pies de su amo en invierno. De todas formas, ya dije, hay que tomárselo en serio.
Pues el concierto de ayer estuvo muy bien. No fue perfecto porque no lo fue, pero estuvieron tremendismos.
Lo que no me gusta de estos tipejos de Akron es cuando deciden que el público tiene que formar parte de la banda, dando palmas o manteniendo una nota para que ellos canten o gritando, vete a saber, todo lo que pueda hacer un público retrasado y snob como el de Barcelona. A mí eso me cansa porque no soy participativo, porque estoy cansado en general, porque soy un vago, cómo quieres que te lo diga. Y miro a la gente participativa, que sonreía mientras cantaba o hacía sonar el medio y el pulgar con un click!, y mientras miro a esta gente participativa me digo qué sería de este concierto si todo el mundo fuese como yo, qué sería del mundo en general si todos fueran como yo.
Un auténtico desastre.
Disgrace.
La cuestión es que los Akron, entre psicodelia y nanas folk, estuvieron tocando dos horas. Y si por ellos hubiera sido hubiesen estado una hora más.
Un 9.
Luego volví a casa en NitBus, un servicio extraordinario, para gente cool, para gente con myspace y facebook, el NitBus.
Sentadas en los asientos del final, un grupo de chicas, la más vieja tendría catorce años. Suena el móvil de una de ellas. Contesta:
- ¿Sí?
-...
- No, yo no estoy con la Nora, yo estoy en mi casa.
-...
- No, que no he visto a la Nora, si yo estaba durmiendo.
-...
Lo mejor de la escena no fue la mentira (inverosímil, a no ser que la chica viva en un autobús en marcha con su familia y por eso el que llamó no notó nada raro) sino la reacción de la gente: todos se callaron. Interrumpieron sus conversaciones de autobús nocturno en cuanto la chica dijo yo estoy en mi casa. Fue como una contraseña, como un rodando dicho por un director de cine.
La gente fue cómplice de la mentira. Fue como si se dijeran entre sí a ver si podemos hacerle creer al que ha llamado que la chica está en su casa.
Y por eso la gente permaneció en silencio, porque todos se imaginaron la casa de alguien a esa hora de la noche.
El conductor podría haber apagado el motor y las luces para evitar cualquier posible zumbido o vibración y alguien podría haber ladrado porque a lo mejor la chica tenía un perrito en casa y otro podría haber hecho el sonido de las olas del mar, por si acaso la chica vivía cerca de la playa, y otro podría haber imitado una sirena de ambulancia, no fuera que la chica viviese cerca de un hospital, y otro el sonido de una moto, otro el del camión de la basura y otro el de un grillo.
Y así, tomando partido entre todos, convertir esta mentira de chica de catorce años en algo grande, importante, emocionante, y que la chica lo recordase durante toda su vida.
Aunque nosotros no lo hiciéramos tanto por ella sino por nosotros mismos.
Por el simple hecho de crear un mundo de mentira.
Aunque fuera por unos minutos.
Sentadas en los asientos del final, un grupo de chicas, la más vieja tendría catorce años. Suena el móvil de una de ellas. Contesta:
- ¿Sí?
-...
- No, yo no estoy con la Nora, yo estoy en mi casa.
-...
- No, que no he visto a la Nora, si yo estaba durmiendo.
-...
Lo mejor de la escena no fue la mentira (inverosímil, a no ser que la chica viva en un autobús en marcha con su familia y por eso el que llamó no notó nada raro) sino la reacción de la gente: todos se callaron. Interrumpieron sus conversaciones de autobús nocturno en cuanto la chica dijo yo estoy en mi casa. Fue como una contraseña, como un rodando dicho por un director de cine.
La gente fue cómplice de la mentira. Fue como si se dijeran entre sí a ver si podemos hacerle creer al que ha llamado que la chica está en su casa.
Y por eso la gente permaneció en silencio, porque todos se imaginaron la casa de alguien a esa hora de la noche.
El conductor podría haber apagado el motor y las luces para evitar cualquier posible zumbido o vibración y alguien podría haber ladrado porque a lo mejor la chica tenía un perrito en casa y otro podría haber hecho el sonido de las olas del mar, por si acaso la chica vivía cerca de la playa, y otro podría haber imitado una sirena de ambulancia, no fuera que la chica viviese cerca de un hospital, y otro el sonido de una moto, otro el del camión de la basura y otro el de un grillo.
Y así, tomando partido entre todos, convertir esta mentira de chica de catorce años en algo grande, importante, emocionante, y que la chica lo recordase durante toda su vida.
Aunque nosotros no lo hiciéramos tanto por ella sino por nosotros mismos.
Por el simple hecho de crear un mundo de mentira.
Aunque fuera por unos minutos.
sábado, junio 14, 2008
la supera
¿Te puedes creer que escuché esta versión antes que la original?
No había oído en mi vida la original y escuché esta versión hace poco más de un año.
La supera, está claro.
No había oído en mi vida la original y escuché esta versión hace poco más de un año.
La supera, está claro.
viernes, junio 13, 2008
en coma como a Uma
El otro día en clase estuvimos tres (3) horas, de seis a nueve (de 18:00 a 21:00), es decir, las tres horas de clase, analizando el cuento El Aleph de Borges.
Borges es el escritor más complejo que puedas leer. Al menos a mí así me lo parece.
Además escribe de tal forma que no deja al lector hacer otra cosa que no sea leer. Quiero decir que uno cuando lee algo puede desconectar algunos segundos, todos lo hacemos, yo lo hago, tú lo haces, él lo hace, nosotros lo hacemos, vosotros lo hacéis y ellos lo hacen. Todos. Puedes hacer desconexiones, más largas o más cortas, dependiendo del interés de la obra. Por ejemplo, cuando lees este blog puedes pensar en si ya habrá acabado la lavadora, te pueden llamar por teléfono y luego seguir leyendo, saltarte líneas, incluso puedes pensar en el Yeti, que es el máximo grado de desconexión que se conoce.
Con Borges no puedes desconectar de la lectura ni un nanosegundo porque estarás perdido en un laberinto y aquí no existen alas que valgan. Hay que empezar de nuevo.
Pasa algo parecido con Cortázar, aunque no tiene nada que ver.
Pero es que Borges se sale a la hora de rocanrolear con las palabras.
A mí Borges no me gusta, lo voy a dejar claro desde el final, pero reconozco que cada vez que leo algo suyo es como si me inyectaran una sobredosis de cultura que me deja en coma como a Uma en Pulp Fiction.
Entonces podría decir que Borges sí que me gusta, es cierto, pero, en contra de lo que se podría esperar digo que a mí Borges no me gusta.
El Aleph me gustó y cuando la profe me preguntó que qué me había parecido así se lo dije. Pero también le dije que yo le quitaría diez (10) páginas y lo dejaba en unas tres o cuatro. Me dio la razón aunque me dijo que todas las partes de ese cuento eran importantes y tenían relación entre sí.
Durante las tres (3) horas analizando el cuento de Borges me sentí bien, sentí que eso era lo que quería hacer en ese momento, que no había otra cosa mejor que hacer. Con esto no quiero decir que me considere un tipo culto ni nada de eso, ya que cuando veo Operación Triunfo siento lo mismo, siento que no tengo otra cosa mejor que hacer, que no hay nada mejor que hacer en el mundo, sólo ver Operación Triunfo. Y con esto tampoco quiero decir que ver OT sea de incultos y leer a Borges sea de cultos. La cultura no está ni en la tele ni en libros sino en la percepción que cada uno haga del mundo que le rodea.
Con esto no quiero decir nada, nunca quiero decir nada, supongo que te has dado cuenta.
Yo sólo quería decir que el otro día estuvimos tres horas analizando El Aleph de Borges y me sentí bien.
blame zapatero
Pero, ¿tú viste, tú viste el calor que hizo ayer en Barcelona?
Pero, ¿ tú tuviste el mismo calor que tuve yo en Barcelona?
¿Estabas ayer en Barcelona?
¡Incluso llovió, ¿te lo puedes creer?, se puso a llover durante quince minutos!
Pero, ¿esto qué es?
Primero el terremoto de China, luego la subida de los carburantes y por último el día de ayer.
Pero, ¿esto qué es, señor Zapatero?
Encima el otro día se me escapó el autobús y llegué tarde al trabajo, luego pedí un café con leche y me calentaron demasiado la leche y me quemé la punta de la lengua, luego nos quedamos sin billetes de diez y tuve que salir a otra tienda para pedir cambio, luego, al sacar las llaves del bolsillo se me cayeron algunas monedas al suelo, pero, ¿esto qué es, señor Zapatero?, luego los Lakers están a punto de perder la final, luego en el super ya se ha acabado la oferta 3x2 de Cacaolats y ahora hay otra de Sunny Delight, o como coño se escriba, pero yo no bebo esa mierda, luego no conseguí llegar a tiempo para entregarle la droga a un cliente y no me pagaron, luego me pongo a leer el periódico y veo que una esquina está doblada, ¡una esquina doblada, joder, señor Zapatero!, que tuve que desdoblarla yo con el índice y el pulgar cuando eso no es algo que tenga que estar haciendo un lector de periódicos, luego me voy a dormir y estoy un rato dando vueltas porque no puedo acomodarme la almohada.
Señor Zapatero, dígame, ¿pero esto qué es?
Cómo se lo tengo que decir, es más, ¿otra vez se lo tengo que decir?: ¡dimita ya!
Asuma sus errores y reconozca de una vez que todo lo que me pasa, al menos a mí, personalmente a mí, es culpa suya.
¿De quién si no? A ver, ¿de quién si no? Porque yo no veo a nadie más por aquí.
¿A dónde vamos a llegar, señor Zapatero?
¿A dónde nos quiere llevar, señor Zapatero?
Pero, ¿ tú tuviste el mismo calor que tuve yo en Barcelona?
¿Estabas ayer en Barcelona?
¡Incluso llovió, ¿te lo puedes creer?, se puso a llover durante quince minutos!
Pero, ¿esto qué es?
Primero el terremoto de China, luego la subida de los carburantes y por último el día de ayer.
Pero, ¿esto qué es, señor Zapatero?
Encima el otro día se me escapó el autobús y llegué tarde al trabajo, luego pedí un café con leche y me calentaron demasiado la leche y me quemé la punta de la lengua, luego nos quedamos sin billetes de diez y tuve que salir a otra tienda para pedir cambio, luego, al sacar las llaves del bolsillo se me cayeron algunas monedas al suelo, pero, ¿esto qué es, señor Zapatero?, luego los Lakers están a punto de perder la final, luego en el super ya se ha acabado la oferta 3x2 de Cacaolats y ahora hay otra de Sunny Delight, o como coño se escriba, pero yo no bebo esa mierda, luego no conseguí llegar a tiempo para entregarle la droga a un cliente y no me pagaron, luego me pongo a leer el periódico y veo que una esquina está doblada, ¡una esquina doblada, joder, señor Zapatero!, que tuve que desdoblarla yo con el índice y el pulgar cuando eso no es algo que tenga que estar haciendo un lector de periódicos, luego me voy a dormir y estoy un rato dando vueltas porque no puedo acomodarme la almohada.
Señor Zapatero, dígame, ¿pero esto qué es?
Cómo se lo tengo que decir, es más, ¿otra vez se lo tengo que decir?: ¡dimita ya!
Asuma sus errores y reconozca de una vez que todo lo que me pasa, al menos a mí, personalmente a mí, es culpa suya.
¿De quién si no? A ver, ¿de quién si no? Porque yo no veo a nadie más por aquí.
¿A dónde vamos a llegar, señor Zapatero?
¿A dónde nos quiere llevar, señor Zapatero?
miércoles, junio 11, 2008
cuando pasa bajo
El otro día entró en la tienda una importante directora de cine llamada Isabel.
(No escribo Isabel Coixet por si acaso ella escribe Isabel Coixet en el google para buscarse y me encuentra hablando de ella, qué vergüenza. Por eso, en vez de escribir Isabel Coixet, me referiré a ella simplemente como Isabel, y así nadie sabrá muy bien de qué directora de cine estoy hablando).
Pues el otro día entró en la tienda Isabel.
Pues el otro día entró en la tienda Isabel.
Iba comiéndose un cucurucho de fresa.
En principio no se puede entrar ni comiendo ni con miedo a esta tienda pero, visto el panorama de la industria musical, el cliente puede entrar aquí insultando, escupiendo, haciendo la voltereta, la croqueta, embadurnado de harina y con las manos en la masa, si así lo desea. Aquí estamos para servirle.
Pues la Isa iba lamiendo un cucurucho de fresa a la par que ojeaba las secciones.
Se estuvo un buen rato para ser una persona importante. Yo, como soy estúpido, tengo la creencia de que las personas importantes son interesantes e inquietas y permanecen poco tiempo en los sitios, debido al desbordado interés que tienen por todo lo que les rodea. Es una equivocación, por supuesto, como todas las creencias que pueda tener un estúpido.
La Isa se estuvo un buen rato mirando y lamiendo.
Se le iban cayendo trocitos de galleta, que es una cosa que le pasa a dos tipos de persona cuando comen un cucurucho: ancianos y niños.
Ya que la Isa no pertenece a ninguna de esas dos clases, incorporé un nuevo tipo de persona a la lista: descuidados, por decirlo de alguna manera.
La Isa iba mirando, lamiendo y dejando caer trocitos de galleta cual Pulgarcita.
La Isa iba mirando, lamiendo y dejando caer trocitos de galleta cual Pulgarcita.
La Isa iba vestida de negro, cual Pulgarcita en una tienda de discos después de un funeral.
Cogió unos cuantos discos y pelis. Unos de Depeche Mode, Cómo ser John Malkovich, y alguna que otra cosa más que da absolutamente igual.
Pero yo a lo que he venido aquí es a hablar de la servilleta que envolvía ese cucurucho de fresa.
Mira, que se te caigan trozos de galleta lo puedo entender, porque hay galletas muy traicioneras que se desmoronan a la primera de cambio, que se les rompe el corazón en mil pedazos y se caen al suelo y no hay nada que hacer, son galletas débiles y tienes que estar con la mano debajo para que no estallen contra el asfalto, la acera o la tienda de discos donde tus dientes las destrocen. Digo que puedo entender que se te caigan trozos de galleta al suelo mientras comes. Pero lo que no puedo entender es que se te caiga la servilleta que llevabas en la mano. Bueno, puedo entenderlo, claro, lo que no puedo entender es que se te caiga una servilleta al suelo y no la recojas.
Mira, que se te caigan trozos de galleta lo puedo entender, porque hay galletas muy traicioneras que se desmoronan a la primera de cambio, que se les rompe el corazón en mil pedazos y se caen al suelo y no hay nada que hacer, son galletas débiles y tienes que estar con la mano debajo para que no estallen contra el asfalto, la acera o la tienda de discos donde tus dientes las destrocen. Digo que puedo entender que se te caigan trozos de galleta al suelo mientras comes. Pero lo que no puedo entender es que se te caiga la servilleta que llevabas en la mano. Bueno, puedo entenderlo, claro, lo que no puedo entender es que se te caiga una servilleta al suelo y no la recojas.
Quizá la Isa no se dio cuenta, quiero creerlo, quizá es un poco despistada, puedo creerlo, quizá es un poco descuidada, lo creo, quizá simplemente es una costumbre de directores, quizá la depositó en el suelo para observar la delicadeza de la imagen que la servilleta ofrecía, de lejos, mientras ella se alejaba y salía de la tienda, quizá estaba experimentando un nuevo plano para una nueva peli: La vida secreta de las servilletas, Mi vida sin servilletas o Servilletas que nunca te dije.
No lo sé. Lo único que sé es que recogí del suelo una servilleta lanzada/depositada/descuidada por la Isa cuando vino a esta bendita tienda y, a partir de ahora, si veo alguna peli suya, veré también servilletas en el suelo.
No lo sé. Lo único que sé es que recogí del suelo una servilleta lanzada/depositada/descuidada por la Isa cuando vino a esta bendita tienda y, a partir de ahora, si veo alguna peli suya, veré también servilletas en el suelo.
Después de esta visita me vinieron a la mente todos los famosos (4, cuatro) a los que he atendido en mi etapa de cucaracha-vendedor en un centro comercial francés que dice que vende cultura. Un Corte Inglés con el logo amarillo y torcido.
Tampoco son tantos, son cuatro, joder, qué miseria, pero recuerdo lo que me pidieron todos. Es curioso porque ellos, a lo mejor, ni siquiera se acordarán de haber comprado ese disco, quizá ni de haber estado en ese centro comercial francés.
La lista, la interesantísima lista de cuatro personajes, con sus respectivos discos que escribo de memoria, qué prodigio de memoria, dios, es esta:
- Kiko Veneno: Ali Farka Touré & Ry Cooder-Talking Timbuctú
- Quim Monzó: Manu Chao-Wozniak (disco libro)- Sibérie m'était contée
- Kiko Veneno: Ali Farka Touré & Ry Cooder-Talking Timbuctú
- Quim Monzó: Manu Chao-Wozniak (disco libro)- Sibérie m'était contée
- Andreu Buenafuente: Coldplay- Parachutes
- Raimon: Keely Smith- Keely sings Sinatra
Y hasta aquí la actualización de hoy.
Me pagan por palabras y con las de hoy ya me da para el alquiler del piso.
Podría escribir más, sí, podría seguir escribiendo estupideces y comprarme un Lexus y un bate de béisbol, destrozarlo, escribir un poco más y comprarme otro, etc., pero si entro en esa dinámica, me conozco y todo irá a peor, lo sé, mira, por estas cuatro líneas de despedida y estupideces que estoy diciendo me pagan lo mismo que al Millás por una columna en El País, es el saber moverse, contactos, buenos contactos, yo me he sabido mover y estoy viviendo de esto, porque soy un tío espavilado, atento a todo, el trato con la gente para mí es lo más importante y eso lo he sabido llevar a donde he querido, a mi terreno, ahora me empieza a llamar gente, quieren saber de mí, tenerme en sus fiestas, por ejemplo, el último que me llamó el otro día fue el Briatore, que me invita a su boda, y le dije que no sé si podría, insistió, que me mandaba un avión, dijo, yo le dije Flavio, que no es eso, no será por aviones, Flavio, que escribo treinta líneas y me compro un Boeing, Flavio, joder, no es por eso, es porque yo en las fiestas me aburro, siempre busco paredes o sofás, me dice que sofás habrá los que quiera, que vendrá Hugh Hefner con sus chicas, me intenta sobornar con playmates y se lo pregunto Flavio, ¿me estás intentando sobornar con playmates?, y me dice que en cierta manera sí, y yo le digo, aunque no le conozco y es la primera vez que hablo con él, que no me esperaba eso de él, se lo digo así Flavio, no me esperaba esto de ti, y no escucho su respuesta porque un avión pasa bajo en la playa donde estoy, lo miro y me deslumbra el reflejo del sol en las ventanas, y el reflejo me provoca un aura que desemboca en una migraña y maldigo al Briatore, al Hefner y a la imbecilidad de mirar un avión cuando pasa bajo.
Luego cierro los ojos e intento recordar el nombre de la novia del Briatore para, cuando se me pase la migraña, teclearlo en google imágenes.
martes, junio 10, 2008
rampa deslizante
Hay en este bendito
centro comercial,
en este palacio
de suelos brillantes
y caspa por igual,
unas rampas automáticas
que suben y bajan.
Una rampa como la de los aeropuertos,
para que no te canses
con las maletas,
con los regalos,
con la vida en general que llevas a cuestas.
Hay unas rampas
en este centro comercial donde trabajo
que te llevan arriba
y abajo.
Nunca me había dado cuenta
de lo fácil que se ve la vida
desde esas rampas
de este centro comercial donde trabajo.
La vida va pasando y tú estás ahí quieto,
sonriendo o llorando,
depende de cómo te sientas,
apoyado en la cinta de caucho
que hace de baranda.
Tendrías que venir
a este bendito centro comercial
sólo para comprobar
lo que te digo.
Yo me he pasado tres horas
esta misma mañana
dejándome subir y bajar.
La gente se me quedaba mirando
mientras yo les animaba a probar
el invento deslizante.
He parado un momento
para escribir esto.
Ahora iré otra vez.
Una rampa deslizante,
piénsalo,
no te hablo de unas escaleras,
te hablo de una rampa deslizante
que sólo se detiene por la noche,
cuando cierran el centro comercial.
La vida es fácil
desde una rampa deslizante,
ya lo dije.
La vida
tendría que ser
una rampa
deslizante.
centro comercial,
en este palacio
de suelos brillantes
y caspa por igual,
unas rampas automáticas
que suben y bajan.
Una rampa como la de los aeropuertos,
para que no te canses
con las maletas,
con los regalos,
con la vida en general que llevas a cuestas.
Hay unas rampas
en este centro comercial donde trabajo
que te llevan arriba
y abajo.
Nunca me había dado cuenta
de lo fácil que se ve la vida
desde esas rampas
de este centro comercial donde trabajo.
La vida va pasando y tú estás ahí quieto,
sonriendo o llorando,
depende de cómo te sientas,
apoyado en la cinta de caucho
que hace de baranda.
Tendrías que venir
a este bendito centro comercial
sólo para comprobar
lo que te digo.
Yo me he pasado tres horas
esta misma mañana
dejándome subir y bajar.
La gente se me quedaba mirando
mientras yo les animaba a probar
el invento deslizante.
He parado un momento
para escribir esto.
Ahora iré otra vez.
Una rampa deslizante,
piénsalo,
no te hablo de unas escaleras,
te hablo de una rampa deslizante
que sólo se detiene por la noche,
cuando cierran el centro comercial.
La vida es fácil
desde una rampa deslizante,
ya lo dije.
La vida
tendría que ser
una rampa
deslizante.
lunes, junio 09, 2008
por lo que me pagan
Aquí dejo el último ejercicio del curso.
De mal en peor.
Se trataba de escribir una leyenda, urbana o como fuese.
No sé si cumplo el objetivo. A estas alturas del curso, qué quieres que te diga.
He hecho un poco lo que me ha dado la gana, que es por lo que me pagan.
El original tenía una línea imaginaria que unía los cuatro nombres de chicas, como si formase una constelación. Una paja mental, vamos.
Casiopea.
Cuando maté a Patricia supe que mi obra estaba acabada.
Aparece un cuerpo flotando en el río. Todas las miradas se dirigen a un posible asesino en serie que tiene atemorizada a esta pequeña población. De confirmarse este nuevo asesinato, serían cuatro las mujeres asesinadas durante esta semana, una semana de agosto que será difícil que olviden los habitantes de este pueblo pesquero.
Primero fue aquella chica rubia, no recuerdo bien, sí, Alexandra, eso es, la primera fue ella. Estaba escrito. No podía hacer nada, nadie, ni ella ni yo, estaba escrito, estaba marcada, ya me entiendes, su brillo y todo eso. Era la elegida.
Se confirmaron los peores pronósticos. Según nos ha informado la policía, la mujer encontrada ayer en el río es la nueva víctima del llamado “asesino de la constelación”.
Luego fue Hanna, de esta sí que me acuerdo bien. Fue la segunda, yo lo siento mucho por ellas, ya lo dije en su momento, pero lo único que hice fue seguir unas normas. No sé cómo pudieron tardar tanto en cogerme, dejaba pistas muy claras de lo que estaba haciendo, es más, quería que me arrestasen ya, sobre todo después de la última víctima, ya no tenía nada más que hacer, era mi destino, estar aquí el resto de mi vida.
La última víctima del llamado asesino de la constelación vivía al norte del pueblo, en una casa en las montañas. Este dato ha sido fundamental para confirmar que el asesino en serie está detrás de este asesinato.
Casi me doy por vencido después de Hanna, me vine abajo, no sé decirte por qué. Supongo que estaba cansado, no le veía sentido a todo esto, no le veía sentido a esto de las constelaciones, me sentía estúpido haciendo coincidir el mapa de una constelación con el de ese pueblo. ¿Que por qué lo hice? Estaba escrito. Por eso Allison tuvo que morir, porque estaba marcada con la tercera estrella.
El último informe policial desvela que el asesino de las constelaciones hizo servir el mapa de la constelación de Casiopea para realizar estos cuatro últimos asesinatos. Se sabe que el asesino colocaba el mapa de la constelación encima del de un pueblo y marcaba con un punto las estrellas, cuatro en este caso, que descubrían los lugares elegidos por este perturbado.
Sí, Casiopea fue mi última constelación, pero antes había trabajado con otras, así que no hay que darle tanta importancia. Ahora estoy aquí metido para siempre, de mí ya no hay nada que temer. Pero yo no soy el único. Hay miles de “asesinos de las constelaciones”, como los llamáis vosotros, están en tu ciudad, y en la ciudad de tus padres y en la de tu amante. Lo que quiero decir es que el que esté yo aquí o no es un hecho menor. Todos estamos señalados, eso es lo que quiero decirte.
Sólo tenemos que esperar nuestro momento.
Noticia de última hora. Detenido el asesino de las constelaciones. La policía llegó a su casa gracias a la ayuda de un vecino. Según fuentes policiales, el asesino no opuso resistencia. En el momento de la detención limpiaba la lente de un telescopio.
De mal en peor.
Se trataba de escribir una leyenda, urbana o como fuese.
No sé si cumplo el objetivo. A estas alturas del curso, qué quieres que te diga.
He hecho un poco lo que me ha dado la gana, que es por lo que me pagan.
El original tenía una línea imaginaria que unía los cuatro nombres de chicas, como si formase una constelación. Una paja mental, vamos.
Casiopea.
Cuando maté a Patricia supe que mi obra estaba acabada.
Aparece un cuerpo flotando en el río. Todas las miradas se dirigen a un posible asesino en serie que tiene atemorizada a esta pequeña población. De confirmarse este nuevo asesinato, serían cuatro las mujeres asesinadas durante esta semana, una semana de agosto que será difícil que olviden los habitantes de este pueblo pesquero.
Primero fue aquella chica rubia, no recuerdo bien, sí, Alexandra, eso es, la primera fue ella. Estaba escrito. No podía hacer nada, nadie, ni ella ni yo, estaba escrito, estaba marcada, ya me entiendes, su brillo y todo eso. Era la elegida.
Se confirmaron los peores pronósticos. Según nos ha informado la policía, la mujer encontrada ayer en el río es la nueva víctima del llamado “asesino de la constelación”.
Luego fue Hanna, de esta sí que me acuerdo bien. Fue la segunda, yo lo siento mucho por ellas, ya lo dije en su momento, pero lo único que hice fue seguir unas normas. No sé cómo pudieron tardar tanto en cogerme, dejaba pistas muy claras de lo que estaba haciendo, es más, quería que me arrestasen ya, sobre todo después de la última víctima, ya no tenía nada más que hacer, era mi destino, estar aquí el resto de mi vida.
La última víctima del llamado asesino de la constelación vivía al norte del pueblo, en una casa en las montañas. Este dato ha sido fundamental para confirmar que el asesino en serie está detrás de este asesinato.
Casi me doy por vencido después de Hanna, me vine abajo, no sé decirte por qué. Supongo que estaba cansado, no le veía sentido a todo esto, no le veía sentido a esto de las constelaciones, me sentía estúpido haciendo coincidir el mapa de una constelación con el de ese pueblo. ¿Que por qué lo hice? Estaba escrito. Por eso Allison tuvo que morir, porque estaba marcada con la tercera estrella.
El último informe policial desvela que el asesino de las constelaciones hizo servir el mapa de la constelación de Casiopea para realizar estos cuatro últimos asesinatos. Se sabe que el asesino colocaba el mapa de la constelación encima del de un pueblo y marcaba con un punto las estrellas, cuatro en este caso, que descubrían los lugares elegidos por este perturbado.
Sí, Casiopea fue mi última constelación, pero antes había trabajado con otras, así que no hay que darle tanta importancia. Ahora estoy aquí metido para siempre, de mí ya no hay nada que temer. Pero yo no soy el único. Hay miles de “asesinos de las constelaciones”, como los llamáis vosotros, están en tu ciudad, y en la ciudad de tus padres y en la de tu amante. Lo que quiero decir es que el que esté yo aquí o no es un hecho menor. Todos estamos señalados, eso es lo que quiero decirte.
Sólo tenemos que esperar nuestro momento.
Noticia de última hora. Detenido el asesino de las constelaciones. La policía llegó a su casa gracias a la ayuda de un vecino. Según fuentes policiales, el asesino no opuso resistencia. En el momento de la detención limpiaba la lente de un telescopio.
parecidos
Estoy harto del mundo.
Cualquiera me valía".
A mí a veces, casi siempre, me da la sensación de que no nos separan tantas cosas, de que todos somos bastante parecidos, de que existe un hilo invisible y es lo único que nos separa del otro lado, del lado de este hombre.
viernes, junio 06, 2008
ñoña
Esta canción es un poco ñoña pero no está mal.
H&M se la ha apropiado para la temporada de verano por tv.
Seguro que a mi hermana le gusta.
Keren Ann - Lay your head down.
jueves, junio 05, 2008
ahora un conejo, ahora una cara
El sábado pasado quedé con Mireia.
No sé si hacía cuatro o cinco años que no la veía. Ni ella a mí.
Así que no sé si hacía cuatro o cinco años que no nos veíamos.
Estuvimos hablando de todo lo que puede pasar durante cuatro o cinco años, que es una vida.
En cuatro o cinco años puedes tener un hijo, que aprenda a hablar, a caminar, que un día te dejes la puerta abierta de casa y salga y se pierda y no lo encuentres y te separes de tu pareja por aquella puerta abierta y al cabo de un tiempo, después de buscar por todo el planeta a tu hijo, lo reconozcas en una fotografía realizada desde un helicóptero en el que se puede observar a una tribu del Amazonas desconocida hasta ahora y llevar a un estudio fotográfico esa foto y pedir que te la amplíen y, después de enamorarte de la dependienta, irte a vivir con ella, casarte y estar esperando un hijo, reafirmar lo que habías creído ver: tu hijo forma parte de una tribu.
Y ahora, al comprobar el destino de tu hijo, recuerdas el día en que te dejaste la puerta abierta mientras miras una nube blanca, ahora un conejo, ahora una cara, luego una flor y luego nada, deslizándose sobre un cielo azul.
Todo esto es algo que te podría pasar en cuatro o cinco años.
Hemos estado cuatro o cinco años sin vernos viviendo en la misma ciudad.
Hay gente a la que no quieres ver y te la encuentras cada dos por tres pero, en cambio, puedes estar cuatro o cinco años sin ver a una persona viviendo y trabajando a escasos 20 km.
¿El porqué? No hay un por qué.
La vida, supongo. Este puto alud que lo va sepultando todo.
Cenamos y luego fuimos caminando hasta su casa, con aquellos días en Londres de fondo donde cada noche caminábamos más de media hora hasta llegar al hotel después de acompañar a Lore.
Acabo de recordar una viñeta de Espera... de Jason en la que dos personajes están jugando en un lago y uno le pregunta a otro ¿Qué hora es? y el otro responde Verano.
Esta viñeta resume esas noches.
De camino a su casa Mireia me dijo algo así: sé que odias Barcelona pero no me negarás que este paseo no es bonito.
Y no le pude decir que no.
También me habló de Nico, su marido, (qué raro suena, joder, Mireia) y de su restaurante de comida mexicana La coronela.
Tengo ganas de ir.
Hablamos de muchas más cosas, de todas esas cosas que pueden pasar en cuatro o cinco años.
¿Qué pasó entre nosotros?
Lo que pasó es que estuvimos de viaje durante cuatro o cinco años y el sábado pasado por fin coincidimos en una ciudad.
Eso es lo que pasó realmente.
A partir de ahora nos diremos nuestros itinerarios para ver si podemos coincidir en alguna ciudad, en alguna esquina, en alguna parada de metro, aunque sea en las escaleras de un avión, uno subiendo y el otro bajando.
Eso estaría bien.
Es bueno recuperar a una amiga.
Es lo mejor.
miércoles, junio 04, 2008
ni puta idea
No sé a dónde vamos a llegar a parar.
¿Lo sabes tú?
Yo no tengo ni puta idea.
Y no es algo que me guste no tener ni puta idea.
todas las incompetencias, la incompetencia
competencia (2).
(Del lat. competentĭa; cf. competente).
1. f. incumbencia.
2. f. Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Me pregunto yo a mí mismo lo siguiente, mientras me rasco suavemente los sobacos, que es uno de los pocos placeres superiores que le queda al ser humano:
¿Es consciente un incompetente de que es un incompetente?
Me lo pregunto seriamente cada día, al levantarme, mientras repaso con la lengua mis dientes y compruebo que los tengo todos.
Me lo pregunto seriamente cada día, a la hora de comer, mientras mastico grasas y alimentos edulcorados con un alto grado de colesterol.
Me lo pregunto seriamente cada día, antes de irme a dormir, mientras pienso en si he aprendido algo nuevo y la respuesta es si lo he aprendido, no me acuerdo.
Y vuelvo a preguntarme: ¿es consciente un incompetente de su situación?
Yo creo que no.
¿Conoces a alguien que te haya dicho: lo que pasa es que yo soy un incompetente?
Yo no. Nadie dirá soy un incompetente, a no ser que pase por un bache grave en su vida, o a no ser que sea monologuista del Club de la comedia.
Luego estarían los grados de incompetencia, que esto es otro tema.
Por ejemplo, yo quizá sea un incompetente, quizá, lo más seguro. Lo que pasa es que mi incompetencia no afectará demasiado en la vida de la persona que la padece.
Es decir, que mi incompetencia se reduce a no saber de qué cantante o grupo me están hablando, no poder ayudar y, por tanto, que la conversación se quede ahí, el cliente se vaya y yo siga aquí, ahora, actualizando el blog.
A eso se reduce mi posible incompetencia, a mera anécdota de cena con los amigos:
- Pues el otro día fui a discos Castelló y un incompetente que había allí no supo decirme cuál era la música de ese anuncio.
- Si es que el mundo está lleno de incompetentes.
- Es verdad, pásame el cuchillo del pan.
Vivimos rodeados de incompetencia.
De estupidez también, ya lo dije hace días, pero de incompetencia más.
Hoy en día ser incompetente está incluso bien visto.
Lo que quiero proponer es la creación de una élite de incompetentes, un grupo, casi una clase social, igual que la intelligentsia.
Propongo la creación de la Incompetentsia.
Que uno pueda ir a la oficina central de Incompetentsia y decir:
- Me querría dar de alta en esta agrupación ya que me considero un incompetente.
- Muy bien, pero antes tendrá que responder a algunas preguntas.
- Muy bien. (Un rasgo característico de los incompetentes es iniciar las frases con un absurdo e inútil muy bien)
- Muy bien, ¿desde cuándo es usted incompetente?
- Desde que nací.
- Muy bien, entonces supongo que estaría usted esperando la creación de este centro de reclutamiento, ¿no?
- Como agua de mayo.
- Muy bien, déjeme su D.N.I.
- Me lo he dejado en casa, junto con la cartera y las llaves. Recuerde que soy un incompetente.
- Tiene usted razón.
- Muy bien.
- Muy bien, de todas formas, por lo que veo, no nos funciona internet, así que tendrá que venir igualmente otro día.
- Muy bien.
- Pues adiós.
- Muy bien. Adiós.
Uno es consciente de ser alto, de tener la voz aguda, de no cantar bien, de no saber silbar, uno es consciente de no saber cocinar, de tener vergüenza a hablar en público.
Pero, vuelvo a repetir por última vez, ¿es uno consciente de ser un incompetente?
Es más, ¿serviría de algo darse cuenta de que realmente se es un incompetente?
(Del lat. competentĭa; cf. competente).
1. f. incumbencia.
2. f. Pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Me pregunto yo a mí mismo lo siguiente, mientras me rasco suavemente los sobacos, que es uno de los pocos placeres superiores que le queda al ser humano:
¿Es consciente un incompetente de que es un incompetente?
Me lo pregunto seriamente cada día, al levantarme, mientras repaso con la lengua mis dientes y compruebo que los tengo todos.
Me lo pregunto seriamente cada día, a la hora de comer, mientras mastico grasas y alimentos edulcorados con un alto grado de colesterol.
Me lo pregunto seriamente cada día, antes de irme a dormir, mientras pienso en si he aprendido algo nuevo y la respuesta es si lo he aprendido, no me acuerdo.
Y vuelvo a preguntarme: ¿es consciente un incompetente de su situación?
Yo creo que no.
¿Conoces a alguien que te haya dicho: lo que pasa es que yo soy un incompetente?
Yo no. Nadie dirá soy un incompetente, a no ser que pase por un bache grave en su vida, o a no ser que sea monologuista del Club de la comedia.
Luego estarían los grados de incompetencia, que esto es otro tema.
Por ejemplo, yo quizá sea un incompetente, quizá, lo más seguro. Lo que pasa es que mi incompetencia no afectará demasiado en la vida de la persona que la padece.
Es decir, que mi incompetencia se reduce a no saber de qué cantante o grupo me están hablando, no poder ayudar y, por tanto, que la conversación se quede ahí, el cliente se vaya y yo siga aquí, ahora, actualizando el blog.
A eso se reduce mi posible incompetencia, a mera anécdota de cena con los amigos:
- Pues el otro día fui a discos Castelló y un incompetente que había allí no supo decirme cuál era la música de ese anuncio.
- Si es que el mundo está lleno de incompetentes.
- Es verdad, pásame el cuchillo del pan.
Vivimos rodeados de incompetencia.
De estupidez también, ya lo dije hace días, pero de incompetencia más.
Hoy en día ser incompetente está incluso bien visto.
Lo que quiero proponer es la creación de una élite de incompetentes, un grupo, casi una clase social, igual que la intelligentsia.
Propongo la creación de la Incompetentsia.
Que uno pueda ir a la oficina central de Incompetentsia y decir:
- Me querría dar de alta en esta agrupación ya que me considero un incompetente.
- Muy bien, pero antes tendrá que responder a algunas preguntas.
- Muy bien. (Un rasgo característico de los incompetentes es iniciar las frases con un absurdo e inútil muy bien)
- Muy bien, ¿desde cuándo es usted incompetente?
- Desde que nací.
- Muy bien, entonces supongo que estaría usted esperando la creación de este centro de reclutamiento, ¿no?
- Como agua de mayo.
- Muy bien, déjeme su D.N.I.
- Me lo he dejado en casa, junto con la cartera y las llaves. Recuerde que soy un incompetente.
- Tiene usted razón.
- Muy bien.
- Muy bien, de todas formas, por lo que veo, no nos funciona internet, así que tendrá que venir igualmente otro día.
- Muy bien.
- Pues adiós.
- Muy bien. Adiós.
Uno es consciente de ser alto, de tener la voz aguda, de no cantar bien, de no saber silbar, uno es consciente de no saber cocinar, de tener vergüenza a hablar en público.
Pero, vuelvo a repetir por última vez, ¿es uno consciente de ser un incompetente?
Es más, ¿serviría de algo darse cuenta de que realmente se es un incompetente?
domingo, junio 01, 2008
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