Siguiendo.
Aquí tenemos a, cómo se llama, la mujer de, a ver cómo se llama, en fin da igual, y allí tienen a Michelle Obama.
Catacrac.
martes, febrero 26, 2013
domingo, febrero 24, 2013
ellos allí
Esto va Sheila y me lo envía al mail a las tantas de la madrugada. Y ella sigue a lo suyo y yo al día siguiente digo ostia, OSTIA. Así lo digo. Es lo único que me sale. Qué dirás tú, ya lo veremos, pero no te creas que vas a decir mucho más.
Nosotros aquí tenemos a, a ver, a, en fin, da igual, y ellos allí tienen a Beck.
Como si hubiera venido de otro planeta para enseñarnos a hacer versiones.
Así se hacen las versiones en algún lugar del universo del que hasta ahora no teníamos noticias.
Nosotros aquí tenemos a, a ver, a, en fin, da igual, y ellos allí tienen a Beck.
Como si hubiera venido de otro planeta para enseñarnos a hacer versiones.
Así se hacen las versiones en algún lugar del universo del que hasta ahora no teníamos noticias.
lunes, febrero 18, 2013
grandola, vila morena
Acaso no te pareció bonito esto que pasó el otro día.
una hoja seca del suelo
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Mi hijo duerme la siesta mientras yo descubro esta foto, ganadora del World Press Photo 2013, que me golpea el estómago del alma y me hace llorar.
Jan duerme la siesta en su cuna y yo estoy tumbado en la cama, con el portátil encima de mi barriga, mirando fijamente la pantalla que sube y baja y me confirma que sigo vivo.
Jan duerme a mi lado, en su cuna, los brazos estirados hacia arriba, como si en el largo sueño que estuviera teniendo celebrase algún triunfo, de forma respetuosa, eso sí, casi sin querer que los demás descubriéramos su felicidad.
Jan celebra un triunfo en sueños, quizá ha conseguido coger una galleta de la mesa, justo donde ayer no alcanzaba.
Miro la pantalla que sube y baja y que parece mover ligeramente este río de tristeza, este mudo descenso al abismo que es la foto.
Miro a Jan durmiendo la siesta y, como casi siempre, compruebo que su barriguita también suba y baje. Ahora frunce el ceño ahora sonríe ahora da media vuelta y cruza los brazos.
Conozco a esos niños. Los he visto jugar con Jan en el parque, han compartido una galleta, se han regalado una hoja seca del suelo, se han empujado sin querer y luego se han pedido perdón, se han tirado juntos por el tobogán, se han sacudido la arena de las rodillas y se han limpiado las manos en la camiseta.
Todos los niños tienen la misma arena debajo de la uñas. En la foto no lo podemos apreciar, pero así es.
Como en La flecha del tiempo, imagino a estos hombres caminando hacia atrás y llevando los cuerpos muertos de los niños hasta el lugar de la explosión donde los depositarán llorando en el suelo mientras un misil se alejará hasta introducirse en un cañón y los hombres se irán corriendo y gritando mientras los niños vuelven a la vida y una pelota rueda hacia sus pies de entre los escombros que ahora se agrupan y forman una casa y luego otra y de esta casa sale una mujer que les quita un bocadillo a cada uno y vuelve a entrar con los dos bocadillos y los abre y guarda los trozos de queso que contenían y fabrica con los pedazos una barra de pan que devuelve a la panadería mientras los niños siguen jugando en la calle.
Imagino a esta marea de tristeza caminando hacia atrás y vuelvo a mirar a los niños envueltos en sus mortajas, que ya no meriendan, que ya no juegan a pelota, que ya no sacuden la arena de sus rodillas, que ya no duermen la siesta, que ya no levantan los brazos hacia arriba, que ya no sueñan ningún triunfo.
Que ya nada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
– esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo pesar
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh esperanza,
ese día también nosotros sabremos
que eres la vida y eres la nada.
Para todos la muerte tiene una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como ver aparecer en el espejo
un rostro muerto,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al abismo mudos.
Cesare Pavese, 1950
jueves, febrero 14, 2013
sksz lngstk n l rz
Este es uno de los vídeos del momento.
De qué momento eso ya es otra cosa.
Te va a gustar, va, va.
De qué momento eso ya es otra cosa.
Te va a gustar, va, va.
miércoles, febrero 13, 2013
cabronazo
Este libro es buenísimo.
Es una puta maravilla. Sabes a lo que me refiero cuando digo puta maravilla. Pregunto.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un ensayo.
El Servando Rocha es un cabronazo.
Y hasta aquí mi crítica literaria de hoy.
Es una puta maravilla. Sabes a lo que me refiero cuando digo puta maravilla. Pregunto.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un ensayo.
El Servando Rocha es un cabronazo.
Y hasta aquí mi crítica literaria de hoy.
todo lo contrario
El otro día, ayer, me vino a la cabeza esta canción, que en algún momento de mi vida pensé que cantaba Paul McCartney. Sobre todo cuando entona aquello de all about God and His mercy (1:21). En especial ese mercy.
Sin duda es una canción preciosa, contenida, alegre, quiere ser triste, la letra es triste, pero rezuma alegría, como si a Gilbert O'Sullivan se le hubiera ido de las manos su propia creación, él quería hacer algo triste pero al menos conmigo no contó, porque yo estoy alegre cuando la escucho y cuando la quiero escuchar.
En cambio, con esta fotografía pasa todo lo contrario.
Quiere ser alegre, pero rezuma tristeza.
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