lunes, octubre 27, 2008

atrapadas en lana

Que empiece el frío ya.
Si puede ser, por mí que empiece ya.
Quiero que hiele. 
Que llueva hielo. 
Quiero entrar en una nueva era glaciar. 
Todo el frío, lo quiero. 

Yo ya estoy harto, no sé tú, pero yo sí, bastante, o mucho, de este calor, de sudar caminando. Salgo antes de casa para tener más tiempo y así poder andar más despacio para no sudar. Imagínate. No ya tengo en cuenta los horarios de los buses sino la cadencia de mis pasos. 

Mira, no tendría problema si alguien ahora anunciara: Vuelven tres meses más de verano, calor sofocante, humedad. 
No tendría problema. Le diría: No hay problema.
La cuestión es que estamos en noviembre, la cuestión es que la castanyera tiene un stand del Farggi, la cuestión es que estoy harto de ponerme las camisetas de julio, la cuestión es que quiero ponerme una camiseta e ir cambiándome el jersey hasta que llegue el día en que nadie se siente a mi lado en el bus. Será entonces cuando sepa que ha llegado el momento de cambiármela.

Que hiele ya, por favor.
Que las aceras se cubran de una fina capa de hielo de Algeciras a Estambul, que me resbale y me rompa el radio y que mi tibia golpee mi boca al caer, que no sirvan para nada los frenos de los coches, caos, quiero un caos helado y que, al menos, dure un par o tres de meses, que la gente se salude por la calle con un hola y adiós rápido, y que ese hola y adiós se oiga amortiguado tras la lana de una bufanda, quiero escuchar voces atrapadas en lana, quiero saber que hace frío sólo escuchando a la gente hablar, quiero sacar del edredón el armario y el armario del edredón y, finalmente, el edredón del armario, colocarlo sobre la cama, saber que ha llegado el frío cada vez que me despierte. 
Quiero que hiele ya, por favor.

lunes, octubre 20, 2008

abriendo caramelos

Ayer fuimos a ver una obra de teatro. 
La ruïna, de Jordi Casanovas, en el Villarroel.

Malísima.

O, si no malísima, algo falló en la relación calidad-precio.
Si la entrada costase cinco euros (5 €), te diría: no está mal.
Pero no es el caso.
Porque el teatro, desde la mayor mierda hasta el mejor Bieito, es caro.

¿Me estás diciendo que tienes en cuenta el precio de la entrada a la hora de valorar una obra?
Sí.
Y además te estoy diciendo que La ruïna es malísima. Eso es lo que te estoy diciendo.
Esto es lo bueno de que no te paguen por escribir: poder decir que La ruïna es malísima y no temer a que no te paguen a fin de mes los del, por ejemplo, grupo Godó. 

¿Qué es lo que debe tener, a mi juicio, una buena obra de teatro y que ésta no tiene?

a) un buen texto. No creo que haya nada más importante.

b) actores. Ya no digo buenos actores. Digo: actores.
Se conoce como actuación al proceso de investigación personal que hace el actor para descubrir a un futuro personaje a representar. Dicho proceso comienza desde una interiorización para conocer el principio de dicho personaje, traerlo desde lo más profundo y transformarlo en un personaje integrado. La actuación es descrita como acciones hechas por un personaje dentro de la escena teatral. Aunque dichas acciones son auténticas, deberían por lo menos estar cargadas de una intención que permita que el observador se estimule y logre recibir el mensaje en su totalidad.

c) una buena escenografía. Para mí no es lo más importante, pero a los viejos les gusta chafardear el escenario. Y los viejos pagan. No tienen tiempo que perder y pagan. Estaba lleno de viejos abriendo caramelos. Esperé ver un autobús a la salida.

y, sobre todo, 

d) ninguna monserga de carácter político, social, económico. Y aquí esta obra es un festival.

Dice Chéjov en una carta: Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina; se puede engañar a la gente, incluso a Dios; pero en el arte no se puede mentir.

La verdad es que iba con ganas a verla. ¿Por qué? Por las críticas favorables. ¿De quién? De alguien a quien le pagan por escribir. 
 
Estoy un poco harto de siempre lo mismo. Qué pesado soy.
No hagas caso de las críticas. Ni mucho menos de las mías. 
Eso sí, La ruïna, malísima.

miércoles, octubre 15, 2008

but heroes often fail

Fue en 1998.
Gordon cogió la sierra mecánica del garaje.
La puso en marcha.
Era por la mañana.
Su mujer dormía.
Gordon se amputó las piernas y luego se echó sal.
Aunque ningún dolor sería ya comparable con lo que acababa de escuchar.

¿Qué mente humana o alienígena puede crear esta versión?
¿Qué pasa por la cabeza de la persona que un día escucha la canción de Gordon Lightfoot y dice para sus adentros: Ostia puta, ¡qué temazo disco se mestá ocurriendo?
¿Qué pasa por la cabeza, dije?
Drogas pasan.

Es el claro ejemplo de cómo un tipo de música manda a tomar por culo una letra preciosa.

La música disco todo lo que ha hecho es daño.
Daño, pero mucho.




If you could read my mind, love
What a tale my thoughts could tell
Just like an old time movie
'bout a ghost from a wishin well
In a castle dark or a fortress strong
With chains upon my feet
You know that ghost is me
And I will never be set free
As long as Im a ghost that you cant see
If I could read your mind love
What a tale your thoughts could tell
Just like a paperback novel
The kind that drugstores sell
When you reach the part where the heartaches come
The hero would be me
But heroes often fail
And you wont read that book again
Because the endings just too hard to take

Id walk away like a movie star
Who gets burned in a three way script
Enter number two
A movie queen to play the scene
Of bringing all the good things out in me
But for now love, lets be real
I never thought I could act this way
And Ive got to say that I just dont get it
I dont know where we went wrong
But the feelins gone
And I just cant get it back

If you could read my mind love
What a tale my thoughts could tell
Just like an old time movie
bout a ghost from a wishin well
In a castle dark or a fortress strong
With chains upon my feet
But stories always end
And if you read between the lines
Youll know that Im just tryin to understand
The feelins that you lack
I never thought I could feel this way
And Ive got to say that I just to get it
I dont know where we went wrong
But the feelins gone
And I just cant get it back

sábado, octubre 11, 2008

playear pasodobles



Acabo de encontrar este vídeo que vi reseñado no sé dónde.
Me ha parecido curioso y la niña me ha caído bien.

'Cansancio llevo encima.
Ahora ejercito mis dedos para playear pasodobles en la resi.
Playear pasodobles en la resi podría ser una canción de Siniestro Total. Me ha recordado a Matar jipis en las Cíes. En fin.
Es bonito y extraño que un abuelo llore al escuchar una canción.
Y más si la estás tocando tú.
Cuando seamos ancianos, a parte de la vitalidad, una de las pocas diferencias entre nosotros y un niño de tres años será el recuerdo.

miércoles, octubre 08, 2008

apuntes



Ya no escribo.
Ya no te escribo, blog.
Qué pena más grande la mía.
Ahora tomo apuntes, hago trabajos en grupo y canto en un coro.
Soy tenor.

Escucho el último de Why? en mis trayectos.
Esta canción me sirve para empezar bien el día.


Descubro por casualidad cuadros que nunca había visto y pintores de los que nunca había oído hablar y me obsesiono con ellos.

Pero ya no escribo.

jueves, octubre 02, 2008

lugar hostil

El miércoles empecé la uni.
Has leído bien.
Léelo de nuevo, si quieres.

El miércoles empecé la uni.
Esto no quiere decir que empezase a construir una universidad con pico y pala.
Más bien que empecé a construir mi futuro.

Construir un futuro.

No es fácil, porque a veces no lo ves. Tú vas haciendo pero no ves nada. No es fácil.

Tengo la suerte de tener a la gente adecuada a mi lado: a mis padres y a mi hermana y, sobre todo, a Sheila. Sin ella no hubiese empezado a construir este futuro que, aunque todavía es incierto, al menos es futuro. Ya es mucho. 

El miércoles empecé la uni.
Educación musical.
Y ahora me siento bien mientras te escribo estas palabras.
Antes también me sentía bien, sí, pero ahora lo veo todo diferente.
Tengo treinta años. Mis compañeros de clase tienen diez, once años menos que yo.
No me importa. Bueno, sí que me importa, pero no es lo realmente importante. Así que puede esperar.
Mis compañeros de clase tienen a un compañero diez años mayor. También tiene esta lectura. Quizá les tendría que importar a ellos. O quizá a nadie.
Cada uno que se importe a sí mismo. Empecemos por ahí.

El miércoles empecé la uni.
Casi cada día las clases empiezan a las ocho de la mañana, también conocida como 08:00 a.m. Lo que supone que me tengo que levantar dos horas antes debido a un trayecto frontal y longitudinal de una hora de duración desde el polígono industrial donde vivo hasta la torre a donde me dirijo.
A simple vista pensarás: qué palo. Yo sólo puedo decir: levantarse a las seis de la mañana es mucho más recomendable que hacerlo a la una de la tarde. 
Eso no quiere decir que me levante de un salto cantando Fly me to the moon. No. 
A las seis de la mañana el mundo, el planeta, así, en general, es un lugar hostil. 
Y yo me asombro y me asombraré de la gente que se puede reír a las 06:45 a.m. dentro de un autobús camino al trabajo o al estudio. En ese contexto todo es hostil: la hora, el lugar y el destino. Todo menos la actitud de esa persona. Y por eso yo me asombro y me asombraré siempre de esa gente. A duras penas me río a las tres de la tarde, ni pienso en las seis cuarenta y cinco. 
Quiero aprender de esas personas.
Aprender a no mirar la montaña que me queda por escalar sino a colocar bien el pie mientras voy subiendo.
La cima no va a bajar a buscarte.

El miércoles empecé la uni.
Y, al contrario de lo que podrías pensar si me vieses subir la cuesta que lleva hasta la puerta, te puedo asegurar que me hace feliz.