Brossa en su despacho.Voy a pasar por una etapa brossiana, si es que se puede llamar así a una etapa donde Joan Brossa sea el protagonista, supongo que sí que se puede llamar así, o brossaniana, o joanbrossiana, o brossionista, la cuestión es que, ya te aviso, voy a investigarlo todo sobre Brossa, lo digo por si quieres dejar de leer durante un tiempo este blog, ya te aviso ahora, mira, de hecho, el otro día pensaba, tengo que decir que a Alberto Olmos, lector mal-herido, que ahora ha dejado de publicar en su blog de lector mal-herido, lo puedes seguir, a lo mejor ya lo hacías, no lo sé, lo puedes seguir, digo, en su otro blog, que funciona a modo de diario personal mientras escribe su nueva novela y, para mi gusto, es mucho más interesante que el de lector mal-herido.
4 comentarios:
¿Alberto Olmos?.
¿¿Alberto Olmos??.
¿¿¿Quién cojones es Alberto Olmos???.
¿¿¿¿El marido de la portera????.
¿Qué más sabes acerca del lector mal-herido?. Me he estado leyendo su otro blog, el que tú recomiendas en esta entrada. Me ha gustado muy mucho, sí. Quiero saberlo todo. No juegues conmigo, o me encabrono. Cuéntame todos los detalles.
He ojeado el blog por encima y te digo, así entre tú y yo, que este tío acaba metiéndose una bala en el cerebelo. Fijo. Prefiero mil veces al Lector Mal-Herido.
Pues yo estoy con S.
Bastante tengo yo con lo mío.
(Y con lo de Sarah Kane!)
Pol: no sé nada sobre el Olmos. No me he leído ninguno de sus libros que, por otra parte, dada su exigencia a la hora de criticar obras literarias, deben de ser la octava maravilla.
A mí lectormalherido ya me cansaba porque, al fin y al cabo era un poco siempre lo mismo, no nos engañemos, al principio hace gracia, sí, pero luego ya, cómo decirlo: no.
¡Un saludo!
S. y houdini: os pongo en el mismo saco no porque me importéis menos sino porque decís lo mismo. Este tipo es un bon vivant, no lo olvidéis. Yo no veo suicidio por ninguna parte, yo veo bonvivantez. Y también las influencias de lo que está leyendo o ha leído. Por ejemplo, estos últimos post son totalmente Thomas Bernhard.
¡Un beso!
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