Éramos malísimos.
O al menos eso había pensado siempre.
Sólo ganamos un partido en toda la liga.
Ninguno de nosotros tenía novia por aquel entonces. Sólo nuestro portero.
Entrenábamos un par de horas a la semana.
Jugábamos los sábados por la mañana.
La novia vino a todos los partidos.
Excepto a uno.
3 comentarios:
Je,je.Muy buena la relación.Pues o despiden a la Carbonero o que juegue Valdés,porque sino estos no le ganan ni a Honduras.
Hay que jugar mas con la cabeza y menos con los huevos!
Eso en nuestro caso es bastante dificil.
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