sábado, agosto 31, 2013

cicatriz

El otro día me dio por escuchar el Tripping the live fantastic de McCartney, quizá veinte años desde la última vez. Un triple vinilo que me compré en Andorra, cuando ir a Andorra significaba algo.
Esta es la canción que abre el concierto, la gira de entonces.
Sin yo saberlo, la tenía dentro. Una cicatriz que descubres ahora, porque nunca antes habías acariciado ese centímetro de tu cuerpo con la delicadeza y precisión adecuadas para encontrarla.
Entonces recuerdas la caída y los olores y la ropa que llevabas y cómo todo al caer iba a cámara lenta. Y ahora tú, hoy, acariciando la cicatriz que ni siquiera recordabas tener, piensas en el tiempo pasado y en aquella poesía de Gil de Biedma.

Esta canción ni siquiera es buena, ni elegante, ni precisa, ni épica.
Es insulsa, simple, tosca.

Pero es mía.
Y me hace llorar cuando la acaricio.

jueves, agosto 29, 2013

adamantio

Hace unos días, las redes sociales tuvieron su particular squirting cuando alguien colgó este vídeo de uno de los participantes en un poetry slam. Míralo y luego te sigo hablando, que veo que no aguantas a darle al plei.



Neil Hilborn, se llama este chico.
Por lo que veo, muchos se han tomado al pie de la letra que él, Neil Hilborn, sufre transtorno obsesivo compulsivo. No lo he encontrado por ninguna parte. Supongo que son los mismos que creen que Hugh Jackman tiene unas garras retráctiles de adamantio. Que vaya con cuidado al coger en brazos a sus hijos.
La cuestión es que el Hilborn recita aquí un poema de amor demoledor. Y da igual que él tenga TOC o no, eso es lo de menos, joder, lo que nos ha pasado aquí, lo que le ha pasado al espectador, es que las palabras le nos me hablaban de algo que conocía-íamos-ía, nos hablaban a nosotros, a ti, a mí, que, sin esperarlo, nos hemos encontrado viviendo con esa pareja, en esa pareja, en esa cabeza.
En menos de tres minutos Neil Hilborn nos fulmina, un rayo entrando y saliendo de nuestra casa, entró por una ventana y salió por la de la habitación, suerte que tenía dos ventanas abiertas, lo vi en un documental de tormentas, hace tiempo, y en ese viaje asolador nos dejó perdidos en nuestra selva interior, todo patas arriba.
Hay en la forma de recitar del poeta algo que nos atrae. Demasiada teatralidad, puedes pensar. Quizá. Aunque no hemos venido a hablar de eso, ni mucho menos.
De hecho, yo lo único de lo que quería hablar era de los dos últimos versos.
Los dos últimos versos.
Catacrac.



Rebuscando un poco más, he encontrado este otro vídeo, que no sé si me ha enamorado más.
Creo que sí.
Fan de Neil Hilborn, sí. Pero también devoción absoluta por este tipejo: Shane Hawley.

viernes, agosto 23, 2013

tetas

1. Estoy oyendo crecer a mi hijo,
tumbado a mi lado, en la cama,
mientras yo escribo esto que tanto te gusta
y él ve vídeos de Lazy town
en el iPhone
antes de dormirse.
Estoy escuchando las vocecillas de los personajes de Lazy town
mientras escribo esto.
Bukowski escuchaba a Mahler.

2. Estoy leyendo
una biografía muy buena
de Bukowski.
La escribió Barry Miles y aquí la editó Circe.
Lo digo por si estabas pensando leer
una biografía de Bukowski,
que sea ésta.

3. Estuve viendo
el remake de Evil Dead
y me pareció una muy buena película.
La vería otra vez.

4. Estuvimos en Barcelona
esta tarde
y le compré a mi hijo una linterna pequeña
en el Decathlon,
para que alumbre lo que le apetezca,
una hoja allí, una hilera de hormigas acá,
cuando se nos haga de noche
durante nuestros paseos
vespertinos.
Antes
mi padre me había regalado
una botella de ron Saint James,
que compró en el colmado Quilez de Rambla Catalunya.
Es el ron que bebe Hemingway
en Paris era una fiesta.
Así soy yo.

5. Estoy pensando
que tengo
cuarenta seguidores.
Y eso sin enseñar las tetas.


herzog

Sólo Herzog podía hacer este documental.

cincuenta años

Quizá el Get Lucky de Daft Punk sea ya el tema de la década. Aunque llevemos tres años, a mí qué más me da, no creo que venga nadie en siete años a crear algo más redondo.
Y en sólo cuatro meses de vida puede que se le hayan hecho más versiones que a Yesterday en cincuenta años. La cual cosa no es que me parezca ni bien ni mal: no me importa.
La cuestión es que, de entre estas versiones que corren sobre todo por Youtube, me quedo con esta de unos tipejos que no conocía.
Tienen gracia y son músicos, algo difícil de encontrar hoy en día.