La petite Houdini me pide, desde su Manchester natal, otro retal del gran Harold P.Gordon. Pues aquí cuelgo otro fragmento de la soberbia My name is homeless.
Su abuela tuvo ese tipo de sordera, ya sabes, sólo escuchaba lo que le interesaba. Pero bueno, no hace falta estar sordo para comportarse así, siempre se lo dije. En parte, todos somos como su abuela. Creo que él no estaba del todo de acuerdo.
También hacía un arroz con leche fabuloso. Te dejaba en el paladar la sensación de habérsela chupado a Dios. Es difícil de explicar, pero creo que ya me entiendes.
Un día salió a pasear y nunca volvió. Fue algo muy triste, extraño.
Me acuerdo que era un día soleado, con nubes quietas y altas.
Harold P.Gordon
My name is homeless, 1976
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