martes, agosto 18, 2009
espejo gigante
Usain Bolt se aburre en el trabajo.
Ya ha empezado a mandar currículums.
Me gusta Usain Bolt.
Sin duda alguna es lo más alejado que puedas encontrarte hoy día del cánon de atleta olímpico.
Y quizá es eso lo que me gusta de él, lo que nos gusta de él.
Si comparas, por ejemplo, la sobriedad gestual que nos ofrecen las cámaras antes de una carrera del norteamericano Tyson Gay con el gamberrismo de Bolt, casi podrías decir que no van a efectuar la misma prueba. De hecho, si no fuera por su atuendo, podrías confundir a Bolt con alguien del público.
Bolt sonríe no a la cámara que lo enfoca sino a la pantalla donde se está viendo, que funciona como espejo gigante.
Es decir, no le dedica su sonrisa a los espectadores sino a sí mismo.
Es alguien que ha venido a divertirse.
Estoy seguro de que Usain Bolt puede bajar la marca del pasado domingo (9,58 s.) dos o tres veces más.
Pero irá poco a poco.
Dosificando la diversión.
Mientras que no le llamen de otro trabajo.
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2 comentarios:
Grande en todos los sentidos.
Saludos Mon Ami.
Ha aprendido a mirar a través del espejo.
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