Al final de todo este asunto,
por mucho que te hubieras empeñado,
blanco o negro,
real o ficticio,
siempre habrá alguien,
siempre hubo alguien,
que quiera saludarte,
que quiso saludarte,
y entonces,
esa buena cara,
esa buena cara
que desconocías tener, guardar,
ni siquiera sabías que existía el cajón donde la guardaste,
de poco usada que la tenías, ni recuerdas la última vez, quizá en aquella cena de Navidad,
saldrá,
saldrá, no te preocupes,
sonrisa por delante,
saldrá a flote,
esa buena cara,
como mierda liberada
de los lavabos del Titanic
y todos nos daremos cuenta,
aquí y ahora, durante este nuestro naufragio,
de que esto que nos rodea no es más que mierda,
porque no habrá que ser muy listo,
nunca,
para darse cuenta de eso,
nunca nadie tuvo que ser muy listo
para comprobar
que eso de ahí no era un corcho,
pero nosotros seguiremos nadando
sonrisa por delante,
brazadas amplias, oigo una madre a su hijo,
brazadas amplias para despejar el camino de mierda,
de agua y mierda,
intentaremos guardar fuerzas,
por si tardan en venir a rescatarnos
(tardarán mucho, me preguntas,
no vendrán nunca, dice alguien en la oscuridad,
y era eso lo que yo también pensaba responderte,
pero ya lo hizo alguien por mí,
así que me siento liberado,
como la mierda que nos rodea,
a ti y a mí y a todos los que no vemos ahora,
aunque tú me vuelves a preguntar si tardarán mucho,
y entonces yo te respondo con una pregunta,
con delicadeza, para hacerte llorar:
quién, quién, coño, quién tardará mucho)
procuraremos cerrar la boca
aunque con esta sonrisa de oreja a oreja que llevamos,
que nos pertenece ahora en estos momentos,
es fácil que traguemos agua y mierda,
dónde teníamos esta sonrisa,
nuestra sonrisa de oreja a oreja,
orgullosos de ella estamos,
lo majestuosa que puede llegar a ser,
y aún siendo así, majestuosa, como un lince en primavera,
es fácil que traguemos agua y mierda,
pero poco importa,
nadie se dará cuenta,
porque todo el mundo está haciendo lo mismo,
y sólo hace falta mirar alrededor
y comprobar que todo el mundo hace lo mismo
para sentirse
a salvo
Al final de todo este asunto,
decía,
por mucho que te hubieras empeñado,
siempre habrá alguien,
siempre hubo alguien,
que liberará su mierda,
que liberó su mierda.
Y
entonces,
no habrá
sonrisa que valga.