Hace años le pregunté a mi abuela el porqué de la silla de ruedas de tal familiar.
Hace años se lo pregunté y siempre que sale en alguna conversación o aparece, por sorpresa, al pasar la página del álbum de fotos, se lo vuelvo a preguntar. Y no es porque no me acuerde de lo que me contó, sino por lo fantástico de la historia.
Simplemente le pido que me la cuente para comprobar que no me mintió la primera vez.
Un familiar en silla de ruedas, ¿cómo se llama?, no lo sé, ¿qué parentesco tengo con él?, no lo sé, ¿está vivo todavía?, no lo sé. Su trágica historia nubla todo lo demás.
El terremoto de Haití me trajo de nuevo a la mente a ese familiar.
Según algunos médicos, el impacto psicológico del terremoto ha interrumpido el periodo de lactancia de muchas madres, agravando aún más, si cabe, la situación de sus hijos.
Almería, principios del s.XX.
Una madre amamanta a su hijo.
A las afueras del pueblo, de noche, unos bandoleros asaltan y matan a un hombre.
Un testigo de los hechos corre hacia el pueblo a comunicar la tragedia.
Llega a la casa de esa madre que amamanta al hijo.
Abre la puerta y dice: "Niña (silencio),tu padre (silencio), lo han matado".
El silencio y luego el grito. Un grito de dolor va siempre precedido del silencio más tenebroso.
La madre deja al niño encima de la cama. Un niño que nunca más caminará. Un familiar en silla de ruedas en una foto en blanco y negro.
"Se le agrió la leche a la madre", dice mi abuela, "del susto que llevó. Y eso le afectaría a la criaturilla, las piernas se le quedaron sin nervio".
Aunque lo más trágico es el final de la historia. Sigue mi abuela: "Y luego resultó que el muerto no era el padre de esa chica, se ve que el testigo lo confundió".
¿Acaso esto no es una auténtica tragedia griega?
Mi abuela siempre me ha contado así esta historia y yo siempre, desde el primer día que la escuché, me he imaginado la leche agria en el pecho de la madre, una leche amarillenta, o negra, y un rayo invisible entrando por la boca de aquel niño, iluminado por dentro fugazmente, disparándole en las piernas, en la columna, un rayo saliendo del pezón de la madre y desembocando en la médula del hijo, que continuaría mamando, por instinto, su desgracia.
9 comentarios:
Diego, el porqué va junto :)
C., elige tu respuesta, la que más te guste:
a) no sé a qué "porqué" te refieres, yo creo que está todo correcto.
b) gracias, no sé por qué escribí así ese porqué. Ya lo he cambiado.
c) lo hice expresamente, para comprobar que sigues leyéndome y también para que ejercites la gramática española de vez en cuando.
d) ;)
en el mismo pueblo del que creo que hablas a mi me han contado que un hombre se quedó mudo toda la vida porqué (este va junto no?) sus padres le regañaron siendo pequeño, estos y otros casos hacen de Benitorafe candidato a salir en Cuarto Milenio.
Angel, el porque va sin tilde :)
c, Ángel va con tilde :)
Perdón (con tilde) Sr. o Sra. C (sin tilde)
¿Pero esto qué es, el blog de Lázaro Carreter?
_genial la historia, genial_
Ya te digo,por cierto Diego,ya que tu blog lo lee tanta gente coloca nuestra web en algún apartado que ahora tenemos hasta tienda on line,aunque sea en el apartado de primos plastas.Un abrazo. www.papereriabrusselles.com
Publicar un comentario