Porque un día fuimos jóvenes
y este caballo nos sacudió por dentro.
Porque un día fuimos jóvenes
y hoy todavía lo llevamos
al galope
por nuestras venas.
Porque un día fuimos jóvenes
y de vez en cuando se desboca
y nos sale por la nariz
como aquellos de las películas
que vuelven a la vida
después de ahogarse en el mar.
El agua salada por nuestra nariz.
No hay mayor recompensa.
Porque
y eso nunca lo olvidaremos
un día
fuimos jóvenes.
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