Dos niños y dos niñas sufren una extraña enfermedad llamada Rostrus distorsionatus. En la foto los vemos en clase, con gente mayor que ha venido a reírse de ellos. Los niños no pueden contestar a los insultos porque no tienen boca.
Una chica sin medias ni nada debajo señala el lugar por donde le pasó una bala en un tiroteo cuando era pequeña y vivía en un suburbio de Los Angeles.
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