Una historia de casualidades.
A mí me hizo muchísima más gracia de la que te va a hacer a ti. No me puedes ver pero te aseguro que estoy riéndome a carcajadas. Desde que supe de esta historia, así estoy, a carcajadas: por casa, en el coche, en el súper, en el lavabo: a carcajada.
Carne rebozada
La cena se enfriaba en la mesa y nuestro vecino seguía igual. Desnudo, subido en una silla y con una soga al cuello. A veces, bajaba y deambulaba cabizbajo por la habitación. De aquí para allá. De allá para aquí. Luego volvía a subirse, se anudaba la cuerda y colocaba los pies en el filo. Así llevaba toda la tarde. Nosotros, desde la ventana, lo observábamos expectantes. Papá decía que sí. Mamá decía que no. Pero el hombre, que si sí, que si no, no se decidía nunca. Al final, corrimos las cortinas y nos sentamos a la mesa. La carne rebozada fría no vale nada.
Por eso te digo que gracia te va a hacer, pero ni siquiera te acercarás a la que me hizo a mí.
Ha pasado ya algún tiempo desde que sucedió, un par de meses, y no quería hablar de este tema, por pereza, pero al final me he dicho Qué coño, por qué no explicarlo.
Voy a ir por partes, aunque seré rápido y esquemático.
Hay un concurso en la Cadena Ser.
Por la mañanas, en el programa Hoy por hoy que presenta el Francino.
Al concurso lo llaman Relatos en cadena. Es un juego de palabras en el que "cadena" tanto se puede referir a la emisora como a la modalidad del juego: alguien propone una frase, a partir de esa frase se escribe un microrrelato, cada semana hay un relato ganador, la frase final del relato ganador será la primera frase con la que tengan que empezar los relatos de la semana siguiente, y así durante todo el año, hasta que, de los ganadores mensuales se elige al ganador anual, en junio, hace un par de meses.
Además de este bendito blog, voy escribiendo otro. Poco a poco.
Quizá lo conoces. Es La madera es nuestra, y lo abrí para ir escribiendo cien cuentos de cien palabras.
En fin, tú quizá no conocías este blog, no tienes por qué.
Pero es que el ganador anual de Relatos en cadena, tampoco.
Y, es más, me consta que no lo conocía.
La cuestión es que escribí este relato hace un par de años, ahí está la fecha (clica para ampliar):
Y aquí está el relato ganador del pasado mes de junio, 2010:
Carne rebozada
La cena se enfriaba en la mesa y nuestro vecino seguía igual. Desnudo, subido en una silla y con una soga al cuello. A veces, bajaba y deambulaba cabizbajo por la habitación. De aquí para allá. De allá para aquí. Luego volvía a subirse, se anudaba la cuerda y colocaba los pies en el filo. Así llevaba toda la tarde. Nosotros, desde la ventana, lo observábamos expectantes. Papá decía que sí. Mamá decía que no. Pero el hombre, que si sí, que si no, no se decidía nunca. Al final, corrimos las cortinas y nos sentamos a la mesa. La carne rebozada fría no vale nada.
El día que me dijeron quién había sido el ganador me alegré, claro, por ser un conocido, un vecino de toda la vida, como quien dice. En cuanto llegué a casa busqué el relato. A medida que lo iba leyendo me venía a la mente el mío, que quizá no lo había vuelto a leer desde que lo escribí. Al principio pensé que eran cosas mías, paranoias. Pero toda la gente de mi alrededor constató que aquello había sido, cómo decirlo, una casualidad.
No reclamo nada, por supuesto, y felicito desde aquí al ganador.
Sólo quería hacerlo saber: las casualidades existen.
7 comentarios:
Hola amigos y amigas de este blog.
Sé que, aunque os cueste, os gusta comentar, dejar vuestras impresiones, blablabla.
Debido a la aclaración hecha por mí mismo después de hablar largo y tendido con el autor del texto premiado, la entrada en sí, como podéis ver, ha sido modificada y la historia ha cambiado. Por tanto, los comentarios recibidos no tenían razón de ser.
Es por ese motivo por el que he decidido suprimirlos, no sin antes dejar claro que no ha sido un acto de censura sino de incoherencia con el texto escrito. Los comentarios son apéndices del texto escrito y, en este caso, no seguían ninguna lógica con el nuevo texto.
Creo que me entendéis.
Con este acto quiero dejar claro que es la primera y última vez que suprimo y suprimiré comentarios hechos por lectores que, al fin y al cabo, tienen una voz propia e independiente de la mía.
Abrazos y besos.
Chapeau!
elegante-mente
un cronopio
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