El hombre le explica que todavía no está operado del todo, que es sólo fachada, que aún tiene que ahorrar para la operación más importante.
Dice que desprenderse de algo tan personal siempre es doloroso aunque sea con antonomasia.
La mujer de la derecha le corrige y le dice anestesia, querrás decir.
El hombre rubio se queda pensativo y pregunta ¿y yo qué he dicho?
Antonomasia, has dicho antonomasia le responde la mujer de la derecha, quien anteriormente ya le había explicado su periplo por diferentes clínicas mundiales en busca de una vagina que le satisficiera.
Así, entre risas, pasan la tarde.
Una multitud de desviados sexuales se apelotona para ver a una mujer estirada en una camilla.
La mujer acepta resignada su condición de mito sexual para desviados.
Una mujer llama al médico porque a sus hijas se les acaban de borrar los ojos justo hoy cuando les iban a hacer la foto de grupo en el cole.
El abuelo le está explicando a una persona que no se ve en la foto que está hasta los huevos de su nieto y de las tonterías que hace, que si fuese su hijo ya le hubiera dado una ostia a tiempo y se le hubiesen quitado todas las gilipolleces que hace normalmente pero que como su educación no depende de él tiene que aguantar las estupideces del chaval que, encima, se mea de emoción cada vez que acaba un tema.
El niño está tocando el riff de Sweet home Alabama.
Un grupo de hombres de color negro se acaban de enterar de que Tele 5 ha decidido dejar de emitir Aquí hay tomate.
Los hombres negros piden, al menos, que Jorge Javier venga a visitarles de vez en cuando.
Es una de las pocas muestras que tenemos de este tipo de conductas manuales ya que se dan con muy poca frecuencia hoy en día.
El joven besa con cariño el dedo meñique, que es lo que se debe hacer en estos casos si quieres que la mano se tranquilice y te deje en paz.
Un grupo de jóvenes se han quedado dormidos después de una noche de orgía pantagruélica llena de sexo y vino Don Simón de oferta.
Al fondo, unos depravados que no tienen nada mejor que hacer, miran.
Un hombre vestido de policía monta a un unicornio sin cuerno y con muñequeras que acaba de defecar en plena calle y tirar por el suelo, además de su mierda, todo el romanticismo y leyenda de la que era poseedor.
Un viejo exige que se le preste atención.
Un viejo exige que se le preste atención.
A su lado, dos menos viejos se ríen del carca.
El de la derecha le está pellizcando el culo al de barba.
1 comentario:
me encanta el comentario del unicornio... :-)
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