miércoles, abril 29, 2009

la cita se lleva a cabo


La portada del Vanity Fair de este mes de abril que ya se nos va de las manos, arena fina entre los dedos, muestra a tres personas, dos mujeres desnudas y un hombre vestido.
En el centro, Andrés Velencoso, el novio de la Minogue, parece decirnos con su expresión: estoy bueno, sí, tengo a dos tías desnudas retozando on my lap, sí, parezco un poco despistado, sí, a veces me cansa este trabajo de posar, de aparentar, sí, esto no es lo que parece, Kylie, luego te lo explico, sí.
A su izquierda, a nuestra derecha, Nieves Álvarez (sabemos su nombre en cuanto le miramos el culo) intenta atraer la atención de Andrés cogiéndolo del cuello, quizá para besarlo, besarle, ¿besarlo o besarle?, mientras no deja de mirar a cámara, a ti y a mí, participando en el juego de voyeurismo que tanto nos gusta. (Escribiendo voyeurismo me ha venido a la cabeza voyeuría industrial, que, en un diccionario todavía no inventado significaría: disfrutar contemplando actitudes íntimas o eróticas de otras personas mientras se ingiere un phoskitos, tigretón o similares).
Nieves intenta atraer la atención de Andrés porque el despistado modelo sólo parece tener manos para Eugenia Silva, que es la chica a su derecha, a nuestra izquierda, que también mira a cámara con un gesto que rezuma poder, casi maldad, y satisfacción por este poder y esta casi maldad.
Aunque no tiene ningún interés, el fondo de la foto es gris.
La cuestión que nos aborda hoy, esta mañana soleada de abril en la que acompañé a mi hermana al aeropuerto, son los pezones. 
Hoy vamos a hablar de pezones. Let's talk about nipples!

¿Qué es lo primero que vemos cuando miramos esta foto, seas hombre o mujer?
El pezón de la Silva.
Quizá no te estás mucho rato porque no se le ve mucho y no es cuestión de recrearse con medio pezón de perfil, pero el primer latigazo de tus ojos va a parar al pezón. Luego ya la miras a ella a la cara, el culo, le miras a él, sus labios, su mirada, miras a la Nieves, el culo, etc, pero lo primero que has mirado, así, sin darte cuenta, es el pezón.
Eugenia Silva se ha enfadado un poco con los de la Vanity Fair porque dice algo así como que la foto es de mal gusto, que se siente indignada, que no era la pactada por las dos partes, que atenta contra su honor y su intimidad y que nos veremos en los tribunales.
Todo este rollo se podría resumir en una frase: a la Silva no le ha gustado que se le viera el pezón.
Eso ha sido todo. 

¿Qué pasa con los pezones? 
No es que te hayan sacado más gorda, no es que te hayan iluminado las estrías, no es que no te hayan avisado por ese moquito que se te veía. Simplemente es un pezón, o ni eso: medio pezón.

¿Qué pasa, repito, con los pezones?

Miro de vez en cuando la egotastic, que es una de las muchas páginas de donde luego sale la Cuore, la In Touch y todas las que quieras con este formato. Y la miro un día sí, un día no, quizá con la esperanza de que algún día se olviden de poner esas patéticas estrellitas tapando los pezones y lo que no son pezones, pero sobre todo los pezones.
Supongo que tiene que ver con el contenido para adultos, el rated y todo eso que no hace otra cosa que molestar en esta sociedad ya enferma, ya decrépita, ya infectada, ya supurando pus. 

¿Qué impacto podrá tener a estas alturas la visión de un pezón en un mundo donde existe un padre que encierra a su hija durante años y la viola y tiene hijos con ella y uno de los hijos se muere y él lo quema para hacerlo desaparecer? 
¿Qué impacto podrá tener a estas alturas la visión de un pezón en una sociedad en la que un hombre se cita con otro por internet y se ofrece para ser comido y la cita se lleva a cabo y uno se come al otro?
En definitiva, ¿qué impacto podrá tener a estas alturas la visión de un pezón en un sociedad como la nuestra?

Imaginemos este caso. 
Un joven norte americano entra cada día a egostatic. Entra desde que tiene uso de razón. Allí puede ver a sus cantantes favoritas, a sus actrices favoritas, a aquellas celebridades que tanto admira. Un día, el joven adicto a egotastic va a una fiesta a casa de un amigo, conoce a una chica, la que será su primer encuentro sexual, se van a la habitación de los padres del amigo, se enrollan, se tocan, todo a oscuras, el joven le mete la mano por debajo de la camiseta a la chica buscando sus tetas, buscando acariciar y apretar las estrellitas de colores. Pero cuando sus dedos tocan algo rugoso y puntiagudo el joven aparta la mano y se incorpora soltando un shit! entre sorpresa y desagrado. Enciende la luz y le sube la camiseta a la chica. 
Allí está el horror, 
¿dónde están la estrellitas de colores?, 
allí la repugnancia marrón, 
¿dónde está lo que me prometiste, egotastic?, 
allí está la chica, borracha, con dos pequeños monstruos eréctiles a modo de estrellitas, 
allí, 
frente a él, 
los pezones. 
El chico no puede hacer otra cosa que vomitar encima de la chica que, borracha, se ríe de la situación. 

La pregunta es ¿estaría más contenta o tranquila la Silva si, encima de su pezón, alguien colocase una estrellita?

¿Qué pasa, vuelvo a repetir ya por última vez, con los pezones?
¿Qué nos pasa?
Lindsay is playing at my house, my house!

pisado

Ya puedes votar en la nueva encuesta.

(Siempre que miro esta foto, además de mirarle el culo a la Bruni, no puedo evitar fijarme en la suela del zapato y preguntarme: 
¿a quién habrá pisado?, 
¿de quién será esa sangre?,
¿quién habrá sido el afortunado?)

domingo, abril 26, 2009

se sentaron detrás

A no ser que hayas estado secuestrado o secuestrada, en el caso de ser mujer, por tu padre y encerrada o encerrado, en el caso de ser hombre, en un sótano durante los últimos dos meses, te habrás enterado, a tus oídos habrá llegado, y en tus ojos impactado, el nombre de Susan Boyle.
De todas formas, aunque no hayas tenido la suerte de vivir incomunicado o ada en un sótano, te pondré rápidamente en situación, en una línea, en una frase que resumirá esta entrada del blog y también los cien millones de visitas en el youtube.

Susan Boyle se presentó a un concurso, cantó I dreamed a dream y su voz no se correspondió con su cara.

Esto es lo que ha pasado, lo fenomenal y lo extraordinario.
Y esto es lo que queremos y lo que buscamos. Anomalías. Siempre ha sido así. 
Porque lo normal ya nos lo sabemos de memoria. 

Porque normales somos nosotros. 
Si hay alguien raro aquí, ese no soy yo. 
Mírala, con esa pinta de cateta de pueblo, a ver qué hará. 
Había una gente más rara en el autobús. Se sentaron detrás y se quedaron dormidos. 
Si hay alguien raro aquí, que salga delante, que lo queremos ver. 
Joder, pues canta muy bien para lo fea que es. 
En la clase de mi hijo hay unos con unas pintas. Mi hijo es el más normal. 
Tuve una infancia de lo más normal.

A Susan Boyle, el hecho de ser desempleada, vivir en un pueblo escocés, ser soltera, poco agraciada físicamente y tener cuarenta y siete años, le confería el de no poder cantar bien.
Pasó algo parecido el año pasado con Paul Potts cantando Nessum dorma. ¿Cómo un vendedor de teléfonos móviles podía tener esa voz de tenor? 

¿Qué es lo que nos sorprende de todo esto? Sin duda, ya lo dije y me reafirmo, la anomalía. 
El no me imaginaba encontrarte aquí, el de la última persona que lo diría, el me he quedado helado cuando me dijeron que había sido él.

No nos sorprende tanto la excepcionalidad de la voz, sino, digámoslo así, el envase que la contiene y, por tanto, el contexto. 
Porque, si escucháramos esa voz por la radio, esa canción dentro de un programa dedicado a los musicales más famosos, ¿acaso se armaría tanto revuelo? No, porque, aunque la voz que hubiésemos escuchado fuera excepcional, estaría dentro de un contexto, de una lógica y simplemente hubiéramos pensado qué bien canta esta mujer, o ni siquiera eso. 
Sin duda el poder que ejerce la imagen es absolutamente demoledor, y eso ya lo saben los creadores de Britain's Got Talent, de American Idol, del Disney Channel y también Madonna lo sabe. Y este es uno de los casos más flagrantes del poder de la imagen.

De todas formas, si estos acontecimientos mundiales, estas frikadas, vamos, hacen que la gente se acerque tanto a óperas como a musicales, bienvenidas sean estas frikadas. Aunque no estoy muy seguro de que sirvan para nada sino para entretenernos un rato, mientras se acaban de hacer los spaghetti, mientras nos cepillamos los dientes, mientras colocamos bien la almohada.

¿Qué has venido a decir con esta entrada, Diego, idiota?
¿Has venido a decir que Susan Boyle ha tenido más éxito por ser fea que por cantar bien?
¿Es eso, Diego, imbécil?

Sí.

Aquí te dejo un vídeo de I dreamed a dream cantada por Ruthie Henshall, una actriz de musicales.
Te aviso, es un vídeo aburrido. 
Porque es normal. 
Como tú y como yo.

jueves, abril 23, 2009

martes, abril 21, 2009

falta

Marsé (Sinde al lado): "...el problema del cine español no es la piratería, sino la falta de talento".

domingo, abril 19, 2009

a wolf loves pork

con gusto

Lo que más me escucho ahora por las mañanas y por las tardes en mi aipot es el último de Girl Talk, una gitanada de mucho cuidado, pero una gitanada hecha con gusto y con cariño.
Veo que en la Wikipedia alguien (sin oficio ni beneficio) se ha molestado en escribir todos los samplers, casi una hora, que el Gregg Gillis, el chavalín que es Girl Talk, utiliza en el disco. 
Uno de mis trozos favoritos es el tema seis (6), No pause, en especial a partir del minuto 2:26, cuando se oye un piano (que gracias al de la wikipedia sé que se trata de Yael Naim-"New soul", y que creo que le gustará a mi hermana. Por cierto, ¿para cuándo un anuncio con esta canción?) mientras Eminem canta encima "Shake that".


SeeqPod - Playable Search

sábado, abril 18, 2009

un extraño faro

La hamburguesa del que sería tu Big Mac
se cayó al suelo,
tú lo pudiste ver desde donde estabas,
y entonces el chico la recogió
y la puso entre los panes
no sin antes soplarle
como quien sopla 
la rodilla herida 
de un niño
desconocido.

La chica te dijo 
Aquí tiene, que aproveche,
con una sonrisa cansada,
y tú le devolviste la sonrisa
intentando que fuera 
igual de cansada,
pero no te salió,
y no supiste si te molestó más
que no te cambiara la hamburguesa 
o que te tratara de usted.

Luego, ya en la mesa,
observaste a un grupo de niños
celebrando un cumpleaños,
(y eso te puso triste)
había un hombre disfrazado de Mickey Mouse
aunque para los niños era el verdadero Mickey Mouse
(y eso te puso triste)
que había venido a celebrar el cumpleaños,
porque eso era lo único que importaba ahora,
celebrar el cumpleaños en un Macdonald's
de las afueras,
y eso te puso triste.

Te quedaste allí sentado una hora más,
los cubitos, agua,
haciendo la digestión de ese Big Mac polvoriento,
los niños ya se fueron con sus madres,
Mickey Mouse, ya solo, se quitó la cabeza
y la dejó encima de un pequeño tobogán,
entonces te sorprendiste al descubrir
que dentro había una chica
y, sin motivo pero casi con miedo,
comprobaste que no quedara ningún niño alrededor. 

La chica, ya sin disfraz,
se acercó a tu mesa y te pidió fuego,
le ofreciste el mechero
y ella encendió un cigarrillo,
luego salió afuera y se sentó en la acera,
la camiseta empapada en sudor se pegaba a su espalda,
caladas largas anunciaban su presencia,
un extraño faro
con la espalda encorvada
que ahora se echaba el pelo hacia atrás.

Estuviste mirándola en secreto
hasta que se acabó el cigarrillo
fue a recoger el disfraz
lo metió en una furgoneta
y se fue,
luego, el chico que sopló tu hamburguesa
se acercó y te dijo que cerraban ya,
entonces te levantaste,
recogiste la bandeja
y te fuiste.

martes, abril 14, 2009

ya sé lo que era

Qué iba a decir, 
que antes iba a decirte algo y ahora no me acuerdo, 
algo de, 
de qué estábamos hablando, 
de aquello, 
ah, ya sé, 
ya sé lo que era, 
que el uno (1) de mayo es mi cumpleaños, 
eso, eso es lo que te iba a decir. 

Ya está, sólo eso.

lunes, abril 13, 2009

sólo como queso yo

Soy un tipo duro. 
Tú que me conoces lo puedes corroborar, puedes decir: es cierto, eres un chico duro. 
Y tú que no me conoces tendrás que decir a partir de ahora: es un chico duro. 
De todas formas, mi dureza a veces se ve superada por programas como Sorpresa, sorpresa o también cuando a algún concursante de cualquier reality le dan una sorpresa de ámbito familiar, ya sea en forma de carta de la hija pequeña que lo echa de menos, ya sea en forma de documento sonoro del tipo que todos conocemos: "Cariño, que lo estás haciendo muy bien, que todo el pueblo está contigo, sigue así" etc. A mí estas muestras de afecto, a estas alturas de mi vida y sin oxígeno, me pueden. Y me desplomo en el sofá si es allí donde estoy visionando el ejercicio televisivo. 
Así, podríamos decir que soy un tipo duro que llora con sorpresas televisivas programadas, con pianos y violines de fondo salidos del botón apretado por un estudiante de comunicación audiovisual en prácticas mientras los demás están en el bar. 
Así, entonces, también podríamos decir que a mí un becario me puede hacer llorar con sólo apretar un botón-tón-tón.
Lloro también con facilidad con artimañas publicitarias, como por ejemplo el último anuncio de Coca-cola, el del viejo y el bebé. Mierda, cuando escucho la música del principio me digo: joder, otra vez.
Y con películas lloro también. 
El otro día estaban dando, echaban, Oficial y caballero y me dije: ostia, vete, Diego, porque ahora viene la canción del Joe Cocker y nos conocemos. 
Yo a mí me hablo de nosotros. ¿Tú a ti también? Yo es que si no me hablo de nosotros ni me levantaría por las mañanas. Es como si me sintiera culpable por ese otro que está conmigo, por el qué dirá ese otro yo. 
Antes me decía: qué pensarán mis padres de todo esto. Ahora pienso: qué pensará yo, qué pensaremos yo.
Por ejemplo, me digo, nos digo: venga, vamos, que sí que lo cogemos (refiriéndome al autobús), o va, si sólo son tres clases y mañana sábado (refiriéndome a las clases de la uni). 
Y así voy tirando. No me hacen falta libros de auto ayuda porque en casa sólo como queso yo. Lo único que me hace falta es que nunca me abandone, que nunca nos abandonemos. El día en que ese otro yo se vaya o se muera, que es lo mismo, me quedaré tumbado en la cama, como los tumbados, un tema que me apasiona, no te lo había dicho, los tumbados, aquí está lo poco que encontré de los tumbados, gracias a mi ex profe de Cuento Teresa Martín Taffarel, una auténtica joya como persona y un Google literario con sentimientos, ojos, manos, brazos y todos los demás complementos que solemos traer los humanos. Qué suerte tuve. Qué suerte encontrar a algunos profesores. La cuestión es que cuando ese otro yo se me vaya del huequito de la cama que siempre me ocupa, quedaréme tumbado, como esperándome a Godot.

Todo esto venía porque me dije: ostia, vete, Diego, que ahora viene la canción de Joe Cocker y nos conocemos. Y me fui. A llorar al lavabo. Imaginándome la canción y el abrazo y el beso.
Me doy cuenta, con esto, que me emociono más con imágenes audiovisuales que con la vida real. De hecho, en la vida real, en mi día a día, hace tiempo que no lloro, ni de alegría ni de pena. Creo que la muerte de mi abuelo fue como un punto y final en esto de la emoción mía. Y de eso hace un año y medio, más o menos. 
Tendré que grabarme la vida y luego visionarla para ver si así me emociona.

Lo único que quería decirte hoy es que, al día siguiente de Oficial y caballero, pusieron, echaron, Casi famosos, y la pillé, zappeando, justo en el momento en que empezaba a sonar Tiny dancer de Elton John. 
Aquí ya te puedes imaginar lo que pasa: que lloro. Veinte veces la veo, veinte veces lloro. 
Para mí, y siempre que la vea lo pensaré, uno de los mejores efectos conseguidos es la fusión (no sé si es la palabra adecuada), la inclusión de la canción dentro de la peli, dentro de esa escena. Mirándola podrías pensar que están en silencio, abatidos, pero no es hasta que el batería repica en sus piernas y uno de ellos empieza a cantar cuando eres consciente de que ellos también la están escuchando. El poder que esa canción ejerce en el grupo está perfectamente reflejado aquí, hollywoodiensemente reflejado, sí, pero, qué coño, a veces también me canso de reflejos en el agua, de miradas de una desconocida en una ciudad europea, de sombras en una habitación, del simbolismo de Dreyer y de silencios ante un paisaje nevado. 

A veces sólo necesito una canción a tiempo. 
Eso y que alguien nos diga que ya estamos en casa.


jueves, abril 09, 2009

miedo me dan

Se estrenan este mes de abril dos pelis que me parecen lo bastante atractivas como para dirigirme al cine de barrio más cercano, sentarme en la butaca y dejarme untar de oscuridad. 
Una es Ponyo en el acantilado, la nueva del Miyazaki.
La otra es Déjame entrar, de un director sueco llamado Tomas Alfredson, a la que le han caído tantos premios y tantos elogios que me la tengo muchas ganas, sí, pero también, ¿sabes qué te digo?: miedo me dan los elogios. 


clícamelo todo

Me gustaría, he pensado que me haría gracia y quizá a ti también, me gustaría que te sintieras como en casa, te digo y te explico lo que voy a hacer, porque no es muy complicado ni nada nuevo, sólo faltaba que algo fuese nuevo a estas alturas y casi sin oxígeno, te explico lo que quiero hacer, que quizá ya lo haya hecho alguien, sólo faltaba que no lo hubiera hecho nadie todavía, sólo faltaba que fuese yo el que hiciera algo por primera vez, la cuestión es que quiero que te sientas como en casa y por eso he pensado facilitarte las cosas, será sencillo si colaboras, como con todo, he pensado en crear un apartado, ahí a la derecha, con las páginas que visitan mis (puedo decir mis) lectores y lectoras diaria o asiduamente, es decir, facilitarte las cosas a ti y a ti también, que no te me vayas del blog para ir a orgasmatrix o a lemonde.fr: si son esas tus páginas preferidas, o las que visitas de vez en cuando, dímelo, mándamelo en un comentario o con el cartero montado a caballo que utiliza mi hermana o por sms, pero dímelo, y así ya podrás ponerte como página de inicio este blog, que es lo que siempre habías querido, y olvidarte de tu barra de favoritos: tu barra de favoritos está aquí, nena, mira qué barra de favoritos tengo, tócala sin miedo, nunca habías visto nada así, ¿verdad?, cógela entre tus manos, nena, está caliente, ¿verdad?, es que está recién hecha, nena, es tuya, es tu barra de favoritos, disfrútala, así, nena, lleva tu flechita y clícamelo todo, nena, así, clica todo lo que quieras porque esto lo has hecho tú, nena, así, linkea, linkea, suave, tranquila, así. 
Pues eso es lo que he pensado durante unos tres o cuatro minutos y ahora he plasmado aquí de una forma no muy elocuente pero básica y clásica: dime las webs que miras y yo las linkeo en mi blog, para ti, lector, para ti, lectora.
Si no recibo ni un comentario, carta perfumada o sms, deberé suponer que mis lectores, tú, no lees otra cosa que no sea mi blog, lo cual, por una parte me la pondrá dura pero por otra hará que me pregunte: ¿qué estás haciendo mal, Diego?, 
¿qué
estás 
haciendo 
mal?

Anda, dime algo.

lunes, abril 06, 2009

estudiado despiste

El otro día, mi hermana me envió un mail que le había enviado Marc Jacobs pensando en que me gustaría el asunto. Esta frase está perfectamente fatal escrita y es probable que no hayas entendido nada, así que vuelvo a empezar. 
Abro el mail
Tengo mucha mierda. 
Viagras, bobdylan.com, otro en japonés, el listado de conciertos de una sala de NY (en qué momento les di mi mail a estos bastardos) y más mierda. 
Entre la mierda encuentro un mail de mi hermana. 
Mi hermana diseña joyas, lo sabes. Ya puedes consultar precios en dólares y todo. Ahí la tienes, en amiguillos: mi hermana es una joya. 
Pues ahí que me encuentro su mail. En él me dice algo así como: mira lo que me envía el Marc para ti. Algo así, ahora no lo tengo delante. Marc es Marc Jacobs. Mi hermana tiene mucha relación con él y se dan besos y eso y se escriben cartas perfumadas que lleva presto y veloz el cartero a lomos de su corcel de aquí para allá, tiene mucha relación, digo, sí. 
Es que mi hermana es mucho de relacionarse. 
Mi hermana se relaciona con todo lo que tenga relación. Tiene la capacidad asombrosa, al menos para mí, ermitaño bicho bola insulso y demente de vez en cuando, de relacionarse con gente. Hoy en día eso es mucho ganado. Mamen, una ex compañera de trabajo, me dijo, para encontrar trabajo es más importante tener amistades que otra cosa. Según eso, a mi hermana no le faltará trabajo. Ni a sus nietos. 
Mira, el otro día estuvimos cenando en La Pizzeta de Begur, un lugar donde sólo vamos la elite, porque Begur ES la elite, eso sí, cuando llegue el verano iremos en yate hasta Sa Tuna y lanzaremos las compresas usadas al mar, cual cenizas sangrientas de un familiar, y las colillas de nuestros Gauloises Blonde en la arena, junto a la caca de nuestro Cocker (caca, Cocker), y no recogeremos el periódico que no leímos, para qué, dejando con estudiado despiste que la tramontana esparza sus hojas aquí y allá, restos de un naufragio de educación, y luego echaremos marcha atrás sin mirar si hay niños, para qué, si somos la elite, la elite no mira para atrás cuando echa marcha atrás,  porque para eso es la elite, para que los demás se aparten, y estando allí, en algún momento dije, a este camarero lo conoce mi hermana, y luego pensé, y pensó Sheila también conmigo, habría que buscar a qué persona no conoce mi hermana, y es un buen reto, es cierto, pero bueno, yo quería contarte otra cosa, y es que mi hermana me envió un mail dedicado de Marc Jacobs en el que él, el propio Jacobs, decía que esto me iba a gustar. Esto es el vídeo de un trailer de una película que ha dirigido Spike Jonze. (Consulto fecha nacimiento). Pensaba que era más joven, es del 69, no sé por qué pensaba que era más joven, bueno, cuarenta años es joven, joder, pero quiero decir que pensaba que tenía treinta y cinco o así. Spike Jonze es uno de mis directores favoritos, sobre todo de vídeos musicales. Cuando vi Cómo ser John Malkovich me enamoré de él. Y de Catherine Keener también. Para siempre.
Él y Chris Cunningham son els millors professors europeus de los videoclips (aunque Jonze sea americano).
La cuestión es que Marc Jacobs le envió a mi hermana el trailer de una película que ha filmado Spike Jonze basándose en uno de mis libros preferidos. Aquí se tradujo como Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak (todavía vive, no lo sabía). El original, así la película, es Where the wild things are. 
La verdad es que no sabía lo de esta peli. Iba a decir: algo había leído, que es lo que dicen los repelentes que non tienen ni puta idea de nada, algo había leído, lo iba a poner, pero he pensado: leído dónde, ¿en el Fotogramas?, si sólo miro la Zona Caliente, ni los rodajes ni nada miro, ¿en el Cahiers du cinema?, si allí no sé dónde acaba una frase de tan subordinadas que me las tienen, por eso me he dicho: di que no lo sabías, que es la verdad, y las verdades siempre quedan mejor, aunque sean mentiras. 

Todo esto para agradecerles a Marc Jacobs y a mi hermana el haber pensado en mí para algo bonito. 

Son los demás los que hacen de ti una buena o mala persona.