martes, octubre 31, 2006

hotel california



Intérprete: Gipsy Kings
Autores: Felder/Henley/Frey

with a little help from my friends



Intérprete: Joe Cocker
Autores: Lennon/McCartney

Empieza aquí un coleccionable de 15 tomos con mis mejores versiones de la historia. No pondré ningún link para bajar la canción como hace el snob de mi amigo T. en su blog, que se cree que sabe mucho pero aún le queda otro tanto por saber.
Al finalizar las quince canciones regalaré un cd doble a todo aquel que me lo pida, sin gastos de ningún tipo.
En el cd 1 estarán las canciones originales y en el cd 2 las versiones, siguiendo el orden de aparición en este blog.

lunes, octubre 30, 2006

pero no

El otro día conocí a una chica bastante guapa en el tren.
La miré cuando se subió y pensé aquíaquíaquíaquíaquí hasta que se sentó delante mío. A veces funciona. Retiré mis piernas y se sentó con su olor de peladillas recién duchadas. Realmente era guapa. La miré un rato hasta que me miró y entonces aparté la vista e hice ver que estaba pensando en algo que tenía que hacer esa tarde.
Pasaron unos minutos y me puse a leer un libro que llevaba en el bolsillo de mi chaqueta. Ella llevaba los auriculares puestos y no estaba oyendo su móvil sonar ya cuatro veces. Yo intentaba leer alguna línea pero no suelo poder si delante mío está sonando Tubular bells a través de un móvil. No suelo poder. Al final le hice una señal de teléfono con la mano, como hace Ronaldinho, y vocalicé te lé fo no. Ella sonrió y se giró hacia la ventana mientras seguía sonriendo y mirándome de reojo. Pensé que estaba loca.
Al cabo de un rato, a la sexta llamada, abrió su bolso y buscó algo dentro. Pero no cogió el teléfono. Yo no entendía nada. Ya había desistido de mi libro, que dormía de nuevo en mi bolsillo, y tamborileaba mis dedos en mis rodillas. El tren se paró y la chica se levantó para irse. Su móvil continuaba sonando y antes de que se fuera le volví a hacer el gesto surfero y de nuevo vocalicé susurrando te lé fo no. Ella sonrió y me dejó un papel doblabo en mi regazo antes de irse rápido y bajarse del tren. A estas alturas yo seguía sin entender nada y la opción de locura tomaba fuerzas por momentos. Imaginé que habría dibujado un ahorcado, un fuck you, una pistola, un te voy a matar cabrón.
Pero no.

a veces se me olvida

A veces se me olvida cómo se anda.
Y entonces sólo puedo andar hacia atrás, esperando un golpe de memoria y diciendo "cuidado" a la gente que no me espera en su camino.
Y cuando ando para atrás vuelvo a los sitios donde estuve ayer y todo lo nuevo que quería ver hoy no lo puedo ver porque voy para atrás y sólo veo las cosas que acabo de ver. Todo lo que veo es lo mismo.
Mi abuela es la única que se alegra de esta enfermedad porque le gusta que vaya a visitarla para contarme las mismas cosas que me contó ayer.
Y andar para atrás no es fácil. Por mucho que mire, muchas veces no veo bien donde pongo los pies y vuelvo a pisar los mismos charcos y las mismas mierdas con las que vuelvo a decir mierda alargando la e.
Y las collejas ahora son ostias en la cara.
Y los adioses holas.
Me tropiezo contínuamente con los bordillos, que me parecen más altos, los mismos que ayer había bajado tan fácilmente, casi sin pensar que estaban ahí.
Y todo esto me sucede a diario, suele durar horas y a veces me ocurre mientras duermo, cosa que prefiero porque, aunque sueñe que estoy andando para atrás, para bien o para mal, un sueño es un sueño.
Mi médico me ha dicho que no me preocupe, que se me pasará, que tiene que ver con el desarrollo del cerebro, cosa que no me ha tranquilizado.
Yo lo único que quiero es que un día mi cerebro evolucione por completo y llegue a ser una persona normal, una persona que no pise charcos ni mierdas, una persona que piense las cosas que hará mañana sin tener el miedo de volver a repetir las que hizo hoy.

domingo, octubre 29, 2006

se debe evitar

Empiezo una sección, estúpida e inútil, pero sección al fin y al cabo. Cada principio de mes haré una lista de las películas que me gustaría ver ese mes en el cine y que se estrenen ese mes. He puesto tres veces la misma palabra en una frase, cosa que se debe evitar en lo posible. Pero bueno, Saramago pone mayúsculas después de coma y tiene un Nobel.
La sección, al ser estúpida e inútil, tendrá un nombre que le haga honor:

LAS PELÍCULAS QUE ME GUSTARÍA VER ESTE MES (NOVIEMBRE):
- "Infiltrados", de Martin Scorsese. 27 Octubre.
- "Scoop", de Woody Allen. 27 Octubre.
- "Ellos", de David Moreau y Xavier Palud. 27 Octubre.
- "De Madrid a la luna" de Carles Balagué. 3 Noviembre.
- "Banderas de nuestros padres", de Clint Eastwood. 17 Noviembre.
- "Borat", de Larry Charles. (Cuidado con ésta) 17 Noviembre.

Además de estos 36 euros despilfarrados en séptimo arte, pagaría otros seis sólo por ver a Eva Green saliendo del agua en la nueva de James Bond. Pero creo que aún no he llegado a ese extremo de viejaverdez.
O sí.
Bueno, ya veremos, total, seis euros.

viernes, octubre 27, 2006

john cage

Mirad esto, me ha parecido curiosamente snob.
No sé si me lo creo y me emociona o si me parece tan falso como un abrazo de discoteca.
Ya me diréis.

4'33"

girls girls girls

Algunas frases sueltas (vol.4)

El último disco de Beyoncé es aburrido. Quizá a la cuarta escucha te cambia la vida, pero eso es algo que nunca sabré.
Creo que es igual de aburrido que ser su novio. Imaginaos cada día la misma pregunta: "cariño, ¿tú crees que estos pantalones me hacen caderas?" Jay Z debe estar hasta los huevos. Aunque creo que éste va a lo suyo. Me lo imagino paseando por su salón y parándose delante de uno de los cien espejos: "hey yo man! hey yo! madaf***, my name is Jay Z, man, you know what I mean, man? Jay Z, man, the madak*** best raper in the f**** world, man" Mientras Beyoncé, brazos cruzados, espera una respuesta apoyada en el marco de la puerta del lavabo. Preguntas y respuestas, por mucho dinero que tengas, ahí estarán siempre.

"Scarlett Johanson sings Tom Waits". Este disco se espera para la primavera de 2007. Nada que decir. Adoro a esta mujer y adoro a Tom Waits, pero a él lo escucho más que lo miro.

Yasmín y Elisabteh son las nominadas (!!) esta semana en el particular "Saber (mover el culo) y Ganar" de Cuatro. Este es el claro síndrome carpetovetónico conocido vulgarmente como envidia o ENVIDIA o, como diría mi abuela, endivia.

Si puedo recomendaros una película: "Cabeza de perro", de Santi Amodeo. Si fuera del underground americano ya la estarían poniendo por las nubes y en Silenci viajarían hasta el pueblo natal del director para que una voz en off le preguntase por una imagen de silencio y todos los fotologs, tarde o temprano, tendrían un fotograma de la película y abajo una frase del tipo OS LA RECOMIENDO, LA FUI A VER EL OTRO DÍA, BUENÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSIMMAAAA. POR CIERTO, MENUDA TAJA PILLÉ AYER, JUAJUAJUAJUA, KÉ RISASSSSSSSS. Y ESTE SÁBADO MÁAAAAAAAAASSSSSSS!!!!!!!. OS QUIEROOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!
En fin.

Me he empezado de nuevo un libro que no sé porqué dejé olvidado en la estantería hace un tiempo: "Bartleby y compañía" de E.Vila-Matas.

El último de Akron/Family es tan loco que hay que beber agua entre tema y tema. Y el último de Magnolia Electric Co. continúa con su camino "neilyoungesco" y no defrauda aunque tampoco entusiasma.
Quizá a la cuarta escucha me cambia la vida.
A ver si es verdad.

martes, octubre 24, 2006

ejercicio 1

Aquí dejo el ejercicio del que os hablé hace unos días y que entregaré mañana miércoles. El sentimiento que tenía que reflejar es compasión, pero mis compañeros de clase no lo saben, igual que yo no sé el de cada uno de ellos. Así, leyendo el texto, los tendremos que relacionar con la lista de sentimientos que nos dio el profesor. Lo ideal sería que niguno de vosotros supiera de qué sentimiento se trata y luego, en un post, me dijérais "compasión" o "alegría" (espero que no) o "angustia" o "envidia", etc. Yo lo he leído tantas veces que ya no sé lo que pensar. Creo que sí, que siento compasión, pero por mi.


Mi abuela ha muerto esta mañana. Fue una muerte dulce, mientras dormía. Estaba muy débil aunque se hacía la fuerte. Aún no le hemos dicho nada a mi abuelo porque está muy delicado del corazón. De hecho, ahora mismo estoy haciéndole compañía en el hospital mientras se recupera de una recaída. A su edad, la falta de oxígeno en la cabeza a veces le provoca alucinaciones. Me dice que mate a esa cucaracha y yo le digo que ya se irá, que no se preocupe, que no hacen nada. Y luego se queda callado un rato mirando la televisión que hay colgada, mirando sin ver nada, mirando a través de ella y viendo los campos y el sol y la sed y el frío y la guerra y los llantos y las risas y los amigos que ya no están y el olor de la comida que prepara mi abuela. Todo eso es lo que creo que está viendo mientras yo no dejo de mirarle. Cuento en secreto sus arrugas de ese lado de la cara y, cuando acabo, le acaricio suave como si quisiera extenderlas y así desapareciesen. “¿Qué tengo?”, me pregunta. Yo le miento y le digo que pensaba que tenía algo, que sería un reflejo de la farola de la calle. Se queda dormido unos minutos. Cuando se despierta me pregunta “¿y la yaya?, ¿no iba a venir esta tarde?” Yo le digo que se habrá entretenido con algo y luego se le habrá hecho tarde para venir. “La yaya ahora estará preparando la cena”, dice luego sin mirarme. Y yo le digo “seguro que sí, yayo, estará haciendo una buena sopa”. “Ya me gustaría ahora pillar una sopa de tu abuela”, sigue diciéndome. Yo le digo que a mí también y entonces bostezo para disimular. Me levanto del sillón y miro por la ventana. Me intento imaginar cómo debe ser no saber una cosa así, pero es imposible. O quizá es posible, pero no para mí. Me vuelvo a sentar en el sillón. Él ahora se gira y me mira. Nos quedamos en silencio unos minutos y al final yo le sonrío con timidez. Él vuelve a mirar hacia la televisión mientras da un suspiro. Sigo mirándole como quien admira una puesta de sol en el mar, cuando el sol es sólo una línea a punto de desaparecer, una gota de oro que se va por el desagüe. Y entonces lloro porque no puedo no hacerlo. Y me doy cuenta de que estoy llorando por mi abuelo, porque mi abuela ya está muerta y no siente nada, pero a mi abuelo le queda lo peor por sentir. Me vuelvo a levantar del sillón para mirar por la ventana y secarme las lágrimas. En la calle sigue sin haber nadie. Me giro y veo a mi abuelo dormido. Mueve las manos mientras sueña. Le acaricio la cabeza y peino con mis dedos el poco pelo que le queda. Entonces se despierta y me pregunta de nuevo “¿qué tengo?” y yo le digo que nada, que sería un hilo de la almohada. Me vuelvo a sentar y miro mi reloj. “Yayo, que yo me tendré que ir dentro de nada, que ahora viene mi padre, que estará a punto de llegar” Él me dice “claro, vete tranquilo, si yo estoy bien, si no se tendría que quedar nadie” Yo le digo que no nos importa quedarnos con él y que se recupere pronto. Le beso la frente y le deseo buenas noches. Antes de salir me dice “dile a la yaya que mañana tiene hora en la peluquería, que se acuerde”, y yo trago saliva y le digo “claro yayo, yo se lo digo, no te preocupes”. Me quedo mirándole un rato desde la puerta de la habitación. Él sigue mirando la televisión sin volumen. Yo sigo imaginándome lo que está viendo.

domingo, octubre 22, 2006

pintura roja

"La retinitis pigmentosa es una enfermedad que dificulta la visión periférica y por tanto trastorna la percepción de las distancias" (contraportada de El País, jueves 19 de Octubre de 2006) La frase está contenida en un artículo que resume un accidente ocurrido hace unos días: un magnate de Las Vegas le dio un codazo a un "picasso" haciendo un agujero de varios centímetros en el lienzo. El cuadro en cuestión es "El sueño" y Steve Wynn, el poseedor del codo y del cuadro, ya tenía sellada la venta más cara de la historia del arte (110 millones de euros) con el coleccionista Steve Cohen que, después de ver el agujero, se lo pensó bien antes de meterse la mano en el bolsillo y sacar el fajo de billetes. Ahora el cuadro está en el taller y la venta suspendida. Me imagino a Picasso viendo la escena y comprando doce botes de pintura roja y siete brochas gordas. Para próximas obras.

P.D.: Esta entrada no tiene ningún interés. Menos que las anteriores, quería decir. Simplemente quería probar los vínculos y darle las gracias a T. por ayudarme a convertir este blog en algo más atractivo para los lectores. Lo próximo, olores.

zascandil

"Para amantes de la comedia carpetovetónica más zascandil". Esta es la frase con la que finaliza la crítica de la peli "Desde que amanece apetece" en la revista Imágenes de actualidad (pág.124, Nov.2006). ¿Me he perdido algún capítulo? ¿Se trata de coger el diccionario al acabar de leerla? ¿Quizá no me muevo en los círculos adecuados? Porque, no sé vosotros/as, pero tampoco había oído estas dos palabras. En fin, ésta ha sido, sin duda, una "semanus horribilis" (!) para mi zascandil intelecto. Ahora mismo está tosiendo y limpiándose la sangre de la boca después de la paliza. Lo he dejado en mi habitación mientras he ido a ver un rato la tv.

-Carpetovetónica: adj. Dicho de una persona, costumbre, idea, etc, que se tienen por españolas a ultranza, y sirven de bandera frente a todo influjo foráneo.

-Zascandil: m.coloq. Hombre despreciable, ligero y enredador.

viernes, octubre 20, 2006

cri-cri

"Juegos de la edad tardía" de Luis Landero es uno de los libros que tengo que leerme para trabajarlo en clase. Sinceramente y, perdonad mi ignorancia, no había oído hablar nunca de este escritor. Me sentí inculto cuando el profesor nos lo dijo pero con un falso, falsísimo movimiento de cabeza, hice ver que era el típico libro que siempre he estado a punto de leer y, por una cosa u otra, nunca he podido. Es un gesto muy sutil. Imaginad a los perritos de juguete que hay en algunos coches y que mueven la cabeza según el traqueteo. Pues ahora imaginad que el coche está parado en un semáforo. Así es. Hay que entornar un poco los ojos y todo, como si al perro le estuvieras acariciando la panza. No es nada fácil. Llevo muchos años en él.
En fin, paro ya de delirar y aquí dejo un pensamiento del clásico contemporáneo Luis Landero. Creo que me cae bien.

"Es bueno tener en cultivo algunos vicios como pueden ser fumar, comer cerdo, beber alguna sobrecopa o no hacer gimnasia, para que si algún día cae uno enfermo tenga el médico algo que prohibir, y uno sane. Pero si uno es todo virtud, en cayendo enfermo morirá, por impotencia de mejora". Luis Landero

jueves, octubre 19, 2006

carpe diem

Esto es una tontería que escribí hace un tiempo y que muchos, cientos de vosotros, ya habréis leído y recordaréis con alegría. Aquí lo dejo, espero que os guste.


Chico busca a chica:
Te vi en Razz. Sábado pasado, sobre las 3:00. Tú no me miraste en toda la noche, yo no pude hacer otra cosa que estar mirándote toda la noche. Eras como un ángel, una visión maravillosa entre tanta gente. No te imaginas lo que daría por volver a verte. Hace días que no puedo dormir pensando en ti. Me despierto por las noches e imagino que estás a mi lado, acaricio las sábanas y las convierto en tu piel. Nunca pensé que encontraría a alguien como tú en ese lugar. Pensaba que las chicas como tú iban a lugares especiales, lugares donde se llega volando con alas de cristal y siguiendo un camino hecho de polvo de estrellas. Eres la chica más preciosa que he visto jamás. ¡Necesito volver a verte ya!
Llevabas una camiseta a rayas blancas y azul marino del H&M que te sentaba perfecta, en serio; tejanos rotos por la rodilla, como diría la MTV: so 90’s!, ¡yo tenía unos así!, me encantaron, qué guapa; una pulsera con pinchos que también me encantó, ¡estoy intentando encontrar una igual desde hace tiempo!; purpurina en las mejillas que no hizo sino confirmar que eras lo que yo pensaba: un angelito; vans de calavera, ¡creo que ese modelo no se lo había visto a nadie todavía!, jo, ¡es que eres especial!; diadema roja, o azul, no sé, da igual, con una mariposa a un ladito; el pelo a lo Emily the strange pero no tan bien cortado como ella, de hecho no me gustó mucho cómo lo llevabas. Era eso lo que te quería decir, que parecías una cutre que había bajado del pueblo esa noche para ver a tu amiga de Barcelona; que no hace falta que te esfuerces en parecerte a tus putas amigas porque quien nace cutre muere cutre, qué quieres que te diga. La ropa que te pones no te sienta muy bien porque te dejas aconsejar por tus amigas y les dices que sí a todo. No se puede mezclar todo, no, todo no, y tú menos. Quizá a Jennifer Love Hewitt le quede bien pero, recuerda, tú nunca llegarás a ser como esa chica. Métete en la cabeza algunas cosas. Si te animas a customizar tus camisetas eso es fenomenal, pero ten en cuenta las faltas ortográficas y, si apenas sabes escribir en castellano, no te lances con el latín. Es Carpe Diem. Para otra vez ya lo sabes, tampoco es tan difícil. Intenta lavarte o enjuagarte más a menudo la boca o, al menos, procura rodearte de amigas que te digan eso de “tienes una cosa negra en los dientes,... hazte así”. Y, si no eres muy agraciada como es tu caso, al menos sé simpática y sonríe un poco, la humanidad no es la culpable de tu desgracia.
Bueno, no sé qué más decirte, lo que ya te dije antes, que me encantaría volver a verte, que no puedo dejar de pensar en ti, que me despierto por las noches e imagino que estás a mi lado. Espero con todo mi corazón volver a verte este sábado en Razz. ¡Voy contando los días que quedan!, ¿te lo puedes creer? ¡Es que no sabes lo que me hiciste sentir! Nunca nadie me había hecho sentir así con sólo mirarla.
Eres especial y necesitaba que lo supieras.

historieta, capitulo 1

Este es el primer capítulo de una historia que empecé hace varios meses y que no he continuado pese a tener toda la trama en la cabeza. Cada mes colgaré un nuevo capítulo. Será una forma de obligarme a continuar y acabar esta historieta.


1.
Creo que estoy seguro de lo que voy a contar.
Es una buena frase para empezar, una buena frase para definir al perdedor nato que soy. Creo que estoy seguro de lo que voy a contar.
Lo crean o no, siempre he sido así, en serio, así de concreto con todo. En fin, lo que quería decir es que la historia que les contaré a continuación no tiene ni pies ni cabeza pero es del todo cierta, creo. Bueno, y si no es del todo cierta tampoco importa. Porque realmente, ahora mismo, la verdad, qué quieren que les diga, nada tiene importancia.

Tengo 39 años, el mes que viene cumpliré los 40. Todo el mundo me pregunta por el rollo traumático de cambiar el numerito de 3 a 4 y chorradas por el estilo. Yo no les contesto porque no tengo tiempo que perder en responder a gilipollas. Eso lo tendría que decir algún día. Siempre lo pienso y nunca lo digo. Como un millón de cosas más.
En fin, que tenga 39 años no tiene importancia, lo que verdaderamente importa es lo que les voy a contar ahora. Es una historia bastante rara pero díganme algo que no sea bastante raro hoy en día. Todo es relativo.

Todo empieza un lunes por la mañana cuando bajo del metro hacia mi trabajo apestoso. Quince años haciendo el mismo trayecto. En el metro ya no me tengo que sujetar porque mi cuerpo conoce todas las curvas, acelerones y frenadas que hace desde mi parada hasta mi destino. Muchas veces, en casa, mientras miro embobado la televisión de pie, me descubro haciendo unos balanceos extraños con el cuerpo. Penélope me mira y sonríe mientras niega con la cabeza. A veces se levanta del sofá y se pone detrás mío haciendo los mismos movimientos mientras yo sigo embobado mirando alguna cutrez que sale en televisión y no me doy cuenta del ridículo que podemos estar haciendo si algún vecino nos está mirando.
Penélope es mi mujer. Su madre era una apasionada de los clásicos. La mía no. Por eso mi nombre ahora mismo tampoco tiene la menor importancia.
Penélope tiene 25 años y es la mujer más preciosa que pueda ver a lo largo del día incluso viviendo tres vidas. Y no es que esté enamorado de ella, simplemente es que es así. Si les digo la verdad, no sé qué coño hace conmigo. Si me vieran, ustedes tampoco lo sabrían. Son esos milagros que a veces ocurren. Un meteorito cae en el huerto de una pobre familia de Ohio abriendo un cráter que descubre un tesoro escondido hace cien años. La familia se ha quedado sin huerto. Pero eso ya no importa porque se acaban de comprar una casa en Saint Tropez.
Penélope es la brisa de Saint Tropez, ligeramente perturbadora; yo, la humareda que se levanta tras el impacto, inevitablemente molesta.
Podría ser una actriz francesa, con sus pequitas por encima de la nariz y todo. Muchas veces, cuando hacemos el amor, le pido que me susurre cosas en francés. Ella me susurra unos versos de Baudelaire que aprendió en la universidad. Le désert et la forêt/ embaument tes tresses rudes,/ ta tête a les attitudes/ de l’enigme et du secret. ¿A quién le importa lo que signifiquen?
Pues bien, ese lunes del que les hablaba, ese lunes por la mañana bajando del metro para vivir otro día más de aburrimiento, ese lunes es el día en que empieza todo.

britney nude

Algunas frases sueltas (vol.3)
Compasión. Sobre este sentimiento me ha tocado escribir una escena de un folio para el miércoles que viene. La verdad es que no se me ocurre nada. Creo que era el sentimiento más complicado de los que había, pero el azar así lo ha querido. Iré colgando cada ejercicio, así que cada jueves podréis leer mis progresos/retrocesos.

A los miles de lectores que me leen, deciros que ya podéis postear sin tener un blog propio. Es decir que este blog está expuesto a cualquier demente salido que pueda acabar en esta página porque en google ha escrito famosas top-less, big tits, Britney nude o bukkake.

Tengo tres comments. De tres chicas. Diferentes. No puedo pedir más. Nunca os lo agradeceré lo suficiente.

El último disco de Sparklerhorse ("Dreamt for light years in the belly of a mountain", best price=14,95. Revolver) es una de las gratas sorpresas del año. Dangermouse y Tom Waits colaborando en el mismo disco. Escalofríos me entran al escribirlo y todo. Si "Morning hollow" no es una de las canciones más preciosas que he oído nunca, que baje Lynch y lo vea.

El otro día escribí Isabel Pantoja en el allmusic. Fue parte del trabajo sucio que tengo que hacer cada día. Como decir que el mejor de Amaral es el "Estrella de mar".

martes, octubre 17, 2006

como yo

Conocí a mi mujer en un paso de cebra.
Nos cruzamos y nos quedamos mirando. Yo la miré porque pensaba que era una antigua compañera de colegio, Marta, que siempre me había gustado. Y entonces le pregunté si se llamaba Marta. Ella me dijo que no y yo le dije que perdón, que se parecía a una amiga que se llamaba así. Entonces ella me preguntó si yo me llamaba Sergio. Y yo le dije que no y ella se disculpó porque pensaba que yo era un antiguo amigo del colegio que se llamaba así, y por eso se me había quedado mirando. Entonces nos reímos porque en estos casos es lo que se suele hacer y decidimos dar un paseo juntos ya que ninguno de los dos tenía nada que hacer.
Ella se llamaba Laura pero yo siempre me equivocaba y la llamaba Marta. A ella no le importaba porque le pasaba lo mismo, nunca me llamaba Marcos, sino Sergio. Y a mí no me importaba. Incluso llegó a gustarme. A veces llamaba alguien a mi teléfono y preguntaba ¿Marcos? y yo respondía que ahí no vivía ningún Marcos, y colgaba.
Nos vimos las tardes siguientes, paseábamos, hablábamos, tomábamos un café y nos equivocábamos de nombres.
Un día la invité a cenar a mi piso y después bebimos mucho vino y después follamos en el sofá y después nos casamos y después tuvimos un hijo. Ella me preguntó qué nombre me gustaba y yo le dije si es niña, Marta, si es niño, Sergio.
Fue niña y la llamamos Marta.
Con los años, al bebé que habíamos bautizado como Marta se le empezó a poner cara de Beatriz cuando cumplió un año, de Lorena al cumplir dos y de Sonia cuando cumplió los tres años.
Pero cuando cumplió cuatro años, todos mis familiares decían que se parecía a mí.
Entonces decidimos llamarla Sergio, como yo.

lunes, octubre 16, 2006

leo, raymond y antonio

Algunas frases sueltas (vol.2)
Revelación. Teatre Club Capitol, sala 1. 19:00. Leo Bassi se sube al escenario. Vestido con camisa y pantalón. Una placa en su camisa reza "Leo Bassi. Church of reason". Todos le escuchamos con pasión y asentimos a cada frase. Reír y aplaudir. Gesticula contínuamente y le hace cortes de mangas a los curas. "Vosotros decidle a un cura: Padre, soy ateo, necesito vuestra ayuda. Y veréis cómo se le empieza a poner dura la polla". Una de las frases del espectáculo.
Nos dice las cosas que todos pensamos pero nos las dice de una forma cristalina. Nadie del público había llegado a ese punto de nitidez. Y dan ganas de estrecharle la mano como si hubieses encontrado a tu otro yo, ese que sabe hablar mejor y ha tenido los huevos de subirse a un escenario y gritar "amo a Descartes".
Leo Bassi disecciona y desmonta la Bíblia y la convierte en un libro de aventuras. Lo que realmente es.
¿Recomendable? Necesario.

Leer a Raymond Carver me quita las ganas de escribir.

Por eso, aquí os dejo algunas frases de Antonio Gasset, presentador de "Días de cine".

“...Soy consciente que a la hora de emisión de mi programa solo puede ser visto por un puñado de politoxicómanos insomnes.”

“Ben Affleck es a la buena interpretación lo que un pepinillo cocido a la alta cocina.”

“Se estrena estos días la película El último samurai, protagonizada por el ex-marido de Nicole Kidman, único dato destacable de este actor llamado Tom Cruise.”

“Para ir al cine con esta cartelera hay que tener coeficiente intelectual negativo.”

“Y ahora, si nos perdonan, vamos a hablar de cine español.”

“Sé que aguantarán a estas altas horas de la noche el momento de publicidad ya que al regreso tenemos un especial del salón del cine erótico de Barcelona….”

“¿Qué seria de nosotros sin un país inteligente como es Francia?”

“Y llegamos a la pausa en este programa del que tan orgullosos nos sentimos. No así de algunas compañeras de la 7ª planta de Torrespaña que fuman saltándose la norma que tanto nos beneficia a todos.”

“Aprovechen la pausa para revisar su agenda de amigos, encontrarán que han malgastado su preciado tiempo y paciencia en conocer a un montón de ineptos. No se corten, cojan un boli y táchenlos.”

“Durante la pausa publicitaria, rezaré con la esperanza de que ninguno de sus hijos se haya presentado al casting de Operación Triunfo.”

“Vamos a una pausa publicitaria, que será tan corta como el sueldo del presentador.”

“Hasta el próximo programa. No sabemos ni qué día ni a qué hora nos pondrán, de modo que estén atentos.”

“Sed buenos, y si por lo que fuera no podéis, seguid siendo malos, la diferencia es mínima.”

“Cuando vuelvan de la publicidad me habré desnudado y me tiraré al mar (En Cannes)”. Evidentemente a la vuelta de la publicidad dio su explicación: "Era un patético intento por mantener la audiencia.....”

viernes, octubre 13, 2006

una bolsa de M&M's

Cuando empecé en este diario deportivo, la vida me sonreía. A día de hoy, todo es muy diferente.
La responsabilidad del nuevo trabajo como redactor de crónicas de partidos era muy importante. Cada domingo, después del último partido de liga, el del Plus, redactaba la crónica de una manera tan perfeccionista que, al principio, incluso me llamaban la atención. Ei noi! No te mates, si esto al final no se lo lee nadie. La gente sólo lee los titulares, cony, así de triste como te lo digo. Las palabras de mis compañeros aún resuenan en mi cabeza como un eco atronador. Yo sonreía pero no les hacía caso, no podía hacerles caso, mi vida eran esas crónicas y estaba orgulloso de mi trabajo. Cada lunes por la noche, mi mujer leía atentamente mi crónica y yo esperaba su veredicto como un niño espera a los reyes magos cuando sabe que se ha portado bien. Cada lunes después de cenar seguíamos el mismo ritual. A mi mujer siempre le gustó mi forma de escribir aunque a veces no entendiera términos como “rabona”, “fuera de juego” o “croqueta”.
Mi agilidad para escribir las crónicas aumentaba jornada tras jornada y mi mujer seguía siendo mi principal animadora. Mis padres eran muy mayores y apenas tenían vista para leer el diario pero se alegraban mucho de mi éxito como redactor.
Entonces nació nuestro hijo. Su nacimiento coincidió con los meses de verano, sin liga, así que pude dedicarme a estar con él y con mi mujer a tiempo completo.
Mi puesto en la redacción era cada día más respetado. Pasé a tener a varias personas a mi mando y mi sueldo aumentó considerablemente. Pero, ¿por qué ese respeto hacia mí? ¿Era por mi manera de escribir las crónicas? ¿O simplemente era porque ya llevaba cinco años en el puesto? ¿O quizá era porque siempre hay que tener a alguien a quien respetar y ahora era mi turno? A veces me asaltaban muchas preguntas de este tipo y me cuestionaba continuamente el valor de lo que estaba haciendo. Eran temporadas de desánimo que muchas veces coincidían con la mala marcha de mi equipo. Así que tampoco le di mucha importancia.
Pasaron los años y mi trabajo se fue haciendo cada vez más monótono. Cada día tenía más ganas de irme antes a casa y estar más tiempo con mi hijo y con mi mujer, que ya no tenía tiempo ni ganas de leer mis crónicas.
Un día me quedé dormido durante el partido, un partido aburridísimo que acabaría en un empate a cero. Cuando me desperté eran las tres de la madrugada. Me despertó el móvil. Era mi jefe que me preguntaba qué había pasado con la crónica de hoy, que no había llegado. Salí del paso diciéndole que ya se la había enviado hace unas horas, que habría habido algún problema con la conexión y que ahora mismo se la volvía a enviar. Cuando colgué, aún con las manos sudadas y temblorosas, un ataque de angustia invadió mi pecho. No podía escribir una crónica en cinco minutos y tampoco podía decir que me había dormido durante el partido. Sólo tenía una solución. Me jugaba el puesto pero era la única carta válida. Busqué en mis archivos de la temporada anterior el mismo partido, casualmente el resultado fue el mismo, y envié la crónica sin pensármelo dos veces. Mientras apretaba el botón “enviar” una colmena de abejas entraba en mis oídos.
Esa noche no pude dormir y no paré de dar vueltas en la cama. Me levanté al menos cien veces para beber agua, para mirar a mi hijo dormir en la cuna, para mirar por la ventana y no ver a nadie.
Al día siguiente evité por todos los medios cruzarme con mi jefe pero a la hora del desayuno una mano se apoyó en mi hombro. Ya recibí lo tuyo, todo solucionado, bueno, ya lo habrás visto. Debió ser lo que dijiste, un fallo de conexión o vete a saber qué.
En ese momento no sé por quién me sentí más triste, si por mi jefe o por mí. Quizá un poco por los dos, quizá porque a él un día también le había pasado lo mismo, quizá porque en ese momento me empecé a dar cuenta de la importancia de las cosas.
A partir de ese día cada domingo introducía alguna palabra que no tenía nada que ver con el partido, ni siquiera con el deporte. Mis crónicas deportivas ya ni se podían llamar así pero, por lo que veía, a nadie le importaba. Palabras y expresiones como hijo de puta, ladrón de mierda, chúpame la polla cabronazo, tu puta madre o a tu mujer me la estoy follando mientras tú juegas esta mierda de fútbol, eran lo más normal en mis crónicas. Insultaba a los árbitros, a los jugadores, a los negros les llamaba monos, a los brasileños vividores cuentistas, a los presidentes ladrones,...Y nadie decía nada. Yo seguía cobrando mi buen sueldo a final de mes por escribir una serie de barbaridades que a veces me asustaban a mí mismo cuando releía en secreto mi crónica.
Si hubiese trabajado en un diario regional, aún lo entendería. Pero no, trabajaba en el diario deportivo más importante de la ciudad, con anuncios en prensa, tv, radio, paneles publicitarios,...Y a nadie le importaba. Ei noi! No te mates, si esto al final no se lo lee nadie, si esto al final no se lo lee nadie, siestoalfinalnoseloleenadie,...No paraba de recordar aquellas primeras palabras que oí cuando empezaba, hace ya diez años. Y qué razón tenía aquel pringado, por cierto, qué será de él. A quién le importa.
Pero llegó un día en el que se acabó todo. Era sábado y yo había salido para hacer unas compras. En casa, mi mujer terminaba de hacer las maletas para irnos esa Semana Santa a nuestro apartamento. Mi hijo trotaba jugando por el pasillo hasta que mi mujer lo hizo sentarse. Coge un diario y lee, y así estás quietecito. Mi hijo se sentó en el sofá y cogió un diario del revistero. Empezó a leer en voz alta, como todo lo que hacía a sus seis años. A mi mujer se le helaron los dedos primero, luego los pies, más tarde la cara. Una arcada le provocó un vómito que empapó la ropa que estaba doblando. Se acercó al niño como si estuviera hablando un idioma desconocido. ¿Qué es esto?, ¿de dónde has sacado esto?, ¿quién te lo ha dado?, por Dios, ¿¡qué es esto!? ¡Por Dios! Mi mujer le arrebató el diario a mi hijo y lo abrazó llorando mientras él le decía “es un diario del papa, siempre los leo cuando no estás”. Mi mujer continuó llorando y vomitando en el sofá. Mi hijo se levantó, encendió la tele y se sentó en el otro sofá. Ajeno a todo esto, yo le llenaba el depósito de gasolina al coche y comprobaba la presión de las ruedas. Después, le compré una bolsa de M&M’s a mi mujer y ojeé las portadas de los diarios.

jueves, octubre 12, 2006

sincopado

Algunas frases sueltas (vol.1)
El día 18 de este mes, Octubre, sale a la venta el dvd de "Carretera perdida" (Lost highway) de David Lynch, diez años después de su estreno en los cines.
En el suplemento cultura/s de esta semana, Kiko Amat vuelve a utilizar por enésima vez una de sus palabras favoritas: sincopado. No sé si me gusta leer tantas veces la misma palabra.
En ese mismo suplemento, la columna semanal de Mike Ibáñez sobre (sub)cultura americana es mi favorita, muy por encima de los demás artículos, algunos de los cuales, por cierto, me hacen sentir analfabeto crónico. Y tampoco sé si me gusta sentirme analfabeto crónico.
Le he comprado un cómic a mi compañero sentimental T. Se lo daré cuando nos veamos, acurrucados en la oscuridad de la noche.
"Padre de familia" ("Family guy" para Kiko Amat) es la mejor serie actual que se puede ver hoy en día.

coge aire

Hablemos de cosas importantes.
Yasmin y Elisabeth son mis dos favoritas de Supermodelo 2006, un programa cultural de Cuatro. El único programa actual en el que los culos y las miradas falsas están a un gran nivel.
Judith Mascó, al no ser presentadora, no presenta bien. Además, creo que el cámara está haciendo pruebas con el zoom cuando la enfoca. Quizá está pensando "a esta puta asquerosa le saco yo todos los puntos negros que tenga". No consigue nada de eso, claro, porque ya hay un equipo de maquillaje detrás, lo único que consigue es que todos notemos que está leyendo lo que dice y no nos enteremos de lo que está diciendo. Por ejemplo, podéis hacer una prueba y entenderéis lo que os digo: observad a un/a presentador/a de telediario y contad las veces que coge aire durante las noticias. Es una forma entretenida de no enterarse de nada. Yo lo solía hacer cuando mi madre me regañaba de pequeño. Al final me gritaba "¿¡me has ententido!?" y yo le contestaba "catorce".
Por otro lado, España le ha ganado a Argentina (2-1) en un partido amistoso, lo que tiene la misma trascendencia que la siguiente frase, con la que acabo hoy: "de postre me comí un yogur de fresa".

martes, octubre 10, 2006

dos canciones

La peli "Philadelphia" es un buen film. Odiemos más o menos a Tom Hanks, hay que reconocer su trabajo.
Fui a verla al cine con mi prima. Aunque sé que ésto no tiene la más mínima importancia, lo escribo por si ella lo lee algún día, le hará ilusión. De todas formas, no quería hablar de la película sino de su banda sonora.
A todo el mundo le viene a la cabeza el tema del pesado del "boss". Para mí, además, la imagen del "boss" lleva pegada como un post-it la de Manel Fuentes, un hombre mediocre, sin ninguna gracia y ningún interés. Esto él lo debería saber, porque creo que nadie se lo ha dicho. A lo mejor algún día lo lee aquí, como mi prima. También a él le hará ilusión.
Volviendo a la banda sonora, hay en ella dos temas absolutos y es a ellos a los que les dedico esta "entrada".
El primero es "La mamma morta", cantado por Maria Callas; el segundo es "Philadelphia", por Neil Young.
"La mamma morta" es un tema de la ópera "Andrea Chénier" (1896) de Giordano. La Callas consigue impregnar de inmortalidad cada sílaba pasando del dolor a la esperanza con una simple entonación. Puede gustarte más o menos la ópera, pero escuchando esta pieza lo único que puedes hacer es callar y dar gracias por tener tímpanos.
Por su parte, el tema de Neil Young fue compuesto para la película de Jonathan Demme y es el tema más triste de la banda sonora y, sin duda, uno de los más tristes de la amplia discografía del canadiense. Neil Young, acompañado por un piano, canta todo el tema en un falsete que desnuda las palabras dándoles un significado desolador y preciso. La canción está envuelta en una bruma onírica y transmite la tristeza y la paz de una despedida a todo lo que podría haber sido.
El resto de la banda sonora no tiene la más mínima importancia. Quizá pueden hacer gracia los Spin Doctors versionando a la Creedence y su "Have you ever seen the rain?". Pero ya está.
La peli "Philadelphia" es un buen film. Pero sin estas dos canciones en su banda sonora, no sabría qué deciros.

en castellano

No suelo escuchar música en castellano porque no quiero saber lo que me están cantando. Sin embargo, los siguientes discos que cito aquí debajo, son algunos de los títulos en castellano que puedo escuchar sin ruborizarme:

-Kiko Veneno: "Échate un cantecito" y "Está muy bien eso del cariño"
-El último de la fila: "Nuevo pequeño catálogo de seres y estares"
-Paco Ibáñez: "En el Olympia"
-Triana: "El patio"
-Camarón: "La leyenda del tiempo"
-Mártires del compás: "Mordiendo el duende"
-Solo los solo: "Quimera"
-7 notas 7 colores: "Hecho, es simple"

a day in the life

Escribí este texto hace aproximadamente un año y se lo dediqué a C. y a T., mis dos canciones favoritas de la historia, aquellas que tengo que escuchar cuando veo que no habrá más remedio que ponerse a llorar.



Me despierto Songs:Ohia. Pongo los pies en el suelo y camino Low. Me ducho y el agua fría suena desafinada. Cuando sale caliente suena Perfect day. Me seco rápido porque tengo frío y me visto Smack my bitch up con lo primero que cojo del armario. Mis ojos aún están medio cerrados a lo Sid Vicious. Salgo de casa mirando al suelo y empieza a sonar Soft hands. Llego al andén del tren. Mucha gente, no me podré sentar, el aire es frío y suena a Rage Against the Machine. Embotellado dentro del tren, la chica de mi lado huele a Air y me tranquiliza, aunque por poco rato. En la próxima parada no se baja nadie y se sube más gente. Ahora la chica Air ha desaparecido de mi lado y en su lugar tengo a un gordo al que el aliento le huele a Napalm Death. Me giro frunciendo el ceño e intento no blasfemar. Un poco alejada, vuelvo a encontrar a la chica Air y me hace sonreír. Aparta con su mano Britney un mechón de su pelo Kylie que le molesta para leer el periódico gratuito. Llego a mi parada. La gente baja y empuja a lo Sepultura y yo intento no pisar a una vieja que arrastra sus pies por el andén. Tengo que hacer trasbordo. Este tren está más vacío y me puedo sentar a lo Al Green. Aunque sólo es una parada, me da tiempo a cerrar los ojos a lo Bob Marley, pensar en la chica Air y recordar si no la había visto en algún sitio antes. Llega mi parada definitiva. Subo corriendo Kraftwerk las escaleras automáticas. Salgo de la estación y allí me espera ese frío, ahora ya un poco más The Clash. Entro minimal techno a trabajar. Mis pies pisan la moqueta y se sienten los primeros The Cure. Pasan las horas lentas a lo Jesu. Me miro las manos sucias McLusky. Bajo a lavármelas y el jabón suena a Why? Miro mi móvil, no tengo ningún mensaje y me siento un poco Joy Division. Vuelvo de nuevo al trabajo e intento ser lo más The Meters posible. Pero a duras penas puedo ser Lee Dorsey. Me canso pronto de hacer lo que hago y se escucha el Kid A. Me siento a consultar internet mientras Thom Yorke sigue llorando. Tampoco tengo ningún mail en mi buzón de entrada y empiezo a odiar a la humanidad a lo Lightning Bolt. Me preguntan algo que no escucho porque estoy mirándole las tetas Dolly Parton a una chica que tendrá unos veinte años. Me imagino follándomela a lo Locust mientras ella me chilla “lick my legs, I’m on fire”. Me centro en mi trabajo de mierda a lo Celine Dion y decido ordenar cronológicamente la discografía de Dylan. Empieza a sonar Queen Jane approximately, una de mis cinco canciones favoritas de Dylan. Acabo la tarea pasada una media hora. Compruebo mi trabajo en allmusic y descubro que soy bastante amateur en el tema. Mientras cierro la ventanilla empieza a sonar Loser. Sólo queda una hora de trabajo y decido hablar un poco Beastie Boys con mis compañeros. Los noto más animados que yo, más Hey boy, hey girl. Yo no estoy tan Chemical Brothers como ellos, yo estoy un poco Massive Attack. Llega la hora de salida y me voy sin despedirme. Bajo las escaleras automáticas haciendo ruido para que el subnormal de la izquierda se aparte. No pilla la indirecta y miro su cabeza pensando en la batería de …Trail of Dead después de un concierto. Llego a mi taquilla y veo que tengo un mensaje que suena a Elvis. Lo abro y veo que es de Vodafone. Aprieto los dientes de una manera totalmente Stooges. Salgo a la calle y decido dar una vuelta David Holmes antes de volver a casa. Un mendigo mellado sentado en el suelo me sonríe The Pogues y alarga su mano negra Einstürzende Neubaten para que le dé alguna moneda. Niego tímidamente con la cabeza mientras arqueo las cejas disculpándome por mentirle a lo Milli Vanilli. Sigo paseando y me cruzo con una chica que huele a Bis, otra que huele a Le Tigre y otra que huele a Dead Kennedys. Después de merodear un cuarto de hora sin sacar nada en claro, decido irme al más puro estilo Primal Scream.

En el metro me encuentro con la chica Air de esta mañana. Está igual que hace unas horas: con sus manos Britney, su pelo Kylie y su periódico gratuito. Pienso que no hay mucho que leer en esos periódicos y me siento bien por no cogerlo nunca. Sonrío disimuladamente para que nadie piense que soy un loco Henry Rollins y empiezan a sonar las trompetas de Got to get you into my life. Hago el trasbordo del metro al tren que está parado en el andén con las puertas abiertas. Bajo corriendo Jamiroquai las escaleras y consigo subir al tren un segundo antes de que cierre sus puertas. Suena el principio de Everybody’s talkin’, que es uno de los mejores principios para empezar a caminar. Antes de sentarme miro por la ventana y veo que la chica Air se ha quedado en el andén. No me siento mal, de hecho me siento bien y pienso “un sitio más libre”. Miro el vagón y sólo veo chicas: Vanessa from Queens, Sweet Jane, Martha my dear, Suzanne y una yonki Heroin pidiendo. Decido mirar el paisaje Clem Snide que se ve por mi lado. El sol Kruder and Dorfmeister me adormece un poco y Daniel Lanois produce mi sueño de diez minutos. En él, James Brown se apoyaba en su bastón de marfil mientras Simple Plan se reían de él como sólo se puede reír un cretino MTV. Al momento, James Brown da tres golpes con su bastón en el suelo y allí aparecen los Jackson 5 con unos luchacos y le dan una paliza a los cretinos de la MTV mientras James Brown ríe y grita I feel good. Las tres notas de megafonía del tren me despiertan al llegar a mi parada. Me bajo rogando que no haya sido un sueño pero un grupo de Avril Lavignes y Good Charloteros que esperan en el andén de mi estación me hace perder esa esperanza. Continúo caminando por el andén hasta que se acaba. Cruzo las vías y paso a la calle por un agujero hecho en la valla. Las obras de la calle hacen que levante el polvo Johnny Cash que se queda suspendido alrededor de mis pies. Llego a mi casa, me desnudo y me pongo cómodo. Me lavo las manos y me peino Fun Lovin´Criminals el pelo para atrás con ellas. Me caliento la comida en el microondas. Luego me estiro y me duermo una siesta Elliott Smith. Sueño con la chica Air y con las tetas Dolly Parton y con las manos Einsturzende Neubaten. También, a menudo, tengo una pesadilla en la que todo lo que miro tiene el cuadradito de STOP. Y siempre, siempre que me despierto, pienso que esa tecla debería dejar de existir.
Para siempre.

domingo, octubre 08, 2006

robert crumb

RECOMIENDO, así, en mayúsculas y con lágrimas en los ojos, la película-documental sobre el dibujante y músico Robert Crumb dirigida por Terry Zwigoff en 1994. Una obra maestra sin discusión. La acabo de ver por séptima vez hace unos minutos y ahora lo único que quiero es forzar mi vista para acabar llevando esas gafas, comprarme una pluma y un tintero y escuchar a Scott Joplin sentado en mi cama mientras quiero pensar que este mundo, al fin y al cabo, tampoco está tan mal.

crumb

ya vamos para casa

El teléfono sonó de madrugada. El padre se despertó asustado y descolgó rápidamente el de su mesita. La madre se despertó pero cerró los ojos con fuerza como si así pudiera evitar una fatal noticia. Al otro lado del auricular el padre oye a su hijo de diez años. Dice que está perdido en el bosque de las afueras del pueblo, que no sabe cómo ha llegado hasta aquí. Le pide que venga a buscarlo rápido, que tiene miedo. El padre le intenta tranquilizar y disimula para no asustar a su mujer. Le dice está bien, ahora voy. Y cuelga el teléfono. La mujer le pregunta quién era. Él le dice que era de la fábrica, que han tenido una avería y necesitan su ayuda. La mujer respira aliviada y vuelve a dormirse. El padre se viste con lo primero que coge y baja al garaje donde tiene el coche. Se sienta al volante y piensa en alguna solución. Antes de arrancar decide llamar al móvil de su hijo para intentar localizarlo. Pero nadie contesta. Después de llamar tres veces arranca el coche y sale del garaje con destino al bosque. Aunque le extraña que su hijo vaya por ese lugar no duda en adentrarse con su coche.
En casa, su mujer ha retomado el sueño y se abraza a la almohada. En la habitación de al lado, el hijo se despierta de una pesadilla y enciende la luz. Se levanta y va hacia la habitación de sus padres. Despierta suavemente a su madre y le dice que si se puede acostar aquí. La madre le pregunta que qué pasa y él le dice que ha tenido una pesadilla: estaba perdido en un bosque y no sabía hacia qué lado caminar porque todo era igual, luego llamé a papá para que me viniera a buscar y él me dijo que ahora venía pero entonces yo seguí caminando y el suelo se hundió bajo mis pies y entonces me he despertado. La madre le dice que se tranquilice y se duerma otra vez. El niño le pregunta que dónde está papá y la madre le dice que le han llamado por una avería en la fábrica. La madre se vuelve a dormir. Un poco más tarde se duerme el niño.
En el bosque, el padre camina perdido gritando el nombre de su hijo. Se ha adentrado en el bosque de tal manera que ahora no sabe volver a donde dejó su coche. Se empieza a desesperar pero no quiere llamar a su mujer para no asustarla. Pasan las horas y empieza a amanecer. El padre camina exhausto y perdido por el bosque casi sin fuerzas para gritar el nombre de su hijo.
En casa su mujer se despierta y se ducha. Prepara los desayunos. Se extraña de la tardanza de su marido pero no se preocupa porque las averías en la vieja fábrica son frecuentes. Más tarde, el niño se despierta y va a su habitación. Coge su móvil de la mesita y ve tres llamadas perdidas de su padre. Se extraña y se lo dice a su madre. Su madre se extraña todavía más al ver que las llamadas son de esta madrugada. Ahora ya son las ocho de la mañana y la madre decide llamar a la fábrica para saber cómo va la avería. Pero en la fábrica le dicen que no han tenido ninguna avería y que no han llamado a nadie esta madrugada. Entonces decide llamar al móvil de su marido. Él contesta asustado y cansado. Le dice no te preocupes, encontraré al pequeño, lo encontraré, no te preocupes, todo saldrá bien, tú tranquila, todo saldrá bien, no tienes porqué preocuparte, ha sido el niño, que se ha perdido, pero ya está, ¡creo que lo acabo de ver!, no te preocupes que no ha sido nada, chiquilladas, dentro de un momento estoy en casa y desayunamos juntos, ¡sí, míralo!, ahí está, ya está conmigo, nada, no te preocupes, ya vamos para casa, está bien, un poco asustado pero nada, ahora llegamos. Te quiero.

me imagino que es arena

Ahora os voy a explicar una historia que no os vais a creer pero os juro que lo que os voy a explicar ahora mismo ha sucedido de verdad. Y digo que no me vais a creer porque ni yo mismo me lo he creído, no sé qué pensar. No se lo he contado a nadie, sois los primeros en saber esta historia. No quiero asustaros pero creo que lo que voy a contar le puede pasar a mucha gente. Quizá le está pasando a mucha gente pero no se atreve a contarlo porque es tan extraño que creen que no les harán ni puto caso. En fin, creedme o no, estáis en vuestro derecho.
El otro día me desperté a las tres y media de la mañana y estuve una media hora tumbado sin poder dormirme otra vez. Decidí levantarme. Fui al lavabo, me mojé la nuca y la frente. Al salir del lavabo tenía sed y fui a la cocina a por un vaso de agua. Entro, enciendo la luz y allí me encuentro con un hombre sentado a la mesa de la cocina. Trago saliva, no sé qué decir. Empiezo a respirar hondo y tengo ganas de vomitar. El hombre me mira serio pero tranquilo. Tendrá unos ochenta años. Su pelo es totalmente cano y peinado hacia atrás. Tiene los ojos pequeños y tristes. Va vestido con un traje elegante pero que le viene bastante grande, rozando el ridículo. No se mueve. Tiene las manos sobre la mesa, entrecruzadas, en un gesto que resume la tranquilidad del que ya lo ha hecho todo y bien. Me tranquilizo un poco aunque ahora pienso si esto es un sueño. Me dice hola. Yo consigo hacerle un saludo con la cabeza. Le pregunto que qué hace aquí, que cómo ha entrado y me dice que por la puerta. Miro de reojo la puerta y observo que está cerrada con llave. Le digo que eso no puede ser y él me responde que sí. Me dice que cada noche viene aquí y se sienta un rato, lo que pasa es que yo no había venido nunca antes a esa hora y por eso no lo había visto. Le repito que eso no puede ser. Le pregunto que dónde vive y él me responde aquí y allí. Le digo que tiene que irse, que no puede estar aquí y me pregunta que por qué no. Yo no sé qué contestarle. Sus ojos siguen tristes, sus manos entrecruzadas. Me dice que estas cosas pasan sin cesar, que no hay nada que hacer. No sé qué decirle y asiento con la cabeza como si ahora lo viera todo claro. Luego me dice que de todas formas sólo se estará unos quince minutos más, que siempre se va a esa hora. Miro a mi alrededor para confirmar la normalidad de todo. Son las cuatro de la mañana. Oigo la sangre por mis venas y me imagino que es arena. Pasamos un rato en silencio. El hombre me dice que se tiene que ir. Yo le digo muy bien. Se levanta y se dirige a la puerta. Antes de irse le pregunto si mañana vendrá también. Me dice que sí y me vuelve a repetir que viene cada noche. Me despido de él mientras baja las escaleras a la calle. Siento una pena descomunal al verlo marchar. No hay nada que hacer. Bebo agua y me acuesto. Las sábanas están suaves. Me duermo enseguida.

nouvelle nihilisme

Jódete!
Jódete tú también
¿Que me joda?, jódete tú. Jódete tú, la ciudad y todos sus habitantes.
Que se jodan los mendigos que van pululando por ahí para sacar pasta riéndose de mi a mis espaldas. Que se joda el del limpia cristales que ensucia el parabrisas limpio de mi coche. ¡Consigue un puto trabajo!.
Que se jodan los Sijs y los paquistaníes que van a toda ostia por las avenidas en sus decrépitos taxis, con el curry filtrándose por los poros y apestándome la vida, putos aprendices de terrorista. ¡Id más despacio, coño!.
Que se jodan los chicos de Chelsea con sus pechos depilados y esos voluptuosos bíceps, haciéndose mamadas en mis parques y en mis muelles, meneándosela en el canal 35 de mi tele.
Que se jodan los tenderos coreanos con sus pirámides de fruta carísima y sus rosas y tulipanes envueltos en celofán. 10 años en este país y siguen sin "hablal" mi idioma.
Que se jodan los rusos de Brayton Beach, esos matones sentados en los cafés tomándose tacitas de té con terrones de azúcar entre los dientes. Siempre conspirando. ¡Volved a vuestro puto país!.
Que se jodan los asíricos con sus sombreros negros, paseándose arriba y abajo por la 47, con sus gabardinas sucias de caspa , vendiendo diamantes sudafricanos de la época del Apartheid.
Que se jodan los agentes de bolsa de Wall Street , supuestos maestros del universo. Imitadores de Michael Douglas, alias Gordon Gecco, siempre inventándose nuevas maneras de dejar pelados a los pobres trabajadores. ¡A esos gilipollas de Enron, que les encierren toda su puta vida!. ¿Crees que Bush y Cheney no sabían nada de esa mierda? ¡No me toques las pelotas!.
Que se jodan los puertorriqueños. Van 20 en un coche , aumentan la deuda social, montan el peor puñetero desfile de la ciudad y no me tires de la lengua con los dominicanos. Hacen que los puertorriqueños queden bien.
Que se jodan los italianos de Benson Hard, con su pelo engominado, sus chandals de nylon, sus medallones de San Antonio, blandiendo sus bates de béisbol marca Newsville Slaguer firmados por Jason Jamby intentando hacer audiciones para Los Soprano.
Que se jodan las esposas de Lapery Side, con sus pañuelos de Vermes, y sus alcachofas de 50 pavos, caras sobrealimentadas, estiradas, machacadas y moldeadas, tan tirantes y brillantes. ¡No consigues engañar a nadie, encanto!.
Que se jodan los hermanos del barrio Norte. Nunca pasan la pelota, no quieren defender, dan 5 pasos cada vez que entran a canasta y luego se dan la vuelta y echan la culpa de todo al hombre blanco. La esclavitud se abolió hace 137 años. ¡Pasad ya la puta página!.
Que se jodan los polis corruptos con sus porras para dar por el culo y sus 41 tiros, escudándose tras el muro azul del silencio. ¡Burláis nuestra confianza!.
Que se jodan los curas que abusan de niños inocentes y les meten mano. Que se joda la Iglesia que les protege entregándonos al mal, y ya puestos que se joda Jesucristo. Se libró de una buena. Un día en la cruz, un fin de semana en el infierno y todos los aleluyas de las legiones de ángeles para la eternidad. Pásate tu 7 años en el puto talego de Ottisville.
Que se jodan Osama Bin Landen, Al-Kaeda y los gilipollas retrasados fundamentalistas trogloditas de todas partes. En nombre de los miles de inocentes asesinados espero que pases el resto de la eternidad junto a tus 72 putas, ardiendo en combustible de avión en el infierno. Todos los jinetes de camellos con toallas en la cabeza, besad mi real culo irlandés.
Que se joda Jacod Elinsky. Quejica insatisfecho.
Que se joda Francis Slaughtery, mi mejor amigo, juzgándome y con los ojos clavados en el culo de mi novia.
Que se joda Naturelle Riviera. Confié en ella y me apuñaló por la espalda. Me traicionó. ¡Guarra asquerosa!.
Que se joda mi padre con su pena interminable, detrás de esa barra, bebiendo sifón, vendiendo whisky a los bomberos y animando a los yankees de New York.
Que se joda esta ciudad y sus habitantes. Desde las casas adosadas de Astoria hasta los áticos de lujo de Park Avenue. Desde las viviendas sociales del Bronx hasta los lofts del Soho. Desde los bloques de pisos de Alphabet City pasando por las casas de piedra rojiza de Park Slope hasta los duplex de Staten Island. Que un terremoto lo haga todo fosfatina, que arda furiosamente bajo el fuego, que se quede todo reducido a putas cenizas y que luego crezcan las aguas y sumerjan todo este sitio infestado de ratas.
No. No, jódete tú, Montgomery Brogan. ¡Lo tenías todo y la cagaste, eres un capullo!

Monólogo de E.Norton en La última noche, de Spike Lee