martes, octubre 10, 2006

a day in the life

Escribí este texto hace aproximadamente un año y se lo dediqué a C. y a T., mis dos canciones favoritas de la historia, aquellas que tengo que escuchar cuando veo que no habrá más remedio que ponerse a llorar.



Me despierto Songs:Ohia. Pongo los pies en el suelo y camino Low. Me ducho y el agua fría suena desafinada. Cuando sale caliente suena Perfect day. Me seco rápido porque tengo frío y me visto Smack my bitch up con lo primero que cojo del armario. Mis ojos aún están medio cerrados a lo Sid Vicious. Salgo de casa mirando al suelo y empieza a sonar Soft hands. Llego al andén del tren. Mucha gente, no me podré sentar, el aire es frío y suena a Rage Against the Machine. Embotellado dentro del tren, la chica de mi lado huele a Air y me tranquiliza, aunque por poco rato. En la próxima parada no se baja nadie y se sube más gente. Ahora la chica Air ha desaparecido de mi lado y en su lugar tengo a un gordo al que el aliento le huele a Napalm Death. Me giro frunciendo el ceño e intento no blasfemar. Un poco alejada, vuelvo a encontrar a la chica Air y me hace sonreír. Aparta con su mano Britney un mechón de su pelo Kylie que le molesta para leer el periódico gratuito. Llego a mi parada. La gente baja y empuja a lo Sepultura y yo intento no pisar a una vieja que arrastra sus pies por el andén. Tengo que hacer trasbordo. Este tren está más vacío y me puedo sentar a lo Al Green. Aunque sólo es una parada, me da tiempo a cerrar los ojos a lo Bob Marley, pensar en la chica Air y recordar si no la había visto en algún sitio antes. Llega mi parada definitiva. Subo corriendo Kraftwerk las escaleras automáticas. Salgo de la estación y allí me espera ese frío, ahora ya un poco más The Clash. Entro minimal techno a trabajar. Mis pies pisan la moqueta y se sienten los primeros The Cure. Pasan las horas lentas a lo Jesu. Me miro las manos sucias McLusky. Bajo a lavármelas y el jabón suena a Why? Miro mi móvil, no tengo ningún mensaje y me siento un poco Joy Division. Vuelvo de nuevo al trabajo e intento ser lo más The Meters posible. Pero a duras penas puedo ser Lee Dorsey. Me canso pronto de hacer lo que hago y se escucha el Kid A. Me siento a consultar internet mientras Thom Yorke sigue llorando. Tampoco tengo ningún mail en mi buzón de entrada y empiezo a odiar a la humanidad a lo Lightning Bolt. Me preguntan algo que no escucho porque estoy mirándole las tetas Dolly Parton a una chica que tendrá unos veinte años. Me imagino follándomela a lo Locust mientras ella me chilla “lick my legs, I’m on fire”. Me centro en mi trabajo de mierda a lo Celine Dion y decido ordenar cronológicamente la discografía de Dylan. Empieza a sonar Queen Jane approximately, una de mis cinco canciones favoritas de Dylan. Acabo la tarea pasada una media hora. Compruebo mi trabajo en allmusic y descubro que soy bastante amateur en el tema. Mientras cierro la ventanilla empieza a sonar Loser. Sólo queda una hora de trabajo y decido hablar un poco Beastie Boys con mis compañeros. Los noto más animados que yo, más Hey boy, hey girl. Yo no estoy tan Chemical Brothers como ellos, yo estoy un poco Massive Attack. Llega la hora de salida y me voy sin despedirme. Bajo las escaleras automáticas haciendo ruido para que el subnormal de la izquierda se aparte. No pilla la indirecta y miro su cabeza pensando en la batería de …Trail of Dead después de un concierto. Llego a mi taquilla y veo que tengo un mensaje que suena a Elvis. Lo abro y veo que es de Vodafone. Aprieto los dientes de una manera totalmente Stooges. Salgo a la calle y decido dar una vuelta David Holmes antes de volver a casa. Un mendigo mellado sentado en el suelo me sonríe The Pogues y alarga su mano negra Einstürzende Neubaten para que le dé alguna moneda. Niego tímidamente con la cabeza mientras arqueo las cejas disculpándome por mentirle a lo Milli Vanilli. Sigo paseando y me cruzo con una chica que huele a Bis, otra que huele a Le Tigre y otra que huele a Dead Kennedys. Después de merodear un cuarto de hora sin sacar nada en claro, decido irme al más puro estilo Primal Scream.

En el metro me encuentro con la chica Air de esta mañana. Está igual que hace unas horas: con sus manos Britney, su pelo Kylie y su periódico gratuito. Pienso que no hay mucho que leer en esos periódicos y me siento bien por no cogerlo nunca. Sonrío disimuladamente para que nadie piense que soy un loco Henry Rollins y empiezan a sonar las trompetas de Got to get you into my life. Hago el trasbordo del metro al tren que está parado en el andén con las puertas abiertas. Bajo corriendo Jamiroquai las escaleras y consigo subir al tren un segundo antes de que cierre sus puertas. Suena el principio de Everybody’s talkin’, que es uno de los mejores principios para empezar a caminar. Antes de sentarme miro por la ventana y veo que la chica Air se ha quedado en el andén. No me siento mal, de hecho me siento bien y pienso “un sitio más libre”. Miro el vagón y sólo veo chicas: Vanessa from Queens, Sweet Jane, Martha my dear, Suzanne y una yonki Heroin pidiendo. Decido mirar el paisaje Clem Snide que se ve por mi lado. El sol Kruder and Dorfmeister me adormece un poco y Daniel Lanois produce mi sueño de diez minutos. En él, James Brown se apoyaba en su bastón de marfil mientras Simple Plan se reían de él como sólo se puede reír un cretino MTV. Al momento, James Brown da tres golpes con su bastón en el suelo y allí aparecen los Jackson 5 con unos luchacos y le dan una paliza a los cretinos de la MTV mientras James Brown ríe y grita I feel good. Las tres notas de megafonía del tren me despiertan al llegar a mi parada. Me bajo rogando que no haya sido un sueño pero un grupo de Avril Lavignes y Good Charloteros que esperan en el andén de mi estación me hace perder esa esperanza. Continúo caminando por el andén hasta que se acaba. Cruzo las vías y paso a la calle por un agujero hecho en la valla. Las obras de la calle hacen que levante el polvo Johnny Cash que se queda suspendido alrededor de mis pies. Llego a mi casa, me desnudo y me pongo cómodo. Me lavo las manos y me peino Fun Lovin´Criminals el pelo para atrás con ellas. Me caliento la comida en el microondas. Luego me estiro y me duermo una siesta Elliott Smith. Sueño con la chica Air y con las tetas Dolly Parton y con las manos Einsturzende Neubaten. También, a menudo, tengo una pesadilla en la que todo lo que miro tiene el cuadradito de STOP. Y siempre, siempre que me despierto, pienso que esa tecla debería dejar de existir.
Para siempre.

No hay comentarios: