ayer fuimos a escuchar
el Réquiem de Mozart
a Santa María del Mar
había mucha gente
y nos quedamos muy atrás
los coros no llegaban con mucha fuerza
aunque a mí tampoco me importó demasiado
yo sólo quería
escuchar el Confutatis
contigo
el director de orquesta
de espaldas
de lejos
vestido de negro
haciendo movimientos de director de orquesta
me imaginé que era
un borracho discutiendo con su tetra-brick
al que todos los músicos hacían caso
para crear esta maravilla
que ahora resbalaba
como miel por las columnas
imaginar este tipo de cosas
me hace sentir bien
hoy un hombre que siempre se bajaba
en la misma parada desde hace mucho tiempo
se ha bajado en otra diferente
he pensado que quizá ha cambiado
de trabajo
de vida
y
por un momento
lo he odiado
2 comentarios:
¡una de tus mejores entradas desde que te leo! :-)
Me quito las gafas de pasta, sí señor ;-D
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