en los que ahorcar a nuestros amigos
Ya no nos quedan carreteras por las que caminar 
descalzos 
a media noche
Ya no nos queda miedo debajo de la cama, 
ni detrás de la puerta, 
ya la noche 
no nos dice 
nada
Ya no nos quedan 
colores para pintar 
el cielo 
de aquel dibujo de nuestro hijo
Ya no nos quedan veranos 
Ya no nos quedan
uñas que morder
Ya no nos quedan mañanas, 
ni soleadas ni lluviosas
Ya no nos queda suavizante, 
se acabó 
ayer
Ya no nos quedan excusas, 
los horarios de los trenes, 
nuestra abuela muerta 
cinco veces, 
ya por fin todo el mundo sabe 
que somos unos vagos
Ya no nos quedan milagros
se los llevaron unos 
que entraron a robar
en verano
cuando no estábamos
Ya no nos quedan 
finales sorprendentes
Ya no nos quedan caricias, 
por suerte tenemos 
los emoticonos del whattsup
Ya no nos quedan 
canciones que hablen de nosotros, 
ni siquiera las que sí lo hicieron, 
hoy, 
escuchadas de nuevo, 
se refieren a otra persona
a la que
por cierto
odiamos profundamente
Ya no nos queda saldo
Ya no nos quedan 
sendas tenebrosas,
y el monstruo se cansó 
de esperarnos detrás del árbol
ahora fuma 
en el banco 
de una estación de tren de las afueras
Ya no nos quedan nanas, 
sólo nos vienen a la cabeza 
sintonías 
de programas del corazón, 
y así es como se duermen
ahora 
nuestros hijos
Ya no nos quedan librerías en el barrio
ni siquiera barrio
ahora que lo pensamos
nunca hubo barrio
Ya no nos quedan 
pasos de baile
Ya no nos queda sal, 
y nuestra vecina se mudó 
hace años
Ya no nos quedan bostezos, 
los agotamos 
escuchando 
versos en el colegio
Ya no nos quedan héroes
conscientes del peligro que corremos, 
aquí arriba en la cornisa, 
sujetándonos a duras penas con tres dedos, 
el abismo a nuestros pies, 
se hace de noche, 
empieza a llover, 
pero ya ningún héroe
dije
se digna a ponerse el traje 
y venir
a rescatarnos
a rescatarnos
Ya no nos quedan posturas para conciliar el sueño
Ya no nos quedan sorpresas tras la puerta, 
y el timbre de casa que hace años significaba una alegría
hoy representa una amenaza o, 
al menos, 
incomodidad
Ya no nos quedan acordes que inventar
Ya no nos quedan panderetas 
para cantar villancicos, 
todas se rompieron 
por el mismo sitio,
todas por el mismo sitio
Ya no nos queda 
luz 
al final del túnel
Ya 
ni siquiera 
nos queda
túnel.
 
1 comentario:
genial Diego. Genial. (el texto, no su significado).
Un saludo.
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