viernes, enero 16, 2009

debajo de la cama

Como ya dije una vez, a no ser que hayas estado en un sótano encerrado/a por algún familiar, lo que supondría que me lees a escondidas, cosa que, al menos a mí, no sé a ti pero a mí, que lean algo mío a escondidas me pone, o a no ser que hayas estado de gira con tu grupo por Japón, a no ser que muchas cosas, te habrás enterado de la campaña del Bus ateu y el lema, traducido del original, inglés: Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida. 
La campaña está financiada por La unió d'ateus i lliurepensadors de Catalunya.
Antes de nada:
ateo: que niega la existencia de Dios.
agnóstico: que declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia.

La cuestión es que la campaña está saliendo más en los medios que lo de la teta de Janet Jackson o lo del bebé de Michael Jackson por la ventana o lo de cualquier cosa que hagan los Jackson. 
A mí, lo que es a mi persona, no me interesa mucho la campaña en sí, de un modo sociológico, digo. Quiero decir que el lema de los buses ateos me produce lo mismo que el I'm lovin' it de Mcdonald's: indiferencia.
¿Y por qué, Diego, gilipollas, hablas de esto, si tanta indiferencia de provoca?
Ahí voy. (Había escrito Hay voy. La culpa la tiene Tele5 por dejar enviar sms a sus programas).
A mí, lo que te decía, no me interesa el lema ni la reacción de la gente. 
Los estúpidos reaccionarán estúpidamente, los inteligentes, inteligentemente, los analfabetos, analfabéticamente, y así con todas las clases de seres que nos rodeamos unos a otros. No hay más.
Lo que me interesa de este tema es lo siguiente: ¿a qué se debe la elección de esos números de autobús, el 14 y el 41, por qué esos números y no otros?
Estas son las cosas que me preocupan. Más que el hombre que atropellé el otro día al que metí en el maletero después de golpearle porque estaba agonizando y llevé a casa y aquí lo tengo, debajo de la cama. 
Más que cualquier tontería, ahora me preocupa la mayor de ellas: el porqué de esos números.

Antes de nada, observemos con detenimiento los planos de los buses elegidos. 
¿No te sugieren nada? ¿No ves nada raro? Obsérvalos con detenimiento y responde: ¿realmente no ves nada raro?
Respondo yo por ti: pues no.
Pues ahora mira el recorrido. 
¿No te dice nada que el 14 vaya de Poblenou a Bonanova y el 41 de Pl. Francesc Macià a Poblenou Mar? ¿No ves nada raro? Obsérvalos con detenimiento y responde: ¿realmente no ves nada raro?
Si quieres también respondo por ti en ésta: pues no.


Bien, una vez analizados detenidamente los planos y recorridos de los buses ateos, nos detendremos en sus números. 14 y 41. 41 y 14. 1441. 4114. ¿No ves nada raro? Fíjate bien y dime: ¿realmente no ves nada raro?
Ya contesto yo: ¿que son capicúas?
El otro: ¡exacto! Y, ¿sabes lo que esto significa?
Yo: ¿nada?
El otro: ¡exacto!, nada. Y, ¿cuál es el reverso de nada?
Yo: adan.
El otro: ¡exacto!: Adán, el primer hombre.
Yo: ¿y?
El otro: ¡exacto!: y.

Una vez realizado el ejercicio de analizar detenidamente la numerología de los buses barceloneses, nos detendremos en el último aspecto de mi teoría, también relacionado con el 14 y el 41.
Si buscamos la respuesta en la Bíblia, que es un libro gordo con páginas finas, la encontraremos en el primer libro, el Génesis.

Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.
(Génesis, 41:14)

Y es en estos versículos donde encontramos las respuestas a nuestras preguntas, pero también nos surgen preguntas que antes, hace exactamente un minuto, no nos surgían, como por ejemplo, las que más me agitan por dentro:
¿Por qué se afeitó y se cambió de ropa José para ir a ver a Faraón? (¿Estamos pensando en lo mismo?)
¿Se afeitó con cuchilla o con máquina? 
¿Se puso una camisa de cada día o de vestir? 
Al sacarlo apresuradamente, ¿se pudo despedir José de su compañero de celda? 
¿Quién ha escrito ese texto con tantas íes griegas, Cormac McCarthy?

En definitiva, creo que ha quedado clara la elección de los números 14 y 41. Es evidente lo que aquí se nos está mostrando, un claro ejemplo de, es evidente que el 14 y 41 sólo significan una cosa, y con estas pruebas todos lo hemos visto, ahora todo el mundo sabe que, en fin, creo que ha quedado clara la elección de los números 14 y 41. Es evidente lo que aquí se nos está mostrando, un claro ejemplo de.

1 comentario:

nadie dijo...

me has dejado helado con esta falsa cábala, muy bueno

saludos