viernes, julio 06, 2007

why to lie

En 1979, Phillip H. Douglas, un estudiante de sociología de la universidad de Ohio, publicó un libro fruto del trabajo de fin de carrera.
El libro tuvo como título Homeless in America. Why to lie? I need a beer y en él, Phillip fue recopilando los textos que los vagabundos utilizaban para pedir limosna.
El estudiante viajó por todo Estados Unidos durante dos meses con su libreta y su cámara de fotografiar.
Su estudio consistió en analizar la mejor o peor ortografía dependiendo del estado y, sobretodo, comprobar si lo escrito daba sus frutos.
Así, Phillip, localizaba a un vagabundo, copiaba su texto, lo fotografiaba y, al acabar el día, volvía a visitarlo y comprobaba cuánto dinero había recogido. La conclusión principal que Douglas extrajo de este experimento fue que las palabras y expresiones que suelen provocar tristeza no funcionan a la hora de recoger más dinero. En cambio, las expresiones alegres, los juegos de palabras y, sobretodo, la honestidad, son las preferidas para los peatones de norte América.
Una vez estudiada esta cuestión, Phillip quiso comprobar que no se trataba del aspecto físico del vagabundo en sí, sino únicamente de lo que estaba escrito en su cartón.
Así, llevando un poco más lejos su experimento, analizó al mismo vagabundo dos días seguidos.
El primer día Phillip le escribió Tengo hambre. Ayuda. Por favor.
El segundo día le facilitó otro cartón en el que se podía leer Por qué mentir, necesito una cerveza.
El primer día el vagabundo reunió 12$.
El segundo, 60$.
Cinco veces más.
El vagabundo, un veterano de la Segunda Guerra Mundial llamado Stephan Mzireg, le agradeció a Phillip su gesto y le rogó poder quedarse con el cartón. El estudiante, por supuesto, accedió.
Phillip Douglas reside hoy en Santa Mónica, California, junto a su mujer y sus dos hijos.
Stephan Mzireg murió al año siguiente de publicarse el libro.
Mzireg viajaba en tren hacia Oklahoma y dormía en la cama inferior de una litera. El tren frenó bruscamente y la maleta, situada en la litera de arriba, le golpeó el cráneo. Cuando lo encontraron, Stephan estaba boca abajo con la maleta encima de su cabeza.
Días más tarde, su muerte apareció en los periódicos.
En la maleta se pudo encontrar un cartón en el que se podía leer Por qué mentir, necesito una cerveza.
Y 2.500$ en monedas.

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