miércoles, agosto 29, 2007

no hace falta

Cada vez leo menos.
Quiero decir que no dejo de leer, pero hace tiempo que no me acabo ningún libro. Y no me siento mal.
Por eso, si me preguntaseis "cuántos libros te has leído en los últimos meses" os respondería "ninguno" o "uno". No porque no quiera o no me gusten, sino porque penetra en mí una angustia temporal que hace que me colapse.
He llegado a visualizarme devorando literalmente un libro, sentado en el suelo, arrancándole las páginas y comiéndomelas con los ojos cerrados de placer. Ésa sería la única manera de leer todo lo que me falta por leer. Y aún así creo que no me daría tiempo.
Me puedo llegar a comprar un libro cada día durante un mes de locura frenética. Puede que sea una enfermedad, no lo sé. Lo único que sé es que tengo que estar leyendo tres o cuatro libros a la vez.
Hace tiempo que no tengo sólo un libro en la mesita de noche.
A día de hoy se pueden contabilizar unos treinta. La semana que viene puede que cuarenta. Y no quiero seguir comprando libros porque me quiero ir a otro piso y a veces pienso en la mudanza.
Ayer me compré Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino.
Todo este rollo para proclamar, sin sonrojarme lo más mínimo, una máxima que me invento ahora mismo y me quedo tan ancho, como cuando acabas una comilona y te estiras en el sofá (en negrita y todo): no hace falta acabarse un libro para haberlo leído.
La última página de un libro no significa nada, sólo un final para el autor y, a veces, ni siquiera eso.
Me he acabado libros que si hoy me preguntáis qué tal os podría contestar "no me acuerdo, recuerdo que me gustó, sí, era sobre un tío que se tiene que ir a otro país, blabla, no está mal". Y creo que a la mayoría de vosotros os pasará lo mismo.
Es decir, ¿sirve de algo acabarse un libro? Yo digo que no.
Lo que sirve es disfrutar con aquello que estás leyendo, ya sea un párrafo, una frase o una palabra. Disfrutar. Tener curiosidad por este autor, por ese movimiento cultural, por la cultura en general. Releer una parte y observar cómo lo ha hecho el autor para escribir algo que te guste tanto. Que aquello que leas te sirva para algo, que sirva para hacer de ti, a poder ser, una mejor persona. La máxima finalidad de leer.
Claro que si estamos disfrutando tanto del libro que nos lo acabamos, seamos sensatos, no tendría lógica dejarlo a medias. No estoy diciendo eso.
Aunque, no sé si os ha pasado, también muchas veces he dejado de leer un libro porque me gustaba demasiado y no quería que acabase. Como si finalizarlo fuese destruirlo, hacerlo desaparecer. No sé. Que estoy mal de la cabeza, ¿no?
Igual que con algunas canciones, cuando decimos "escucha esta parte, es muy buena" o como pasa en algunas películas cuando una escena nos impacta y se queda en nuestra memoria como resumen de esa película.
Estoy hablando más de novelas que de cuentos, eso sí.
Por supuesto que muchos de vosotros no estaréis de acuerdo conmigo, por eso mismo expongo mi teoría, si se puede llamar así, que es, repito, la siguiente: no hace falta acabarse un libro para haberlo leído.
Nada más por hoy.
Espero un aluvión de comentarios en los que me tachéis de inculto, entre otras cosas.

3 comentarios:

S. dijo...

Creo que ya sabes lo que pienso al respecto. Aunque tu teoría patillera me va perfecta para nuestra (futura) pared librería.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. También te propondría otra aproximación a tu teoría: No hace falta haber leído un libro de cabo a rabo para sentirse realmente satisfecho con el mismo. Una sola frase, un sólo pensamiento bien estructurado que leamos, que nos enseñe algo, que nos enriquezca como persona, hace que la compra del mismo haya valido la pena.
Sabes que pienso que no hay libro caro, por mucho dinero que valga.

g dijo...

yo con este nuevo recuento he leído más que un hombre ilustrado en pleno siglo de las luces, y no sé si estoy del todo de acuerdo en eso de que "ya te lo has leído" sin acabarlo, pero seguro que estoy de acuerdo en que dejarse arrastrar por el sentimiento judeo-cristiano de culpa para acabarlos no es bueno ni aporta nada.
firmado: yo, la que tiene estanterías repletas de libros que sólo he mirado por encima, que me gustaron por su título, su cubierta o me deje arrastrar por el atractivo de que eran gratis.
desde que trabajo en una editorial no pasa un día sin nuevos fichajes.
fatídico para futuras mudanzas.
así que he dejado de pensar en el momento en que me mude.
cuando llegue ya lo padeceré.
este post es otro de esos textos en los que la intención del autor no queda satisfecha. todavía nadie te ha tildado de inculto.