lunes, junio 15, 2009

agujeros de chincheta

Ya llegan los chinos a la casa de enfrente,
sé que son ellos porque siempre andan gritando,
no saben hablar, 
los chinos,
mucho menos susurrar,
¿has visto a algún chino susurrando al oído?
yo tampoco,
a un francés, sí, o te lo imaginas,
pero nunca a un chino,

ahora se han venido a vivir a la casa de enfrente,
más allá de la carretera,
está lejos pero los puedo ver y escuchar,
si entendiera su idioma podría decirte de lo que hablan,
de lo que chillan,
supongo que vienen de trabajar, a estas horas de la madrugada,
llegan todos juntos, he podido contar hasta diez,

antes ahí vivía una chica,
la habitación que ellos hacen servir de salita ahora
era la habitación de la chica entonces,
de la chica de ayer,
y yo nunca la vi cambiarse de ropa, ni saltar una canción en sujetador,
sólo la vi ahí, en silencio, de un lado a otro,
desapareciendo tras los marcos de la ventana,
apagando la luz,
bajando la persiana,

pero ahora los chinos, que llegaron de un día para otro,
se agrupan allí, se mueven sin dirección ni objetivo,
al menos desde mi punto de vista,
se mueven sin sentido, los chinos,
gritan y se mueven sin sentido,
como si estuvieran pensando dónde esconder un cadáver,
el cadáver,

tú también has oído esas historias y no has dejado de ir a un restaurante chino,
somos así, amamos lo desconocido,

puedo ver botellas de Coca-cola sobre una mesa,
uno de ellos sentado en el borde de la cama,
en una habitación más allá,
sólo puedo ver medio cuerpo,
pero puedo asegurar que está mirando la tele,
nadie miraría así nunca otra cosa que no fuera la televisión,

ahora una china en pijama dobla la ropa,
en el piso de abajo se oyen risas, que se cuelan hacia arriba
supongo que por una escalera interior,
a veces, mientras los miro haciendo su vida,
pienso en la chica que vivía antes ahí,
si sabrá quién vive ahora en la que fue su casa, su habitación,
¿dónde estará esa chica ahora?,
¿le importará que hayan colgado un cuadro donde antes ella tenía un corcho?,

ahora una china en pijama dobla la ropa
justo donde ella folló con aquel novio que tuvo,
justo donde ella lloró cuando la dejó,
justo donde ella se comió un yogur mientras miraba el facebook,
justo donde ella descubrió que la S del Bershka no es la misma que la del Zara,

ahí es donde una china dobla la ropa,
justo donde la chica vivió parte de su vida,

en qué pensará la china mientras dobla la ropa,
a lo mejor piensa en quién vivía antes ahí 
y qué tendría ahí colgado, donde ahora sólo hay agujeros de chincheta,
ojos oscuros, vigilantes del pasado,

¿habrá colgado ya el corcho la chica allí donde esté?

¿tendrá nuevas fotos en él,
entradas de aquella película con aquella persona tan especial,
post-it recordando una entrevista de trabajo?

la china sigue doblando ropa
y el chino sigue mirando la tele,
hay algunos que se habrán acostado,
el resto siguen merodeando por el piso,

sin dirección ni objetivo,

como esperando una llamada
de alguien que les diga
dónde esconder un cadáver,

el cadáver.

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