miércoles, junio 17, 2009

lamerme las botas

Si alguna vez me miro el EP3, aka El País de las tentaciones, aka el suplemento del viernes para quinceañeros de El País, es por los anuncios de te vi, chico busca chica y todos esos anuncios que se podrían resumir en: quiero follar. 
Unos ejemplos del viernes pasado:
- Soltero, majo y educado, de 38 años, busca relación con chica que desee practicar fetichismo, sumisión y dominación. (Me pregunto cómo será la sumisión y la dominación practicada por alguien majo y educado. Perdona, si eres tan amable de arrodillarte y lamerme las botas, te lo agradecería enormemente. Cuando puedas, sí, tú cuando puedas, no tengo prisa. Gracias. Curiosidad tengo).
- Chico de 35 años, casado. Busco mujer para mezclar literatura, cine y sexo. Madrid. Deja teléfono. Soy muy discreto. (La única manera que se me ocurre, me se ocurre, de mezclar literatura, cine y sexo es follar mientras se mira una peli con subtítulos. Debe de ser un poco incómodo. Además, cuando acabas, si preguntas: ¿te ha gustado?, corres el riesgo que el otro te conteste: no ha estado mal, pero cuando van a buscar a la madre y la encuentran ahí, me ha dado un poco de pena. Ahora sí, el que hace de hijo mayor, lo borda).

En fin, que me entretengo con estas estupideces. Es una de las cosas buenas del no dar más de sí, que un anuncio por palabras se convierte en toda una aventura.

Pero de lo que yo quería hablarte es de un artículo que leí en ese EP3 del viernes pasado. 
Con estupor y temblores leo que esta camiseta de aquí abajo está siendo el fenómeno de moda del año, así EP3.

Fina, fina.
Se ve, se be, que alguien, no me acuerdo bien, no lo tengo delante, pero se ve que alguien, un usuario de amazon, dejó un comentario del tipo esta camiseta tiene poderes, me la he puesto y se me han empezado a acercar mujeres. 
Y, ¿qué hay más importante que eso, chicos?
Nada.
Repetid conmigo: nada.
Por supuesto, aparecieron más comentarios corroborando al dandy que abrió la caja de Pandora. Algunos desvariaron un poco más que otros pero todos se lo pasaron bien mientras duró. Y así hasta los más de mil (1.000) que tiene a día de hoy esta camiseta fina, fina.

Y ya está.

Tendría que relacionar esta noticia con algo, pero esto se acaba aquí.
Quizá la única conclusión a la que llego es que vivimos en un mundo con demasiado sentido del humor. Porque yo, esto de los comentarios, sólo lo relaciono con una palabra: juerga.
Aunque si lo quieres mirar por el dark side, también lo puedes hacer. 
Pero entonces la palabra más adecuada sería otra: demencia.

Cómprate una si quieres.

No hay comentarios: