sábado, mayo 29, 2010

eternamente joven

Una noche de verano un intruso.
Entra de madrugada.
Nadie oye nada.
El intruso se pasea por toda la casa hasta llegar a la habitación del niño.


Abre la puerta y la luz del pasillo ilumina la cama.
El niño duerme.


El intruso se detiene unos instantes en el umbral de la puerta y observa al niño.
Proyecta una extraña sombra.
Más tarde comprobamos que el intruso lleva una máscara que simula la cabeza de un pollo.
La imagen es aterradora.


El intruso se acerca a la cama del niño y lo zarandea.
Sus movimientos son bruscos, animales.
El niño se despierta sobresaltado y queda paralizado ante la aterradora imagen.


El intruso se sienta en la cama al lado del niño.
Le muestra la máscara de otra cabeza de pollo.
No podemos oír con claridad lo que dice pero el niño le obedece y se la pone.


El niño, sumido en una especie de brujería, sigue fielmente al intruso.
Salen de la casa.


Corren a través de campos seguidos por luces extrañas.
Se alejan de la casa.
Desconocemos las intenciones del intruso.


Llegan a un bosque.
Empieza a amanecer.
Ahora el niño coge de la mano al intruso, quien lo guía hacia un destino incierto.


Extenuado, el niño cae al suelo.
Cuando se despierta, lo primero que ve son las copas de los árboles.
Luego se incorpora y ve a otro niño disfrazado de pollo igual que él.


El otro niño parece hacerle gestos indicándole una salida.


Pero de pronto aparece el intruso.
Grita y golpea los troncos de los árboles mientras busca al niño.
Le invade una furia demoníaca.


El niño empieza a correr haciendo caso omiso de las indicaciones de aquel otro niño.


El intruso persigue al niño, a quien invade un terror sobrenatural.
El sol acaba de salir y su luz se cuela entre los árboles.
Más allá de éstos, el niño ve un precipicio y se rinde.


Pero entonces, el intruso se detiene a su lado y mira hacia el precipicio.
Se quita la chaqueta.
El niño lo mira con una mezcla de terror y asombro aunque, debido a la máscara, no podemos comprobarlo.
Pasados unos segundos, el intruso se quita la máscara y descubre su rostro.


Que no es otro que... ¡el del niño de mayor!
El intruso ríe ante la desgracia del niño.


El niño grita aterrorizado ante la imagen de su propia vejez.
Quiere correr pero sus piernas están agarrotadas.
El intruso agarra al niño por los brazos.
Forcejean.


El niño se logra deshacer de las manos del intruso.
Se lanza a sus piernas y lo hace resbalar.
El cuerpo del intruso cae al vacío.

El niño se sienta en el suelo y llora.
No tanto por haber acabado con la vida de una persona sino por el hecho de saber que será eternamente joven.

3 comentarios:

Pol dijo...

Tú que eres puro vicio, ¿conoces Treme, de David Simon?. David Simon es el tipo que engendró The Wire, honor y gloria. Treme es su última aportación al mundo. Si no la conoces, que no te dé vergüenza ninguna, concédele parte de tu tiempo, ya verás qué bien: http://www.mejorenvo.com/descargar-serie-15960-15961.html

Lo de los pollos está fino, por cierto; es como Inland Empire cuando hay pollos en el bosque; es como 12 monos cuando, al final, el mismo que muere, pues también vive.

Un cordial saludo.

diego dijo...

Hola Pol,

Pues precisamente me habló de los efectos curativos de esta serie mi buen ami Laurent, que está retirado en su Málaga natal disfrutando de una segunda juventud y tiene tiempo libre y buen gusto a partes iguales.

Gracias por la recomendación y por el link.

Un abrazo.

Conejo dijo...

¡Qué genial! Por lejos mejor que la publicidad original.