martes, mayo 04, 2010

un mueble de Ikea

Si te tengo que recomendar un libro, y eso lo hago muy de vez en cuando, porque yo eso de leer como que me da pereza, ensartar una letra con otra y comprender la palabra, y luego la frase y luego el todo, comprender la palabra y el todo a mí me da pereza, por eso empiezo un libro cada diez segundos y cada diez segundos lo dejo y empiezo otro, y así compruebo que el todo que estoy comprendiendo se acerca más a la nada que al todo propiamente dicho, la cuestión es que hace unos días me empecé a leer un libro y todavía no lo he dejado, llevo más de diez segundos con él, incluso más de diez días, distribuyéndome las página para que este festival no se acabe nunca o, a poder ser, se alargue lo más que pueda, y este libro lo recomendaba el crítico de cine Sergi Sánchez en un suplemento especial kitsch de Sant Jordi que tuve en mis manos no más de diez segundos, pero en ese tiempo pude leer la recomendación del Sánchez, que hace años anda recomendándome, sin él saberlo, libros y pelis, desde que un día me recomendó, sin él saberlo, Sesión de cine, de Robert Coover, y yo fui a comprármerlo, sin él saberlo, y me lo leí, ni mucho menos él sabía que me lo estaba leyendo, ni mucho menos, y cómo me gustó Coover, y qué descubrimiento gracias al Sánchez, luego Quim Monzó me dijo que Azotando a la doncella era uno de sus libros preferidos, junto con El hurgón mágico, del que escribe el prólogo en la edición Anagrama, la cuestión es que, mirando durante diez segundos el suplemento kitsch de Sant Jordi, (no sé por qué pongo en cursiva kitsch) pasando rápidamente las páginas como quien busca el nombre de un familiar en la sección de sucesos, descubro al Sánchez recomendando un libro del que nunca había oído hablar, un libro de 1991, traducido ahora, editado por Libros del Asteroide, titulado Jernigan y escrito por David Gates (1947), así que al día siguiente me lo compré, tacto y peso agradables, color naranja y, aunque no tiene la más mínima importancia, prólogo del pesado de Rodrigo Fresán, que a este paso llegará a escribir el prólogo de las instrucciones de montaje de un mueble de Ikea.

En fin.
Si no me quieres hacer caso a mí, házselo a Sergi Sánchez, pero este libro es lo mejor que he leído en años.

1 comentario:

TSI-NA-PAH dijo...

Tu palabra es sagrada!