jueves, junio 17, 2010

excepto a uno

De pequeño jugué a balonmano en los juegos escolares.

Éramos malísimos.
O al menos eso había pensado siempre.

Sólo ganamos un partido en toda la liga.

Ninguno de nosotros tenía novia por aquel entonces. Sólo nuestro portero.
Entrenábamos un par de horas a la semana.
Jugábamos los sábados por la mañana.

La novia vino a todos los partidos.

Excepto a uno.

3 comentarios:

Ángel dijo...

Je,je.Muy buena la relación.Pues o despiden a la Carbonero o que juegue Valdés,porque sino estos no le ganan ni a Honduras.

TSI-NA-PAH dijo...

Hay que jugar mas con la cabeza y menos con los huevos!

Ángel dijo...

Eso en nuestro caso es bastante dificil.