sábado, octubre 20, 2007

tomar una curva



2. Jane Mansfield y las tijeras de Satán.
Marilyn Monroe estaba buena, sí.
Pero Jane Mansfield lo estaba más.
Y el amigo de la foto les acarició el culito a las dos, primero a la una y luego a la otra, y seguramente les hizo algunas cosas más que ahora no puedo reproducir por estar en horario infantil.
El afortunado se llamaba Anton LaVey y fue un mago que fundó en California la Iglesia de Satán un 30 de abril de 1966, en plena efervescencia hippie, autoproclamándose Papa Negro y decidiendo que ese día sería el primero del año I del reino de Satanás. Porque yo lo valgo.
El hecho es que LaVey se convirtió en una de las personas más temidas y respetadas del mundillo de Hollywood, cosa que le permitió acercarse a las estrellas del momento, entre ellas Marilyn Monroe, con quien mantuvo un diabólico romance.
Pero la actriz murió, y la cama de Lavey se le hacía grande y todavía olía a Channel nº5. Así que abrió sus alas y fue a la caza de una joven playmate que vivía a la sombra de la Monroe: Jane Mansfield.
Este romance no le hizo ninguna gracia al novio de Jane, claro, y tuvo un encontronazo con el mago en el que le advirtió que no se acercase a su chica, así, con el dedo índice levantado a la altura de la nariz. No se sabe, pero quizá LaVey soltó una carcajada seguida de una premonición: un grave accidente está por llegar.
Y no tardó. Semanas después, la Mansfield y su novio cachas, salen disparados a través del parabrisas de su coche al tomar una curva demasiado rápido, concretamente a unos 128 km/h.
En el accidente, la actriz, que ya había perdido la cabeza por LaVey, ahora la vuelve a perder, literalmente.
Días antes del accidente, LaVey recortaba del periódico un anuncio de Channel nº5 en el que aparecía su amada Marilyn. En el reverso de la foto, casualmente, aparecía una de Jane Mansfield y su novio.
Y, casualmente también, ay, las tijeras habían pasado, ay,...a la altura de sus cuellos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

mola... ¿cómo sabes esto?

diego dijo...

Los tiempos están cambiando.
Hoy, la respuesta ya no está en el viento.
Está en Google.

Anónimo dijo...

cómo mola...!

g dijo...

La historia, más completa y con más matices, también está en Tu rostro mañana de Javier Marías.
Dejo en tus manos encontrar en qué volumen.
Merece la pena.