El pasado viernes, #annasimon fue el Trending Topic en Twitter (España).
O, lo que es lo mismo, el mundo se revoluciona ante la visión de dos tetas.
Anna Simón hizo descansar al mando a distancia por unos minutos al aparecer de esta guisa en el programa Tonterías las justas (Cuatro, 16:00).
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La cuestión es que la Simón luce (o le hacen lucir) escotes atrevidos día sí día también.
Pero lo del viernes, para mi gusto, produjo vergüenza ajena.
Con esto no digo que esté en contra de un escote ni nada de eso.
Creo que ya me entiendes.
Una cosa es la insinuación elegante, agradablemente estética, y otra esto.
Es cierto que la chica tiene esas tetas, qué va a hacer, está orgullosa de ellas y las muestra. Pero otra cosa es que se utilice de una manera tan descarada el sexo para ganar audiencia.
Porque aquí no hay una segunda lectura de los hechos, la imagen de Anna Simón, tanto si eres hombre como mujer, la única lectura, el único pensamiento que te permite es: tetas. Podría haber un hombre ahorcado al fondo que tú sólo verías: tetas. Le miras la cara de vez en cuando, como para comprobar que ella sigue ahí, pero lo único que pretende esta imagen es que le mires las tetas. Es la única función, hablemos claro. Pero, ¿debería ser la única función? ¿Acaso a alguien le importa si Anna Simón tiene talento, es simpática, ocurrente, inteligente?
Todas la virtudes y defectos que pudiera tener la presentadora son anulados por su escote.
Y esto es lo que de alguna manera yo denuncio.
(Qué de derechas sueno, ¿no? "Yo denuncio", dije.)
Pero bueno, qué es lo que vende, me dirás, toda la vida ha sido así.
Es eso lo que me cansa. Me cansan las cosas que son porque toda la vida han sido así.
Qué es lo que vende hoy en día: el sexo y la incultura.
Imagina que alguien asegura que existe una sex-tape de Belén Esteban.
Nadie podría calcular lo que las televisiones podrían pagar por ella.
Te lo puedes imaginar tú. Pregunto.
Una sex-tape de Belén Esteban.
Piénsalo.
Cima. Hito. Vórtice.
Y volviendo al tema Anna Simón y para acabar este discurso vacuo, también me cansa el machismo que lo envuelve todo (la televisión en especial y en este caso) como una capa de mierda seca, como un vómito que nadie limpió a la salida de un bar.
Y lo peor es que nosotros vivimos en ese bar, donde alguien colgó un cartel hace tiempo, escrito a boli, con letra temblorosa, en el que se puede leer: Cerrado por defunción.
Veo machismo en la tele, en las vallas publicitarias.
Pero también lo veo en los niños, en clase.
Y son ellos los que más me hacen pensar.
Aquí una muestra del machismo carpetovetónico y zascandil propio del programa en cuestión.
Me pregunto si ella está a gusto con esta situación. En serio. Supongo que sí, nadie la obliga a quedarse en ese programa.
Quién sabe si llora a solas en su camerino.
Y no estoy bromeando.
En fin, no me hagas caso, ya te lo dije: un vienés decimonónico.
Pero tú, como chica, ¿qué piensas de todo esto?
Y tú, como chico, también, ¿qué?
4 comentarios:
Unas tetas como esas me hacen falta para llorar entre ellas y olvidarme de esta maldita vida que a veces no hace mas que dar por c**o.
Un abrazo amigo
Soy fan de esta tia desde ahora, llevo 15 dias sin enceder la televison, estoy un poco out of order en todos sentidos!
qué vergüenza ajena me da el vídeo, pobre chica...la verdad es que de un tiempo a esta parte por la tele todos los reporteros y presentadores son chicas y casualmente todas muy resultonas (y por cierto, muy delgadas y ninguna pasa de los 35). Yo tampoco quiero pensar mal, pero qué casualidad, pienso.
estoy con que llora en su camerino, seguro.
Coincido con mi amigo 4strongs,esto es lo que mueve almundo.
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