martes, noviembre 13, 2007

LaMuerte y UnAmigo

Con la segunda seta viajé a otro lugar. En él me encontré a LaMuerte y a UnAmigo.
Por la tarde T. y yo salimos a pasear. Resultó que también existían. Estaban observando una partida de ajedrez gigante.
Hablaban sin mirarse, atentos a la jugada.

Les hice esta foto.



Y esto fue lo que dijeron.

LaMuerte: No está jugando bien.
UnAmigo: No sabe.
LaMuerte: Sí que sabe. Lo sé. Pero ahora no está jugando bien. No se está esforzando.
UnAmigo: Estará cansado.
LaMuerte: Pues entonces que no juegue. No hay que jugar si no se quiere ganar.
UnAmigo: Bueno, yo no le daría tanta importancia, sólo es un juego.
LaMuerte: Yo sí que le doy importancia.
UnAmigo: Pero, ¿a ti qué más te da?
LaMuerte: No me hables así.
UnAmigo: Perdona, quería decir que por qué te preocupas tanto.
LaMuerte: No estoy preocupado.
UnAmigo: Pues lo pareces.
LaMuerte: Yo soy así.
UnAmigo: ¿Dónde vas luego?
LaMuerte: No lo sé. Aquí y allá. No lo tengo pensado. No pienso en esas cosas.
UnAmigo: Yo iré al bar de Rose, lo digo por si te quieres venir.
LaMuerte: El bar de Rose ya no está.
UnAmigo: ¿Qué quieres decir?
LaMuerte: Lo que has oído, que el bar de Rose ya no está, no hay bar de Rose.
UnAmigo: Pero eso no puede ser, ayer estuve allí.
LaMuerte: Ayer fue ayer. Hoy es hoy.
UnAmigo: ¿Es lo único que se te ocurre decir?
LaMuerte: No me hables así, te lo repito.
UnAmigo: Quiero decir que si no sabes nada más sobre el bar de Rose.
LaMuerte: Que no está. Creo que es suficiente.
UnAmigo: De acuerdo, me voy al bar de Rose.
LaMuerte: No está.
UnAmigo: Bueno, me lo inventaré.
LaMuerte: Eso es una estupidez.
UnAmigo: Tienes razón.
LaMuerte: ¿Eres un estúpido?
LaMuerte: Entonces no digas estupideces.
UnAmigo: ¡Eh! ¿Por qué has hablado dos veces seguidas?
LaMuerte: Porque soy LaMuerte y puedo hacer lo que quiera.
UnAmigo: Está bien.
LaMuerte: Ya está. Jaque mate.
UnAmigo: Es cierto.
LaMuerte: Me voy.
UnAmigo: Yo me quedaré un rato más.

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