martes, marzo 25, 2008

unas quince

Tonterías que me gustan.
Acabo de ver lo que cobra Beckham por minuto desde que está en Los Angeles. Minuto jugado, quiero decir, no minuto vital, que sería otro tema.
Bien, esta es la cifra, lo que cobra por minuto jugado, repito: 16.764 euros.
Es decir, unos tres millones (3.000.000) de las antiguas pesetas.
Por minuto jugado, ¿te lo repito otra vez?
¿Para qué sirve que te den cifras como estas? Está claro, para calcular lo que cobras tú por minuto, para calcular lo tuyo.
Lo acabo de calcular. No sé si es un error de la calculadora pero me sale 0,098958333 y todo lleno de treses.
Es decir, unas quince (15) de las antiguas pesetas.
Pero, lo que importa: ¿es Beckham feliz con su pareja? Yo sí.
Y más: ¿tiene Beckham fiesta este sábado? Yo sí.
Eso sí que es un gol de rosca y por la escuadra.
Bend it like Diego! (Suena a reclamo en un puesto de fajitas en Tijuana)

El otro día recorté de un suplemento una especie de entrevista en la que le preguntaban a Quim Monzó qué es lo que llevaba en su maleta. Lo detallaban como si fueran ingredientes al lado de una foto de todo encima de la mesa, como esas de cuando pillan armas a terroristas.
Mira, esto es lo que llevaba:
1. Agenda donde anota todo lo que tiene que hacer a diario; libreta donde escribe ocurrencias y un portafolio con teléfonos.
2. Libros. Actualmente está leyendo: Safari ártico de Jorn Riel y The story of our lives de Mark Strand.
3. Bolis. Uno sin tinta que tiene que recargar y dos que sí funcionan.
4. Llaves. Las de su piso, segunda residencia, estudio y coche.
5. Pastillero. Con dos pastillas de nitroglicerina por si le da un infarto.
6. Rotulador fluorescente. Para señalar frases de lo que lee.
7. Bolsa. Plegable y de nylon por si va de compras.
8. Catalejo.
9. iPod.
10. Tijeras pequeñas de punta redonda.
11. Cinta métrica Stanley.
12. Gafas: dos de sol, unas para leer y escribir y otras progresivas.
13. Caramelo.
14. Lupa.
15. Auriculares para el móvil que nunca usa, pero debería "para no sufrir cáncer de oreja".
16. Celo con dispensador.
¿Es nuestro bolso/maleta/cartera nuestro más fiable D.N.I.?

Hace un par de días leí una entrevista a Vila-Matas y una de las respuestas me llenó de alegría, no sé por qué. La pregunta era algo así como que por qué no iba al cine, cosa que él afirmó en un artículo. Y Vila-Matas responde que en su juventud escribió un libro titulado Nunca voy al cine y quedó atrapado por su título y nunca ha querido desmentirlo.
¿Hay algo más?

1 comentario:

el Shysh dijo...

Pues no voy al cine porque pagar 6 euros y pico para echar la siesta es un poco caro y mi sofá es más barato y mucho más cómodo.