miércoles, julio 09, 2008

esta misma cosa

Un grupo de personas gritan tras escuchar un cohete.

A mí la fiesta de San Fermín como que me da más vergüenza ajena cada año que pasa, cada año que me hago más mayor, más carca.
A mí la fiesta de San Fermín como que me da más asco en el sentido más amplio e íntegro de la palabra.


asco.
(De asqueroso).
1. m. Alteración del estómago causada por la repugnancia que se tiene a algo que incita a vómito.
2. m. Impresión desagradable causada por algo que repugna.
3. m. Esta misma cosa.


(¿Qué quiere decir la tercera definición? Esta misma cosa. No lo entiendo. ¿Me he vuelto más imbécil de lo que era hace un minuto o qué está pasando? En fin, me da igual. Pero no entiendo la tercera definición que da el DRAE. ¿Habrá sido un jaker que se ha colado? Esta misma cosa. ¿Qué coño?)


Decía que a mí la fiesta de San Fermín me da cada año más asco y vergüenza ajena.
No la podré entender nunca.
Como tampoco qué coño pintaba el Hemingway allí y por qué coño es un reclamo Hemingway para los americanos cazurros borrachos que van a Pamplona.
Hemingway representa lo mejor y lo peor, joder.
Leo sus cuentos y me podría cortar las manos para no intentar escribir nunca más.
¿Qué se puede hacer después de leer un cuento de Hemingway? Cortarse las manos.
Pero luego lo veo ahí, en las fotos de mierda que cada año se apresuran a enseñar los de Antena3, como diciendo oye, que Hemingway venía a los San Fermines, a ver qué pasa y me vienen arcadas, que me sube todo el ácido. ¿Y qué coño significa eso? Es una puta mierda de fiesta vaya quien vaya. Además, los que miramos Antena3, ¿acaso sabemos quién es el puto viejo ese?


¿Y todo esto a qué viene, a dónde quiero llegar? A ningún sitio, ya te aviso.
Siempre empiezo a escribir sin tener ni idea de lo que voy a hablar pero hoy mucho más.
Eso se refleja en las visitas a este blog.
Si tuviera las ideas claras, en general, si mis ideas fueran claras, límpidas, precisas, ordenadas, otro gallo cantaría y, cuando empezase a cantar, le dispararía con la escopeta de perdigones que robé de aquella feria en la que se perdió un niño y luego lo encontraron en un pozo, vivo, pero con miedo y tierra debajo de las uñas.


Que los San Fermines me parecen patéticos.
Y que los emitan en la tele mucho más. No hay nada más absurdo que ver correr a toros y personas durante dos minutos a lo largo de una calle que siempre resbala.

También veo que existe una tradición gilipollas, como todas las tradiciones, una tradición inventada por algún borracho o algún inglés, que es lo mismo, que trata de lanzarse desde una fuente y esperar a que un grupo de personas, avisados ellos, te cojan como si de un colchón se tratara. Se ve que viene como atracción en los folletos para los turistas: tirarse desde una fuente de tres metros y caer en brazos de unos borrachos. El sueño de cualquier persona.
Al menos el mío.


Los San Fermines me dan asco y vergüenza ajena y me pregunto si a los pamploneses y a las pamplonesas les pasará lo mismo.
Yo creo que sí.
Porque por mucha tradición, por muchos abuelos que hayan corrido en los encierros, blablabla, una mierda acaba siendo una mierda.
A mí cada vez me molestan más las tradiciones, ya sea San Fermín ya sea una cena de Navidad con cuatro familiares.
Las tradiciones deben ser exterminadas y emitidas por la tele, sin dar un paso en falso, de un día para otro, en un segundo, que todo se vaya a la mierda porque mierda es.
Las tradiciones son supersticiones encubiertas y las supersticiones son la fiel imagen de la incultura.
Pero, Diego, para salir adelante, lo que hace falta aquí es incultura, ¿no habíamos quedado así?, entonces, ¿qué coño dices?, entonces, ¿a dónde quieres llegar, Diego, gilipollas?, entonces, ¿en qué quedamos?
Entonces, ¡que viva San Fermín!
Coño ya.

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