Te voy a contar un secreto: me siento un inútil.
Si esto es lo que querías oír, ahí lo tienes, si te hace gracia, allá tú, a mí no, aquí está mi actualización de hoy, no tengo nada que decir aunque ya lo he dicho, y te lo vuelvo a repetir sin ningún tipo de complejos: me siento un inútil, y pregunto: ¿qué diferencia hay entre sentirse un inútil y ser un inútil?, y respondo: creo que ninguna, cuando la inutilidad te invade, ahí está para distorsionarlo todo, ya no te sientes, ya eres, ya no eres, ahora sólo te sientes, ¿y qué más da?, digo yo, sintiéndome un inútil, ¿y qué más le da a esta persona lo que le estás diciendo?, no le importa en absoluto, como no me importa cómo se sienta ella, y sentirse un inútil es como ir quedándose calvo, lo puedes ir disimulando, sí, pero, ¿para qué?, tarde o temprano la gente sabrá que te sientes un inútil, que eres calvo, por eso he decidido que lo mejor es que lo sepas antes que nadie: me siento un inútil, y lo mejor es que no me siento mal al decirlo, no es que me deprima ni nada de eso, lo mejor es que me siento bien diciendo que me siento un inútil y no me sienta mal decirlo, y alguien dirá: ¿podría hacer algo para que no te sintieras un inútil?, y yo le contestaría: no, porque sentirse un inútil es algo único, irremediable, y nadie puede hacer nada por ti, sólo tú, y lo malo de esto, lo peor de sentirse un inútil, lo que más rabia me da de todo este asunto es que, por más que quiera, no le puedo echar la culpa a nadie.
4 comentarios:
Clamar o predicar en el desierto: loc. Intentar persuadir en vano a una persona de algo que no está dispuesta a admitir.
Por cierto, mi móvil dice 13:16 y la entrada 13:29 (applause).
Más que una diferencia, creo, lo que une/separa el sentirse un inútil y ser un inútil es una relación de causalidad y temporalidad. Uno se CONVIERTE en un inútil en el momento en que, porque, se convence de que ES un inútil.
Si me apuras, te diré que no conozco a ningún inútil, inútil integral. Conozco a gente más o menos agradable, más o menos sana, más o menos enriquecedora, pero ningún inútil. Y tú estás siempre en la categoría de los que suman y siguen. No te convenzas a ti mismo de lo contrario, que ya habrá gente que intentará hacerlo por ti. Y sin motivos.
Eso sí: un 10 como monólogo ficticio. Lo malo es que te equivocaste de blog. Aunque no sumen 100 palabras, esto es carne de la madera es nuestra.
Yo suelo culpar a la genética, es más fácil.
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