Qué buena idea la de comprarse el Cahiers du cinema español.
Qué buena idea tuvieron al traducir ese fanzine francés y ponerlo en los kioscos de incluso los centros comerciales de extrarradio de incluso encontrarlo en el sitio incluso correcto de encima de al lado detrás escondido de las revistas para listillos, ahí dónde te tienes que poner muy de puntillas o agachar hasta oír algún clac cervical.
Qué buen número este el de Cahiers du cinema español, este de julio-agosto para leer en el sofá y que el aire entre por la ventana y te pase las páginas, este de cine invisible, con su lista de cincuenta (50) pelis ni más ni menos que no vas a ver ni en pintura por aquí, en este país para viejos, y en cambio sí podrá ver tu colega el que está de erasmus fumando porros.
Qué necesario este número del Cahiers que podría subtitularse Spain: el tercer (o cuarto) mundo cinematográfico.
Qué buenos son, joder, aunque a veces esté diez minutos leyendo el mismo párrafo y preguntándome dónde coño empezaba la frase, cuál es el sujeto, cuál el complemento directo, cuál el propósito de los redactores, ¿desquiciarme?, vuelvo a repetir, qué buenos son, joder.
El Àngel Quintana qué bueno es, cuánto hay que aprender de este hombre y qué poco de, por ejemplo, mí.
La Eulàlia Iglesias, con sus comas allí donde hacen falta y no en cualquier sitio y con su diadema mientras escribe por la noche, me la imagino a la Eulàlia.
El Monterde, cualquiera le dice algo al Monterde, que le ha puesto un dos (2) sobre diez a Los Cronocrímenes del Vigalondo, cualquiera dice que es buenísima esa peli si el Monterde le ha puesto un dos.
Echo en falta al Sergi Sánchez, que para mí es el más grande, the man, y al Quim Casas, que, aunque no se moja mucho en sus críticas, lleva Converse. Sus motivos tendrán, el Sergi y el Quim.
Pero aún sin estas stars (estas stars), qué buena opción es el Cahiers du cinema. Incluso mejor opción que este blog que te lo recomienda, imagínate.
Me descubre, ya no a ti cuando te la compres, a un artista neerlandés, Martijn Hendriks, que ha cogido la peli Los pájaros de Hitchcock, así, con sus dos manitas de artista neerlandés, la ha cogido y ha dicho: le voy a quitar los pájaros (de los cojones).
Qué buena idea tuvieron al traducir ese fanzine francés y ponerlo en los kioscos de incluso los centros comerciales de extrarradio de incluso encontrarlo en el sitio incluso correcto de encima de al lado detrás escondido de las revistas para listillos, ahí dónde te tienes que poner muy de puntillas o agachar hasta oír algún clac cervical.
Qué buen número este el de Cahiers du cinema español, este de julio-agosto para leer en el sofá y que el aire entre por la ventana y te pase las páginas, este de cine invisible, con su lista de cincuenta (50) pelis ni más ni menos que no vas a ver ni en pintura por aquí, en este país para viejos, y en cambio sí podrá ver tu colega el que está de erasmus fumando porros.
Qué necesario este número del Cahiers que podría subtitularse Spain: el tercer (o cuarto) mundo cinematográfico.
Qué buenos son, joder, aunque a veces esté diez minutos leyendo el mismo párrafo y preguntándome dónde coño empezaba la frase, cuál es el sujeto, cuál el complemento directo, cuál el propósito de los redactores, ¿desquiciarme?, vuelvo a repetir, qué buenos son, joder.
El Àngel Quintana qué bueno es, cuánto hay que aprender de este hombre y qué poco de, por ejemplo, mí.
La Eulàlia Iglesias, con sus comas allí donde hacen falta y no en cualquier sitio y con su diadema mientras escribe por la noche, me la imagino a la Eulàlia.
El Monterde, cualquiera le dice algo al Monterde, que le ha puesto un dos (2) sobre diez a Los Cronocrímenes del Vigalondo, cualquiera dice que es buenísima esa peli si el Monterde le ha puesto un dos.
Echo en falta al Sergi Sánchez, que para mí es el más grande, the man, y al Quim Casas, que, aunque no se moja mucho en sus críticas, lleva Converse. Sus motivos tendrán, el Sergi y el Quim.
Pero aún sin estas stars (estas stars), qué buena opción es el Cahiers du cinema. Incluso mejor opción que este blog que te lo recomienda, imagínate.
Me descubre, ya no a ti cuando te la compres, a un artista neerlandés, Martijn Hendriks, que ha cogido la peli Los pájaros de Hitchcock, así, con sus dos manitas de artista neerlandés, la ha cogido y ha dicho: le voy a quitar los pájaros (de los cojones).
Y eso es lo que ha hecho: borrar digitalmente todas y cada una de las aves que aparecen en la película.
El resultado es una peli mucho más inquietante, bizarra, casi surrealista.
El resultado es una peli mucho más inquietante, bizarra, casi surrealista.
Una segunda obra maestra.
Lo puedes ver en su web, buscando en su list of works and projects (a la derecha, arriba) el proyecto en cuestión, que ha titulado Give us today our daily terror.
(Qué título más bueno, joder. Qué rabia le tengo a este hijo de puta).
Se pueden ver tres escenas ya retocadas.
(Qué título más bueno, joder. Qué rabia le tengo a este hijo de puta).
Se pueden ver tres escenas ya retocadas.
2 comentarios:
Me pierdo, no se cuando es ironía y cuando no. De todas formas me parto con los textos, aunque no tenga ni zorra de cine ni conozca a tales personajes.
Saludos desde Amsterdam.
toni: yo también me pierdo. Creo que es algo común en Occidente hoy en día.
Me alegro de que te diviertan los textos.
En este en particular no hablo con ironía: recomiendo muy mucho esa revista.
Sí es verdad que suena un poco a cachondeo el tema, pero no era mi intención. Me gusta de verdad la revista.
Saludos desde Barcelona.
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