viernes, enero 26, 2007
es mejor que se mantega en secreto
Empiezo aquí una serie indefinida de entradas que tratarán, de una forma totalmente personal, claro, las relaciones entre cuadros y canciones. Siempre facilitaré el cuadro en cuestión, no la canción. ¿ Y por qué no las dos cosas, ya que te pones? Siempre facilitaré el cuadro en cuestión, no la canción. La serie está diseñada como una especie de manual de instrucciones y la podréis encontrar bajo la etiqueta “cantado, pintado”.
Seguid los siguientes pasos:
1. Buscad en vuestra discoteca algún disco de Leonard Cohen, si puede ser el “Songs of love and hate”. De ahí, para este experimento, utilizaremos la primera canción, “Avalanche”. En el caso de que no tengáis esta canción, bajáosla de internet. También es válido.
2. Una vez tengáis esta canción en vuestras manos, sobretodo, no la escuchéis hasta que no sea el momento, en el último punto de estas instrucciones. Es probable que ya la hayáis escuchado. En ese caso, no la volváis a escuchar hasta que se os indique.
3. Comprad un billete a Madrid. Si es posible para estar al menos un domingo allí.
4. Preparaos la maleta y, sobretodo, no olvidéis llevaros la canción “Avalanche” con vosotros. No es líquida, así que no tendréis problemas para pasarla en el caso de que viajéis en avión.
5. Una vez en Madrid, mejor para vosotros si es domingo, dirigíos al Museo del Prado y buscad la sección de los cuadros de Goya, en concreto su obra “Perro semihundido”.
6. Cuando estéis delante del cuadro, escuchad “Avalanche” con vuestros auriculares y permaneced observando la pintura durante los 5:00 minutos que dura la canción. Podréis apreciar que la cabeza del perro parece más hundida que hace cinco minutos y que vuestros pies están enterrados en arena. Es algo que nadie ha podido explicar todavía. Numerosos expertos han confirmado que si cien personas al mismo tiempo se pusieran a mirar ese cuadro escuchando “Avalanche”, la cabeza del perro desaparecería por completo. Es algo que poca gente sabe y es mejor que se mantenga en secreto.
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2 comentarios:
Hay quien afirma, basándose en la curiosa credibilitat de unas misteriosas radiografías hechas a la pintura, que la cabeza del perro es un añadido anónimo posterior.
Alabados sean los anónimos.
No daré a basto para tanto viaje por las capitales europeas! Quiero ir a la Tate y al Museo del Prado... ya!!!!!!Como siempre, otro gran acierto. Qué crack ;-)
:-******
PD: en 2 semanas seré la secretaria de 8 gerentes. Resérvame sitio en el manicomio más cercano, a ser posible con la compañía de Randle McMurphy :-P
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