viernes, enero 26, 2007
tiene que residir fuera del mundo
Wittgenstein, en el prólogo de su "Tractatus logico-philosophicus" nos advierte: "Este libro sólo será entendido quizá por quien alguna vez haya pensado por sí mismo los pensamientos que en él se expresan o, al menos, pensamientos parecidos. No es éste pues un libro de texto. Su objetivo lo alcanzaría si procurase placer a quien lo leyera comprendiéndolo".
Si os digo la verdad, y como diría el filósofo, este libro me procura placer. Pero no porque lo comprenda cuando lo lea, sino por todo lo contrario.
¿Se puede disfrutar algo que no se entiende? Por supuesto. Es más, y esto es una opinión personal, como todo lo que escribo en este maldito blog, lo que no se entiende, se disfruta mejor. Así de claro. (No estoy diciendo que si lo entiendo ya no me proporciona placer)
Por ejemplo, el amor procura placer. Hasta ahí todo correcto. Ahora explicadme qué es el amor.
Otro ejemplo, la segunda parte de "Mulholland Drive" procura placer, quizá menos que el ejemplo anterior, pero bueno. Ahora explicadme qué coño significa.
Me da igual lo que signifique. Me hace sentir bien y eso es lo que importa.
No quiero saber qué significa lo que me hace sentir bien.
En fin, paro ya de decir estupideces y os dejo con un fragmento del libro, en concreto con el punto 6.41, uno de mis favoritos:
"El sentido del mundo tiene que residir fuera de él. En el mundo todo es como es y todo sucede como sucede; no hay en él valor alguno y, si lo hubiera, no tendría ningún valor.
Si hay algún valor que tenga valor, tiene que residir fuera de todo lo que sucede y de todo lo que es de esta y aquella manera. Pues todo lo que sucede y todo lo que es de esta y aquella manera es accidental.
Lo que lo hace no ser accidental no puede residir en el mundo pues, en ese caso, eso sería, a su vez, accidental.
Tiene que residir fuera del mundo".
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