Cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo: viajar es la mejor inversión que puedes hacer con tus míseros ahorros.
Algo que tenéis que saber de mi: mis ahorros van destinados a cds, libros y viajes. Vaya pedazo de pijo asqueroso, es lo que alguien ha dicho ahora mismo. Bueno, no le llevaré la contraria. El día en que me saque el carnet de conducir (risas) y me compre un piso (más risas), mis ahorros irán destinados a gasolina, hipoteca, cd, libr y viaj. Por eso ahora supongo que estoy haciendo acopio de material, para el día en que este show se acabe. Pero bueno, por ahora el show está en su momento álgido y yo tengo un asiento en primera fila desde donde puedo ver cómo les tiemblan las manos a los actores. Y no tengo ganas de levantarme e irme porque no tengo ganas de levantarme e irme.
Cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo: las ciudades son estados de ánimo. Por mucho que te digan que París es una de las ciudades más románticas, si tú viajas después de que tu pareja te haya dejado por otra persona, París será una ciudad desoladora y gris, odiaréis a Amélie y, sobretodo, la forma de los cruasanes. Haced la prueba.
Cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo: esta ciudad le gustaría a. Porque todas las ciudades tienen cosas de personas que conocemos. Este jardín le encantaría a, en estas tiendas se volvería loca la, este olor le gustaría a, este paisaje me recuerda a, en este museo disfrutaría el. Y así con todo. También puede darse el caso de que no conozcamos a ninguna persona a la que le pueda gustar nada de la ciudad donde estamos, cosa rara. En ese caso, simplemente disfrutaremos de la ciudad mientras nos decimos “no conozco a nadie a quien le pueda gustar esta ciudad”. Así de fácil.
Cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo: tendría que haberle comprado algo a mis padres. Pero nunca sé qué comprarles. Y no voy a comprarles bombones en el aeropuerto, ni un imán para la nevera. En las ciudades que he visitado no hay nada para mis padres y, si lo hay, es demasiado caro. Soy un mal hijo. Quizás.
Cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo: me siento mejor persona. Es lo que siento, cada viaje me cambia, algunos más que otros, pero todos me hacen crecer aunque yo no lo quiera.
Todo este rollo para no decir nada o que ya estoy de vuelta a los escenarios o que se acabó la buena vida o que tengo ganas de ir a otro sitio ya.
En fin, todo este rollo sólo para decir que cada vez que vuelvo de un viaje pienso más o menos lo mismo.
1 comentario:
Hola, creo que los "comments" no están destinados precisamete a lo que voy hacer yo ahora... pero no sé como darte las GRACIAS...ya tengo tu CD, así q muchas gracias!!! Esta noche antes de irme a dormir lo escucharé y mañana cuando vea a la Sra. Serrano le diré: "me ha gustado mucho el CD de tu hijo", bla bla bla... Sigue escribiendo que lo haces muy bien...y no lo borres...y hazle caso a tu madre!!!
Bona nit.
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