viernes, febrero 16, 2007

globos de agua

Cuando me conociste estaba perdido. Era la lágrima de un niño aprendiendo a nadar. Ahora no quiero oír una palabra. No quiero que me digas te quiero. Ahora no necesito que me lo digas, ahora no quiero oírlo, joder. Antes sí, claro, pero ahora ya no hace falta. Porque no sirve de nada. Porque no sirve de nada, te he dicho. Ahora quiero que pises mis dedos como si fueran globos de agua que quisieras reventar. Así es como me siento, qué quieres que te diga. Y no hace falta que empieces a llorar, joder. Con un perdedor en la mesa basta. Pásame el cuchillo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Uno se acostumbra al dolor igual que a la vejez, a la vida, a una enfermedad, a un sanatorio o a una cárcel."
Jorge Luis Borges

;-) :-*****