No sé a qué temperatura hemos estado pero, si hoy me despierto de un coma, digo que es 20 de julio.
Las estaciones han desaparecido.
Nuestros nietos nos pedirán que les contemos otra vez esa historia de cuando nos salía humo por la boca. El invierno durará tan poco como una noche. "Cuando amanezca, ya me habré ido". Será una nueva adivinanza. Y esa noche será la noche más esperada, en la que todo el mundo salga a la calle de madrugada, sobretodo los niños, y todos se abrazarán de frío, y todos tiritarán por primera vez, y todos los niños aullarán en silencio para comprobar que era verdad lo que les contamos algún día.
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