Casillas parándome esos fantasmas.
Coge un diario hoy:
Por fin se ha roto el maleficio.
España se sacude los fantasmas.
Exorcismo en Viena.
Derrotando mitos.
"Sólo hemos ganado una pequeña batalla".
Tengo la sensación de haberme despertado en la Edad Media. ¿Tú no?
En fin.
Ayer vimos una buena peli de más de dos horas y cuando ya pensábamos que el protagonista se iba a salvar con esa suerte que los guionistas escriben para los protagonistas, en el último suspiro aparece el personaje secundario, el que se ha estado quedando sin la chica el resto de pelis, el perdedor, y fulmina al protagonista con suerte simplemente dejándose caer a un lado.
Hoy la gente tiene ese regusto que dejan las buenas películas con un giro inesperado.
Hoy la gente no está orgullosa ni de ser de un sitio ni de ser de otro ni de ostias.
Hoy la gente está contenta porque ha comprobado que los perdedores pueden dejar de serlo.
Y esto es un alivio.
Para todos.
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