Ayer fuimos el Tomás y yo a ver a los
Akron/Family.
Los
Akron/Family son uno de los mejores grupos en directo que puedas ver hoy en día.
¿A que no te lo crees si lo digo yo?
Es lo que pasa cuando engañas tantas veces a la gente. Me lo merezco.
No me creas, da igual, pero
Akron/Family son uno de los cinco mejores grupos que puedes ver en directo hoy en día.
Supongo que otro es
Shellac, aunque yo nunca los he visto, pero dice Tomás que hicieron un concierto perfecto en el Primavera Sound,
no se le puede pedir más a un concierto, así Tomás.
Y a Tomás hay que tomárselo en serio cuando habla de música o de libros o de películas, aunque me recomendó
La niebla y me dormí como un cachorro a los pies de su amo en invierno. De todas formas, ya dije, hay que tomárselo en serio.
Pues el concierto de ayer estuvo muy bien. No fue perfecto porque no lo fue, pero estuvieron tremendismos.
Lo que no me gusta de estos tipejos de Akron es cuando deciden que el público tiene que formar parte de la banda, dando palmas o manteniendo una nota para que ellos canten o gritando, vete a saber, todo lo que pueda hacer un público retrasado y
snob como el de Barcelona. A mí eso me cansa porque no soy participativo, porque estoy cansado en general, porque soy un vago, cómo quieres que te lo diga. Y miro a la gente participativa, que sonreía mientras cantaba o hacía sonar el medio y el pulgar con un click!, y mientras miro a esta gente participativa me digo qué sería de este concierto si todo el mundo fuese como yo, qué sería del mundo en general si todos fueran como yo.
Un auténtico desastre.
Disgrace.
La cuestión es que los
Akron, entre psicodelia y nanas folk, estuvieron tocando dos horas. Y si por ellos hubiera sido hubiesen estado una hora más.
Un 9.
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