sábado, abril 12, 2008

mirar tus uñas crecer

Cultura popular.
Ayer llovió.
No llevaba paraguas y me mojé un poco antes de llegar a casa, por la noche, casi a las once.
Luego cené unas hamburguesas de pollo que se deshacían las muy cabronas y en la sartén parecían carne picada.
Sheila cenó bolitas de patatas fritas y un huevo, también frito.
Estuvimos un rato viendo la tele.
Me doy cuenta de que veo una cantidad desorbitada de horas de tele. Si el tiempo que he pasado mirando la televisión lo hubiera dedicado a leer, por ejemplo, las Metamorfosis de Ovidio, te podría hacer una tesis sin consultar el libro, con notas a pie de página y todo.
La tele es lo peor, pero no puedo dejar de mirarla. Es como cuando ves un vómito por la calle, aunque te entren ganas de vomitar lo vas a mirar.
Pues estuvimos un rato viendo la tele, digo.
Vimos un documental sobre el IRA que hacían, que echaban, en el C33.
Luego estuve haciendo zapping y vimos a Andrés Pajares en ¿Dónde estás corazón? Creo que se llama así, el programa del Cantizano, ya sabes cuál es.
Lo estuvimos mirando durante unos treinta segundos. El tiempo necesario para darnos cuenta de que no entendíamos ni una sola palabra de lo que decía ese hombre, si se puede llamar todavía así.
Hay personas que sería mejor que desapareciesen. No estoy diciendo que se mueran, estoy hablando de desaparecer.
Los Rolling Stones, para mi gusto, también deberían desaparecer ya. Ya está, ya lo han hecho todo y más. Ya no tienen nada que aportar a la música. A veces pienso, joder, me voy a morir y el puto Mick Jagger aún va a estar corriendo de aquí para allá. Son unos pesados, no me digas. No estoy hablando de su música ni de su aportación a la cultura popular ni todo ese rollazo, estoy hablando de la puta imagen de la lengua y del puto Keith Richards y de que ninguno de nosotros podrá estar corriendo durante una hora cuando tenga más de sesenta años. No puedo hacerlo ni ahora, joder, no me imagino de aquí treinta años. Mierda.
Estuve durante un cuarto de hora haciendo zapping, quedándome una media de un segundo por cadena, como cuando se te queda el botón del mando enganchado y los canales no dejan de pasar. Estuve un cuarto de hora o más. Sheila me decía que lo dejase un rato en una pero yo estaba ciego de poder. Cuando tengo el mando en mis manos estoy ciego de poder, ¡ciego de poder!, ojos en blanco y todo se me ponen.
Debido a este zapping loco, padre y madre de nuestros futuros hijos, llegué a la Sexta donde hacen ese programa de sexo, de porno, llamado Todos Ahh! 100. Lo vimos entero, de cabo a rabo.
Sheila me preguntó que como es que me sabía los nombres de todas las actrices que salían. Tragué saliva y se me abrieron tres opciones:
a) joder, Sheila, es cultura popular;
b) lo he leído, y;
c) mira esa grieta de la pared, ¿te habías fijado?
Opté por la d), a veces me da por ser sincero: las había visto antes.
Y, mira, Sheila me preguntó eso porque dije: esa es Sophie Evans y está casada con ese, con Toni Ribas, creo que vive en Barcelona.
Era un reportaje en el que explicaban que Nacho Vidal y Toni Ribas eran muy coleguis pero ahora ya no se hablaban por culpa de una mujer: la Evans.
Muy interesante, ya ves. En esas cosas pierdo el tiempo.
Luego volví a hacer zapping y llegué de nuevo al programa del Pajares.
El hombre ya se había ido, la entrevista ya había acabado hace rato, pero me fijé en que el Cantizano estaba hablando de él, preguntándole a los colaboradores qué les había parecido la entrevista, como si Pajares hubiese sido ahí Nabokov o Churchill o Umberto Eco.
Ninguno de los colaboradores tuvo los suficientes cojones para decir ¿que qué me ha parecido? una puta mierda me ha parecido, ¡no he entendido una puta palabra!
Eso es lo que deberían haber dicho. Pero no. Iban analizando partes de la entrevista, ¡en el mismo programa! Nunca había visto nada parecido, nada tan ruín. Hacer un grandes éxitos de la entrevista que acabas de hacer hace una hora escasa. Patético. Pero bueno, tampoco esperaba un análisis etimológico de las palabras balbuceadas por Pajares.

Por cierto, antes de que se me olvide, de que me se olvide, Andrés Pajares tiene un blog, tan interesante como mirar tus uñas crecer.
Aquí está.
Luego, o antes, no sé, da igual, le pregunté a Sheila si el Cantizano era perfecto, físicamente hablando. Me dijo que perfecto no. Le dije que qué le fallaba. Me dijo que no es que le fallase nada. Entonces le dije que si no le fallaba nada era perfecto.
Y luego le pregunté si yo era perfecto, físicamente hablando, la cara, le recordé, metiendo barriga.
Vi como a ella también se le abrían tres opciones:
a) a mí me pareces guapo,
b) ni mucho menos, idiota y
c) mira esa grieta de la pared, ¿te habías fijado?
Y así estuvimos un rato hablando, hasta que nos fuimos a leer a la cama, sin llegar a ninguna conclusión.

Ah!

como la vida,

sin llegar

a ninguna

conclusión.

4 comentarios:

S. dijo...

d) Tú sí que eres perfecto.

;)

diego dijo...

Luego ya te doy la cantidad que acordamos.

;)

Anónimo dijo...

eres guapísimo, bro.

diego dijo...

e: eso quiere decir que la semana que viene es tu cumpleaños, ¿no?
;)