miércoles, abril 30, 2008

sin compasión


Un niño pega sin disimulo
un moco en la pared.
Un anciano recoge
un papel del suelo
que luego tirará
a una papelera.

Un autobús ilumina
el trozo de calle
por el que va pasando
como una estrella fugaz
llena de gente y de humo
y de ruido.

Una gota se desliza por el cristal
de una ventana
por la que no mira nadie
y arrastra a otra gota
quieta
y luego a otra.

Se hace de noche
y los gatos permanecen
acurrucados bajo el gran portal
mirando sin compasión
a ese niño
que llora bajo la lluvia.

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